Las grandes tecnológicas concentran hoy en día más poder que nunca. Sus litigios con estados de todos los continentes que intentan prevenir sus monopolios están a la orden del día. Al igual que las batallas legislativas por conseguir que paguen impuestos en cada territorio. Son empresas globales, poderosas y con su propia agenda que por su condición empiezan a poder enfrentarse cara a cara a los gobiernos de ciertos estados. Entre ellas, Alphabet, y en concreto Google, ocupa un lugar preponderante por su función de oráculo al que todos hacemos preguntas cada día.

Con un ecosistema enorme que nutre toda su industria publicitaria, Alphabet se nutre por cuatro patas principales: su buscador Google, la plataforma Youtube, su navegador Chrome y su sistema operativo para móviles, Android, generando una red que lo hace uno de los centros de información más potentes del mundo, sino el que más.

Pero para comprender su magnitud, es mejor compararlos con aquello con los que se miden. Aquí pondremos frente a un espejo a Alphabet y Google para entender su verdadero peso a nivel de influencia, económico y, también, cómo está dirigida.

Alphabet: una empresa (que sería un estado) expansionista

Alphabet, la empresa que desde 2015 sirve de holding en el que se agrupan Google, Youtube y otras muchas marcas y empresas, se ha convertido en uno de los mayores conglomerados tecnológicos del mundo, con una capitalización bursátil de 1,75 billones de dólares (trillones, en terminología norteamericana) a fecha de marzo de 2022. La empresa obtuvo unos ingresos netos de 76.000 millones de dólares sobre unos ingresos de 257.600 millones de dólares en 2021.

Hay más gente con una cuenta (y activa) de Gmail que población en toda África

Como es sabido, la mayor parte de los ingresos de Alphabet se genera a partir de la publicidad, un servicio que ha guiado muchas de sus decisiones de adquisición, como la compra de DoubleClick en 2008.

Sin embargo, en los últimos años, con la intención de ganar independencia de su principal negocio, ha abierto otras muchas vías con mayor y menor éxito. Alphabet busca constantemente nuevas tecnologías que puedan enriquecer su cartera de negocios. La adquisición de empresas más pequeñas suele eliminar a los rivales emergentes, lo que reduce la competencia para Alphabet.

Esta es una de las razones por las que Alphabet es actualmente objeto de una demanda antimonopolio que fue presentada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y también por parte de la Unión Europea. De hecho, Alphabet es conocida no solo por adquirir, sino también por discontinuar productos con facilidad.

Para hacerse una idea de cómo Alphabet es mucho más que Google, Youtube o Android, estas son otras de sus compañías:

  • Waymo: movilidad autónoma
  • Nest: domótica y seguridad en el hogar
  • Fitbit: weareables de fitness
  • Calico y Verily: envejecimiento y salud
  • DeepMind: Inteligencia Artifical
  • X Development: Investigación en tecnologías de alto impacto, con Waymo, por ejemplo, saliendo de ella.

Y con tendencia a la tecnocracia

Cuando decimos tecnocracia nos referimos al lideradgo de los técnicos. Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google, siempre tuvieron una visión más amplia del papel de la tecnología en el mundo. “La visión de Larry siempre fue la de ser algo parecido a General Electric (GE), y Google fue sólo su primera prueba de concepto”, se cita en el New York Times. La reorganización que dio lugar a Alphabet fue el intento de Page y Brin de racionalizar las operaciones para concentrar las energías en nuevas empresas y hacer que Google pasara de ser un conglomerado.

De ahí que delegaran en Eric Schmidt para llevar el cargo de CEO durante casi 20 años, o la delegación en Sundar Pichai como nuevo director ejecutivo tras su buena labor con Google Chrome.

Números: una riqueza equivalente a casi toda África

Algunos datos que nos sirven para dar una idea del poder de Google y Alphabet.

  • 2.000 millones de personas tienen un teléfono Android
  • Youtube tiene 2.300 millones de usuarios mensuales
  • Se generan 5.600 de búsquedas en Google al día
  • 1.500 millones de usuarios activos de Gmail, su servicio de correo

Por comparar, hay más gente con una cuenta (y activa) de Gmail que población en toda África, donde hay una población estimada de 1.200 millones de personas.

