Durante mucho tiempo fue un rumor, hasta que se convirtió en una realidad. El estreno del Snyder Cut de La Liga de la Justicia de Zack Snyder en HBO Max y HBO España ha dado a los fans de DC la posibilidad de conocer cuál era la versión ideal del director de 300 sobre su historia de superhéroes.

El caso del Snyder Cut ha sido especialmente rocambolesco. Desde el inicio de los rodajes se rumoreó con que las sinergias entre Warner y el director caminaban por sendas distintas, a lo que se sumó el fallecimiento de la hija de Zack Snyder, que hizo que se apartara definitivamente del proyecto.

zAsí, Joss Whedon acabó terminando la película, que terminó dejando ver de una forma u otra su construcción a retales en su estreno en 2017. El famoso ‘afeitado’ digital de Superman, quizá fue su máxima expresión. Ahora, el nuevo corte de Zack Snyder nos ha traído una historia que pasa de las 2 a las casi 4 horas, introduce a Darkseid de forma presencial, y cambia la apariencia de otros personajes como Steppenwolf, entre otras muchas cosas. Es, en pocas palabras, una película completamente distinta, incluso en trama y argumento. No una simple versión extendida.

Debatir sobre si hubiera sido posible una versión de 4 horas de La Liga en cines no tiene demasiado sentido teniendo en cuenta que esta propia versión del director se ha construido con reshoots y contenido añadido que solo el propio Zack Snyder sabe si partían de su verdadera concepción original o han sido añadidas durante estos dos años en los que él mismo se ha encargado de alimentar las ansias del fandom que lo apoyaba.

El largo camino hasta el Snyder Cut

Lo que sí que está claro es que La Liga de la Justicia de Zack Snyder ha vuelto a traer a la palestra el debate sobre los cortes del director. Esa visión particular que a menudo nunca llega a los cines. Los directores rara vez suelen tener la opción del privilegio del corte final. Decidir cómo será la película que llegará a las salas es algo que normalmente recae en los productores y estudios, que buscan encontrar fórmulas que por duración o por eliminación de escenas violentas encajen en la calificación que crean que puede tener mayor éxito.

El auge primero del vídeo, los DVD, y el cine doméstico, ha hecho que los cortes del director sean hoy casi un añadido básico de cualquier gran estreno para promover su adquisición en esta segunda ventana.

Sin embargo, casi desde el comienzo del cine, las versiones del director han estado ahí. Esta es una breve historia desde el cine mudo, pasando por su auge en los 70, hasta la actualidad.

La historia de los cortes del director comienza con la misma historia del cine

Metropolis

La historia de los corte del director nace con los mismo inicios del cine. Metrópolis (1927) de Fritz Lang, sufrió una fuerte censura tanto en su versión de estreno en Estados Unidos como al poco de lanzarse en Alemania, tras caer sus derechos en un distribuidor que acabaría financiando también el régimen nazi.

Aquellos cambios solo pudieron revertirse en 2010, con una versión que pasaba de 95 a 148 minutos el metraje tras hallarse una copia en Argentina.

Charles Chaplin también tuvo sus propias versiones ampliadas en obras maestras como La quimera del oro, reestrenada en 1942 con banda sonora y voz en off puesta por él mismo, aunque aquí quizá hablemos más de cómo el creador quiso aprovechar avances técnicos que en la época le eran imposibles. Orson Welles, por supuesto, también tuvo las suyas, especialmente destacada fue su pelea con los estudios por el resultado final de Touch of Evil.

Si queremos rastrear el primer corte del director contemporáneo y con verdadero impacto, seguramente haya que hablar de The Wild Bunch, una historia de pistoleros desarraigados dirigida por Sam Peckinpah, que anticipó un cine mucho más violento y llamativo haciendo uso de técnicas entonces novedosas como el slow-motion. La película fue recortada para conseguir una calificación más comercial, y su versión original, salida a la luz años después, es referenciada hoy por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y la crítica en general por su visión premonitoria.

