Las grandes tecnológicas concentran hoy en día más poder que nunca. Sus litigios con estados de todos los continentes que intentan prevenir sus monopolios están a la orden del día. Al igual que las batallas legislativas por conseguir que paguen impuestos en cada territorio. Son empresas globales, poderosas y con su propia agenda que por su condición empiezan a poder enfrentarse cara a cara a los gobiernos de ciertos estados.

Pero para comprender su magnitud, es mejor compararlos con aquello con los que se miden. Aquí pondremos frente a un espejo a Meta (la hasta hace nada conocida como Facebook) para entender su verdadero peso a nivel de influencia, económico y, también, cómo está dirigida.


Meta: más usuarios que la población de China y una economía mayor que Arabia Saudí

Aplicaciones de Instagram, WhatsApp y Facebook Messenger en un iPhone
Imagen: Luis del Barco | Hipertextual

Facebook (ahora Meta) es principalmente todavía una empresa de redes sociales y publicidad, por mucho de su nueva apuesta por un posible metaverso. La compañía fundada por Mark Zuckerberg cuenta con más de 5.000 millones de usuarios entre todas sus plataformas, la que le daba el nombre, y sus adquisiciones Instagram y WhatsApp.

En concreto, se desglosan así:

  • Facebook tiene 2.740 millones de usuarios activos
  • Instagram tiene 1.220 millones de usuarios activos
  • WhatsApp tiene más de 2.000 millones de usuarios activos

Como un solo usuario puede tener a la vez cuentas de los tres servicios, escojamos solo el que más tiene, Facebook. Sus 2.700 millones de usuarios son en número ligeramente superiores a la población de China y La India juntas.

Si Facebook fuera un país y sus usuarios ciudadanos, sería más poblado que China y La India juntas.

Pero, ¿y en cuanto a economía? Teniendo en cuenta su capitalización de mercado, actualmente de 863.000 millones, Facebook tiene mayor valor que el Producto Interior Bruto de estados como Arabia Saudí (790.000 millones), Turquía (761.000) o Suiza (700.000).

Aunque Meta es una empresa pública y cotizada en bolsa, su fundador y CEO, Zuckerberg, sigue siendo con diferencia el mayor accionista.

Zuckerberg como líder todopoderoso

A sus 36 años, Zuckerberg actualmente posee más de 398 millones de acciones de Meta, lo que constituye el 16,7% de todas las acciones en circulación. Su peso en la empresa es buena parte culpable de que ocupe el quinto lugar en la lista mundial de multimillonarios de Forbes, con un patrimonio neto de 97.000 millones de dólares.

Mark Zuckerberg en la Universidad de Georgetown
Facebook

Zuckerberg es el único CEO fundador de las llamadas GAFAM que sigue al frente de su compañía desde su fundación en 2004, y no tiene visos de que esto vaya a cambiar, especialmente tras verlo convertido en una representación gráfica de sí mismo hace poco en su propuesta de Metaverso.

Zuckerberg es el único CEO fundador de las llamadas GAFAM que sigue al frente de su compañía desde su fundación en 2004

Varios libros y filtraciones han dejado claro que a lo largo de sus años al frente de lo que era Facebook Zuckerberg ha sido un líder en cierto modo implacable. Los co-fundadores de empresas que compró como Instagram o WhatsApp acabaron saliendo de la empresa.

Por ejemplo, en el caso de Instagram, el libro No filter: The inside story of Instagram (Sin filtros: la historia detrás de Instagram) publicado por la periodista de Bloomberg Sarah Frier, cuenta tras decenas de entrevistas con trabajadores de ambas redes y especialmente con Systrom -Frier cuenta que Zuckerberg solo respondió a un par de emails y que remitió a un comunicado en el que se decía que “el bien de Instagram es el bien de Facebook”- cómo la red social de fotografías fue poco a poco perdiendo independencia en los criterios de su equipo interno hasta dar con la salida de sus fundadores.