El valor de mercado de Alphabet se estima en 1,7 billones de dólares, el equivalente a más de 40 estados africanos

La comparación con el continente africano también nos sirve en lo económico. El valor de mercado de Alphabet se estima en 1,7 billones de dólares, el equivalente a más de 40 estados africanos: todo el continente restando los estados más ricos como Sudáfrica, Nigeria, Argelia o Egipto.

Hasta por número de empleados, con 136.000, Google tendría mayor población que 51 de los 244 países reconocidos internacionalmente.

Una influencia basada en la publicidad y en la información

El libro Todo el mundo miente, del investigador Seth Stephens-Davidowitz, quien investigó macrodatos relacionados con búsquedas en Google, reveló cómo nuestro uso del buscador ofrece una ingente cantidad sobre nosotros.

Parte de esto se traduce en cómo ha cambiado el nivel de poder sobre la industria de la publicidad (históricamente el socio habitual de la información) entre tecnológica, y en concreto Google, y los medios tradicionales.

Si sus empleados fueran ciudadanos, con 136.000, Google tendría mayor población que 51 de los 244 países reconocidos internacionalmente

Tal ha sido el cambio de tornas, que toda la publicidad que genera la televisión global, prensa y otros medios como la radio son iguales o menores al peso de algunas de estas compañías en solitario. Solo Google gana más por publicidad que todos los medios del mundo, y eso teniendo en cuenta a Youtube desgajado.

Un monopolio que en parte consigue comprando a sus competidores

Si Google fuese un país, pagaría importantes sumas de dinero a sus fronterizos para seguir manteniendo su posición como monopolio en muchos sentidos.

En pocas palabras, lo está manteniendo reduciendo las vías de entrada de la competencia para conseguir que su buscador sea la punta de su gran negocio en lo monetario: los datos de usuarios y la publicidad.

¿Y cómo consigue Google esto? Pues según ya sabíamos, muchas veces pagando a otras empresas para que coloquen a Google.com como buscador predeterminado.

Desde hace tiempo es conocido el acuerdo que mantienen Apple y Google para que el buscador de Alphabet sea el predeterminado en Safari, el navegador de iOS, una vía de entrada directa a los usuarios de estos dispositivos y, de facto, el cierre del círculo para que la búsqueda en móvil sea sinónimo de pasar por Google, dada su propiedad del otro gran sistema operativo en smartphone, Android.

El acuerdo entre Google y Apple se renovó en 2017, aunque sin dar cifras concretas de los pagos. Una investigación en The New York Times amparada en las filtraciones de la demanda, eleva esa cantidad entre 9.000 y 12.000 millones de dólares al año a nivel mundial.

¿Qué logra Google con esto? Pues directamente eliminar capas de decisión en los millones de usuarios de dispositivos Apple, y en la práctica, cerrar esa enorme ventana a que otro competidor pueda acceder a ella.

Este especie de círculo monopolístico podría parecer una tontería cuando sabemos que Google domina más del 90% de las búsquedas mundiales, pero es el centro del juicio que está por venir: saber cómo Google, tras crear un producto que funciona y convence, usa esa posición de dominancia para frenar desde la base cualquier posible competencia.

Otra buena paradoja que nos ha dejado el mercado tecnológico actual es cómo Google, desarrollador de Chrome, ha conseguido bajar del trono de los navegadores a Firefox y a la vez pagarle -cada vez menos eso sí, debido justo a su tasa de mercado decreciente- para que su buscador también fuera el predefinido en su producto.

Mozilla siempre ha tenido este acuerdo como una de sus principales vías de financiación, y no siempre ha sido con Google. En 2015 y 2016, cuando Yahoo! pagó más de 470 millones anuales a la fundación para que su buscador fuera el predefinido. No hace falta recordar cómo acabó Yahoo! poco tiempos después.


Aquí puedes leer artículos anteriores de esta serie que compara grandes tecnológicas con países dedicadas a Facebook (Meta) y Amazon.

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