Ridley Scott, el padrino de los Director’s Cut

Ridley Scott, un defensor de los cortes de director y un creador habitual de los mismos a lo largo de su prolífica carrera, suele describirlos en las introducciones de sus DVD/Blu-ray como su "versión preferida". Directores como James Cameron han culpado a la presión de los estudios y a la interferencia de los ejecutivos por no cumplir con su visión original y han lanzado posteriormente cortes de director aparentemente para corregirlo. Alien, Terminator 2 y Avatar contaron con este extra añadido para sus estreno en casa, aunque rara vez estos cortes pasan de unas cuantas escenas añadidas. Sin embargo, también ha habido algunos que han cambiado el argumento de las películas casi completamente.

Blade Runner

Blade Runner tiene cinco versiones distintas (más otras realizadas por fans) desde 1982 hasta 2007.  En ellos Scott ha ido de un lado a otro sobre la cuestión clave del personaje de la historia -si Deckard es un replicante o no- a lo largo de los años, algo que se acabó volviendo aún más lioso tras el estreno de Blade Runner 2049.

Scott ha introducido sus versiones en muchas películas, pero pocas de forma tan radical como en El Reino de los Cielos. Aquí se trata de una película totalmente diferente con varias subtramas interesantes, sino que también incorpora de forma fascinante la intervención divina que acaba cambiando por completo el fondo de la película.

Del Apocalypse Now de Coppola al caso del universo de El Señor de los Anillos

Francis Ford Coppola realizó dos cortes de Apocalypse Now, con décadas de diferencia entre cada uno de ellos. En Redux añadió la friolera de 49 minutos, mientras que en su Final Cut lanzado durante estos meses en la pandemia, construyó la historia en tres horas, condensándola de nuevo algo más.

Más dudas sobre la verdadera visión del director o una herramienta de marketing trae todas las versiones extendidas que se fueron estrenando de la representación de la Tierra Media de Peter Jackson.

Fueron producciones nuevas en muchos casos, invirtieron mucho tiempo, esfuerzo y dinero en la búsqueda de Jackson para incorporar sin problemas nuevas escenas (con acción y efectos especiales añadidos) a las ya voluminosas epopeyas fantásticas, y las empaquetaron con horas y horas de extras.

YouTube video

Aquello dejó sentimientos encontrados. Mientras que la versión ampliada de la saga de El Señor de los Anillos nos proporcionó una expansión de los personajes de Aragorn o Eowyn y la escena de la muerte de Saruman, eliminada de la versión en cines, ninguna escena nueva añadida a las cintas de El Hobbit era estrictamente necesaria o aportaba algo realmente nuevo.

No solo Zack Snyder: las películas de superhéroes son terreno fértil

Con todo, el exceso trae consecuencias. Desde los 2000 las versiones del director nos han traído cortes extendidos de películas que no parece que lo necesitaran, como la de Daredevil de Ben Affleck.

Además de el de Zack Snyder, otro caso remarcable es el de Superman II, de cuyo rodaje Richard Donner fue despedido sin contemplaciones y gran parte de su material fue rodado de nuevo por el director sustituto Richard Lester. Nunca veremos realmente la visión original de Donner porque no existe, pero los fans y los colegas de Donner se unieron para ayudar a crear una aproximación a partir de las tomas descartadas para su lanzamiento en 2006, y la película resultante no muy diferente. Entre otras cosas, cambia completamente la relación del personaje de Lois con la identidad de Superman e introduce a Marlon Brandon de nuevo en el papel de Jor-El, que había sido descartado para la secuela.

Así, entre el marketing que produce el relanzamiento de versiones y la verdadera visión original de los directores se ha ido cocinando los innumerable cortes del director que hoy hay en la historia del cine. El Snyder Cut solo ha sido el último de ellos, y puede que sea el primero de una nueva remesa de cortes nuevos, de los que puede que muchos valgan la pena, pero seguramente otros, no tanto.