Tal y como se esperaba, Sam Bankman-Fried ha aceptado ser extraditado a Estados Unidos desde Bahamas. El exCEO de FTX manifestó su voluntad de que se lo traslade a suelo norteamericano, durante una caótica audiencia que se realizó el lunes por la mañana. Una vez de regreso en su país, el joven empresario afronta cargos tanto civiles como penales.
Un aspecto clave de esta historia es que, como dijimos, Sam Bankman-Fried ha aceptado su extradición. Esto se debe a que, por las características del tratado vigente entre Estados Unidos y Bahamas, el acusado puede apelar el proceso judicial en múltiples oportunidades.
De hecho, la intención original del fundador y exdirector ejecutivo de FTX habría sido apelar su extradición. Sin embargo, al no concedérsele la libertad bajo fianza en Bahamas, la historia habría cambiado drásticamente. Las paupérrimas condiciones de la cárcel de Fox Hill, que ha sido denunciada por estar superpoblada e infestada de ratas, y por no contar con atención médica acorde, lo habrían llevado a ver con buenos ojos la posibilidad de ser enviado a EE. UU.
Otro punto importante es que, con su extradición ya resuelta, se agilizarían los procesos para llevar a Sam Bankman-Fried ante la justicia. El empresario afronta cargos de fraude, conspiración, lavado de dinero y violación de las leyes de financiamiento de campañas electorales.
De todos modos, su traslado a Estados Unidos no será inmediato. El antes "joven maravilla" del ecosistema cripto debe regresar a los tribunales bahameños esta semana, y recién después se espera su regreso a Norteamérica. Una vez allí, se lo trasladará a un juzgado federal de Nueva York.
Sam Bankman-Fried todavía debe afrontar un largo camino ante la justicia
Según menciona The Washington Post, es probable que Sam Bankman-Fried tenga una audiencia para solicitar la libertad bajo fianza en suelo estadounidense. No obstante, especialistas en la materia creen que es poco probable que se le otorgue. La notoriedad de su caso, sumado a que todavía falta recuperar millones de dólares en criptoactivos de FTX, lo convertirían en un riesgo de fuga.
Por lo pronto, SBF es el único directivo formalmente acusado de un delito tras la caída de su empresa. Pocos días atrás se conoció que Ryan Salame, co-CEO de la filial de FTX en Bahamas, lo delató ante la Comisión de Valores de ese país en los días previos a que declarara a la compañía en bancarrota.
Esto ha llevado a pensar que otros directivos, tanto de FTX como de Alameda Research, podrían estar colaborando con la investigación para evitar cargos más graves. Por otra parte, John J. Ray III, quien está a cargo de la quiebra de la compañía, volvió a ser muy crítico de Sam Bankman-Fried. En su reciente testimonio ante el Congreso de Estados Unidos, el abogado aseguró que la compañía estaba destinada a fracasar. Además, aseveró que la causa de su desplome no fue "sofisticada bajo ninguna circunstancia".
Por último, FTX anunció que intentará recuperar el dinero que el exCEO de la empresa destinó a campañas electorales. Financial Times reporta que Sam Bankman-Fried, junto a la filial estadounidense del exchange y otros ejecutivos de la empresa, donó más de 70 millones de dólares a políticos estadounidenses durante el ciclo electoral 2021-2022.
El empresario fue el segundo máximo aportante a grupos alineados con el partido Demócrata durante las recientes elecciones de medio término en Estados Unidos. Ryan Salame, por su parte, habría destinado alrededor de $24 millones a políticos del partido Republicano.
Sam Bankman-Fried había ganado relevancia durante el invierno cripto por presentar proyectos que regularan el sector y eliminaran el funcionamiento de las plataformas de finanzas descentralizadas (DeFi).