¿El Universo Cinematográfico de Marvel saturó a sus fanáticos con una cantidad excesiva de contenido? Es la pregunta que The Wrap se planteó y cuya respuesta puede analizarse como un fenómeno inesperado. Según un reporte de Fandom, el 30% de los fans de Marvel se encuentran al menos decepcionados con los más recientes estrenos. Según ambas publicaciones, la pérdida de interés por las nuevas historias de la franquicia es un fenómeno en aumento.
Fandom utiliza sus estadísticas de búsqueda de contenido para analizar escenarios. Lo cual le permitió promediar el interés en producciones, personajes e historias del Marvel. El resultado concluyó una disminución creciente en la fidelidad de la audiencia con respecto a los argumentos del estudio.
Un punto preocupante de cara al futuro. En especial, porque ocurre en la transición entre dos historias distintas de la saga global.
Problemas en el universo de Marvel
Por si eso no fuera suficiente, también decreció el entusiasmo por las narraciones de la franquicia en la multipantalla. Con cuatro series estrenadas en el 2022, cuyo objetivo era presentar personajes, el progresivo desinterés se hizo notorio a partir de Ms Marvel. La producción, que narra la historia de origen de la popular Kamala Khan, obtuvo críticas divididas y un tibio recibimiento del público.
Algo que también ocurrió con la esperada She Hulk: abogada Hulka. La serie de Marvel recibió señalamientos por su ínfima calidad visual incluso antes de su llegada al catálogo de Disney+. No obstante, una vez estrenada, la situación no mejoró.
La producción se convirtió en una colección de cameos y la puerta de entrada definitiva para el personaje Daredevil al Universo Cinematográfico de Marvel. Pero sus bajos índices de audiencia y la evidente indiferencia del fan promedio demostraron que Marvel comienza a tener problemas con su público natural.
Más contenido, menos calidad
Mucho más preocupante resulta la manera en que Marvel multiplicó su contenido sin que eso significara un aumento de calidad. En su primera fase, que se extendió de 2008 a 2012, estrenó siete películas. La mayoría de ellas con críticas positivas y apoyo incondicional del público. Para la cuarta fase, estrenó el mismo número de películas entre 2021 y 2022. A ese total habría que añadir siete series de al menos seis capítulos de duración. Cada una de ellas con todo tipo de información novedosa y necesaria para comprender la nueva etapa de la franquicia.
Pero este crecimiento no pareció reflejarse en su dimensión argumental. La confusión de narraciones, nuevos héroes, villanos y escenarios inéditos se quintuplicó a medida que la fase continuó con una agenda de estrenos apresurada. La crítica señaló con preocupación la pérdida de solidez en las historias y un apartado visual más pobre.
También comenzó a ser evidente la erosión del poder en taquilla de la saga. Más allá del éxito Spider-Man: No Way Home, ninguna película Marvel de la fase cuatro se mantuvo en taquilla tras el fin de semana de estreno. Solo Black Panther: Wakanda forever lo logró, pero en medio de estrenos discretos y dirigidos a un público más adulto.
El fenómeno se hizo más claro con la caída en diferentes mercados de las producciones del estudio. En Norteamérica, las películas se enfrentaron a discusiones sobre su pobreza argumental o cinematográfica, pero mantuvieron ganancias notables. No obstante, en China perdieron solidez.
Un golpe complicado para Marvel, interesada en conquistar el mercado asiático. Más dura aún resulta la forma en que el rendimiento global de sus películas decreció con rapidez. Doctor Strange en el Multiverso de la locura fue un éxito apreciable en su estreno, pero se derrumbó en apenas dos semanas. Algo que se repite con Black Panther: Wakanda Forever, que debutó con estupendos números en EEUU, pero fue una decepción a nivel mundial.
Más problemas en las producciones cinematográficas de Marvel
Los pobres resultados de las diversas producciones cinematográficas estrenadas durante la fase cuatro comienzan a ser evidentes e impactan en el futuro de la franquicia. La mayoría filmadas durante la pandemia, con calendarios complicados y bajo la constante posibilidad de retrasos, se convirtieron en verdaderos retos de logística.