Quién no está a pies juntillas, acaba saliendo de Facebook / Meta

Frier describe a Zuckerberg hasta cierto punto como una persona obsesionada con frenar cualquier plataforma que pudiera superar a Facebook, lo que le llevaría a la adquisición también de Whatsapp -cuyos fundadores también salieron y no con buenas palabras- y receloso de cualquier decisión que se toma contraria a su parecer, al menos a largo plazo. Palabras que recuerdan a ciertos líderes iracundos, en nuestra comparación con naciones.

De forma más reciente, y tras los Facebook Papers, otro libro llamada An Ugly Truth, de las reporteras del New York Times Sheera Frenkel y Cecilia Kang, hace un repaso por los últimos cinco años de calamidad para Facebook, con Zuckerberg declarando ante el Congreso de Estados Unidos, y que han acabado con su cambio de nombre.

El libro toma el punto de partida del despido de 51 ingenieros y cómo Alex Stamos, ex jefe de Seguridad de Facebook, pusiera el asunto en conocimiento de Zuckerberg.

Aquel despido de ingenieros se produjo después de que se detectara en 2015 que habían usado los datos de la red social para seguir a mujeres y contactos de su interés.

Mark Zuckerberg ordenó una revisión del sistema para restringir el acceso de los empleados a los datos de los usuarios. Fue una victoria para Stamos, en la que convenció a Zuckerberg de que la culpa era del diseño de Facebook, y no del comportamiento individual.

Facebook

Stamos dejaría Facebook en 2018 tras darse de cabezazos contra la pared varias veces. Los problemas derivados del modelo de negocio de Facebook (la publicidad basada en la obtención de cuanto más datos mejor) no harían más que aumentar en los años siguientes, pero a medida que Stamos desvelaba problemas más serios, como la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses que acabó dando lugar a Cambridge Analytica, acabó siendo cada vez más apartado.

Frenkel y Kang sostienen que los problemas actuales de Facebook no son producto de una empresa que perdió el rumbo, sino que forman parte de su propio diseño y la descuidada cultura de la privacidad que tiene Zuckerberg, apoyado por Sheryl Sandberg, COO de la compañía. Otra muestra más, de la que podemos fiarnos más o menos, de cómo se trabaja en Facebook.

Y un estado que espía o al menos vela poco por sus 'ciudadanos'

Pero sin duda alguna, en esta translación de empresa a estados, donde más sale perdiendo Facebook es en los derechos que conservaría para sus ciudadanos.

De Cambridge Analytica a las Facebook Files la ahora Meta ha demostrado tener poco cuidado tanto de forma interna como para evitar ataques externos cuando se han producido filtraciones de datos de sus usuarios. Tanto, que se puede calcular que el 50% de las personas que tuvieran una cuenta de Facebook en 2019 han sufrido algún tipo de filtración.

Facebook ha tenido tres grandes grupos de escándalos a lo largo de su historia. El acicate de todo fue Cambridge Analytica, donde aprovecharon una de sus vulnerabilidades para fomentar las conexiones y la viralidad para fines políticos. Después están sus continuas filtraciones de datos, las cuales han sido tantas que cualquiera que tuviera una cuenta de Facebook antes de 2019 tiene un 50% de posibilidades de haberlas sufrido. Y, por último, su idiosincrasia interna, donde están desde cómo Zuckerberg intentó lastrar a Instagram incluso después de haberla comprado para que no opacara a Facebook, su creación, como estas que ha estado revelando el WSJ o cómo no hizo todo lo que pudo cuando la plataforma fue usada para evitar -o cuenta menos no hacer nada por ello- el genocidio Rohingya.

Ahora Facebook ha cambiado su nombre a Meta, con intenciones tanto de lavado de cara como de pivotar hacia un sector emergente como la realidad aumentada y virtual. Y no, no es la gran tecnológica con más poder del mundo o mayor riqueza, pero seguramente sí la que tiene mayor influencia.