Peor aún, en medio de la incertidumbre de su llegada a salas de cine. De hecho, con el estreno de Black Widow, de Cate Shortland, directamente en la plataforma de Disney+, los peores temores de ejecutivos y audiencia parecieron confirmarse. De inmediato, la prensa especializada se cuestionó si fase cuatro debería conformarse con estrenos limitados online.
No obstante, el éxito de Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos, de Destin Daniel Cretton, en cines devolvió el entusiasmo acerca de la saga de superhéroes. La película, al menos, parecía haber superado dos puntos esenciales de considerable preocupación alrededor de la franquicia. La presentación de personajes nuevos y la experiencia en salas, después de un prolongado período de ausencia debido a la pandemia. Convertida en un éxito taquillero, la producción pareció superar ambos obstáculos con facilidad.
Historias complejas y argumentos desordenados
Con todo, la fase cuatro comenzó a mostrar el verdadero problema de su planteamiento. Si todas las anteriores historias de la franquicia en sus diferentes fases estuvieron interconectadas bajo una premisa común, la más reciente parecía confusa en objetivos. Tanto como para que hechos notorios no parecieran impactar en otras historias. Pero también como para convertir la percepción de una historia compacta del mundo cinematográfico de Marvel en un planteamiento cada vez más desordenado.
Fue Eternos, de Chloé Zhao, la producción que comenzó a plantear algunos inconvenientes sobre el ritmo y el tono de la nueva fase de Marvel. En particular, por el hecho de parecer desligada del universo cinematográfico de la editorial. Con un grupo de héroes desconocidos y una historia sin impacto en la línea central de acontecimientos, la película resultó una decepción. Al menos para una buena parte de los fans y la crítica, que señaló su debilidad con respecto al resto de películas de la saga.
De hecho, la nota constante en el apartado cinematográfico de la fase cuatro ha sido su irregularidad. Al mismo tiempo, su falta de conexión con el resto de las narraciones. Una y otra vez, las diferentes películas y series relataron circunstancias sin vínculo directo con una historia central.
El villano de las próximas entregas apenas fue presentado en el capítulo final de la serie Loki. Lo que acentuó la sensación de que la franquicia era incapaz cohesionar los planteamientos de la fase cuatro en la pantalla grande. El que Permanece/Kang el Conquistador, interpretado por Jonathan Majors, se anunció como un personaje fundamental para las siguientes historias. Pero su aparición fue tan escueta como para considerarse una presencia distante para el conjunto de narraciones subsiguientes.
El futuro de Marvel está en entredicho
Tras más de una década de triunfos, la saga superheroica llegó a la fase cuatro con varios objetivos que cumplir. Entre ellos, la posibilidad de incorporar nuevos héroes, una vez que los tradicionales ya no forman parte de la franquicia. Pero la estructura general parece fallar, lo que hace todavía más complicado sostener lo que parece ser un futuro mucho más elaborado.
Marvel planea estrenar el mismo número de producciones del último año y medio en los próximos dos. También abrir paso a todo tipo de producciones de streaming, que incluyen live action y animaciones. Su abultada agenda, cada vez más compleja y enmarañada, convierte el Universo Cinematográfico de Marvel en un proyecto de considerable extensión. Kevin Feige habló de “al menos diez años de películas”, lo que quintuplicaría la oferta de películas y series. Pero la gran pregunta es si Marvel podrá superar el bache evidente de una fase vital, en su mayor parte fallida.
Una cosa está clara: el ambicioso plan de expansión de Feige se tropezó en los últimos dos años con más fracasos que satisfacciones. El éxito arrollador de Avengers: Endgame se convirtió en un hito histórico en la industria de Hollywood. Marvel logró reunir a más de treinta de sus personajes más famosos y emblemáticos en una única película.
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También concluir un largo trayecto de historias que confluyeron en una épica narrativa que conmovió y maravilló a los fanáticos. Pero la pregunta inmediata fue inevitable. ¿Qué ocurriría después? ¿Cómo podría Marvel superarse a sí misma? Por ahora, ambas cuestiones tienen respuestas preocupantes. El Universo Cinematográfico de Marvel no ha logrado superar su punto más alto y, de hecho, parece descender a un nuevo nivel. ¿Podrá superarlo? Es la interrogante que la franquicia debe afrontar.