La Unión Europea empezó poniendo a Google contra las cuerdas. Primero, le impuso una multa por abuso de posición dominante con los servicios de Android. Luego por prácticas monopólicas. En noviembre cargó contra Amazon por el mismo motivo, en una ofensiva que ha empezado en Europa para evitar el dominio de las Big Tech y preservar la protección de los datos de los consumidores y usuarios. Parece que no quieren dejar títere con cabeza y, detrás de esta criba hay una mujer: Margrethe Vestager. La actual comisaria europea de Competencia y política danesa es la cara visible de las medidas para reforzar el control de las grandes plataformas tecnológicas.

Para conseguirlo, los esfuerzos están centrados en la ley de Servicios Digitales, que fue presentada este martes. La medida quiere acabar con la impunidad de las grandes empresas y que permitirá a la Comisión Europea obligar a Google, Apple, Amazon y Facebook a dar explicaciones sobre sus prácticas en el mercado. Entre otras cosas, la medida obligará a dar explicaciones sobre el uso de los datos y, además, se hará responsable a las plataformas de su propio contenido, como las fake news o el discurso de odio.

En el caso de Amazon, las autoridades europeas irán contra ella por utilizar datos de vendedores de terceros para competir con ellos. Vestager explicó que la Comisión investigó a Amazon por haber abusado ilegalmente “de su posición dominante como proveedor de servicios de mercado en Alemania y Francia, la mayor base de mercado para Amazon en la Unión Europea".

'La dama de hierro'

Vestager empezó a trabajar como comisaria en 2014 y, desde ese momento, ha conseguido lo que pocos eurodiputados y políticos europeos: llamar la atención. La danesa fue vista desde el principio como una comisaria con personalidad y no tardó en empezar su retahíla de medidas y multas contra las Big Tech de Silicon Valley.

Por eso no tardó mucho hasta que la prensa internacional la convirtiera en la reguladora más famosa del mundo. Y a llamarla con apodos como "La dama de hierro" o "La reina del hielo". Donald Trump se limitó a denominarla "la señora de los impuestos de la UE".

Motes aparte, Vestager ha logrado poner nerviosas a las grandes empresas que llevaban muchos años campando a sus anchas. Con las medidas, ha conseguido además posicionar a la Unión Europea como un referente en lo que a regulación se refiere. Ni Estados Unidos ha logrado llegar tan lejos.

El tamaño no importa para Vestager

Vestager
Solen Feyissa / Unsplash

Con la ley de Servicios Digitales, los legisladores europeos han dado comienzo a una nueva fase. Quieren dejar claro que cada vez habrá menos espacio para prácticas monopólicas o para dominar sin control sobre los datos de los ciudadanos. Esta ofensiva, no obstante, no es nueva y empezó en 2017 con el tira y afloja contra Google y Apple, a quien acusan de prácticas anticompetitivas en su App Store. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que poco ha cambiado en los últimos años y que el monopolio que tanto quieren combatir los europeos sigue estando presente. Y, sobre todo, impune.

En el caso de Google, las multas ascendieron a más de 8 mil millones de euros, aunque la lentitud de la justicia en este sentido fue un punto a favor de Google. Pudo seguir con sus operaciones como si no hubiera pasado nada y la cantidad tampoco le hizo demasiado daño a la compañía que factura más de 160 mil millones de euros anuales.

Las nuevas leyes y regulaciones de la Unión Europea quieren ir más allá y quieren centrarse en el modelo de negocio de los gigantes tecnológicos. ”No tenemos problemas con el éxito de Amazon o su tamaño. Nuestra preocupación es una conducta empresarial muy específica”, dijo Vestager cuando se anunció la demanda contra Amazon. Se refería al uso que hace el gigante del comercio electrónico de los datos para posicionar sus artículos frente a los de otros vendedores.

Esta declaración puso de relieve que la verdadera preocupación de las autoridades europeas no es el tamaño de las Big Tech en el mercado, sino el acceso incontrolado a los datos. Por ello, las medidas están centradas específicamente en cómo conseguir limitar ese poder. Lo intentaron ya en 2018 con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés), dirigido a muchas industrias pero que apelaba directamente a las empresas tecnológicas.

Una relación en crisis

Sin embargo, limitar el acceso a los datos personales de los usuarios a empresas que basan su modelo de negocio específicamente en eso no es una tarea fácil. Si algo hemos aprendido en estos años es que las plataformas gratis nunca lo son realmente. También que hay otras formas de pagar por esos servicios más allá del dinero. Pero la pregunta es hasta qué punto se puede limitar el acceso a datos por parte de empresas que controlan una cantidad tan desorbitada de los mismos. Y más si estas compañías no parece estar dispuestas a reestructurar su modelo de negocio y el mercado de datos. Porque, a pesar de que tengan menos información en su poder, seguirán teniendo una gran influencia. No es fácil, pero Vestager quiere poner toda la carne en el asador para, al menos, limitar un poco el poder de las Big Tech en Europa.

El objetivo de Vestager es que esta ley se apruebe el año que viene y que cuente con un amplio respaldo. Mientras, el dolor de cabeza ya ha empezado para Google, Facebook o Apple. Afirman que siguen de cerca las propuestas de Europa y que colaborarán con los legisladores europeos. El tiempo dirá hasta dónde puede llegar una colaboración que puede acabar con la estrategia férrea de las Big Tech en Europa.

“La Unión Europea se está alejando cada vez más de los lobbies estadounidenses que negociaban con ellos las medidas que se deberían imponer a las Big Tech”, opinó Ignacio Suárez H., abogado especializado en Protección de Datos y Derecho de Internet, autor del libro El Gobierno de Internet. El abogado explicó a Hipertextual que es posible que la relación haya entrado en una crisis después de la victoria presidencial de Donald Trump. “Habrá que esperar para ver si esta tendencia continúa en la era Biden”.

“Estamos ante un cambio de tendencia de proteger los datos en la UE y que no sean exportados a Estados Unidos. Con el tiempo se verá si se intenta seguir limitando o cambia la tendencia y vuelve la confianza al socio americano”.

Los impuestos duelen

Hasta ahora, muchos países europeos parecen decididos a ponerse del lado de la comisaria europea. En Francia se está discutiendo una medida para aumentar la presión sobre el discurso de odio en redes sociales y poner a Facebook, Twitter y YouTube como directamente responsables de su contenido. Alemania y Gran Bretaña plantean medidas similares, mientras que Italia y Francia quieren obligar a las tecnológicas a pagar más impuestos.

En este último apartado es en el que las tecnológicas han sudado la gota gorda, y por donde van también las nuevas medidas dentro de la ley de Servicios Digitales. Amazon ha tenido que pagar 250 millones de euros en impuestos atrasados a Luxemburgo y Apple ha estado a punto de tener que hacer frente a un pago de 13 mil millones de euros a Irlanda. Pero esto es solo el principio de una batalla que ha empezado Vestager y que no piensa abandonar fácilmente.

Este plan para acabar con el libre albedrío de las grandes tecnológicas que Vestager no piensa dejar atrás es el que la ha convertido en una de las políticas europeas más reconocidas. En varias entrevistas, la comisaria ha afirmado que la gente está enfadada por la evasión fiscal de las grandes de Silicon Valley. Y no le falta razón. A los temas fiscales hay que añadirle los escándalos recientes relacionados con varias tecnológicas sobre el uso de los datos, el escaso control sobre el contenido y la manipulación política.

Estados Unidos mira de reojo

Poco a poco, parece que se estrecha el cerco europeo sobre las Big Tech. A su favor está la lentitud de los procesos legislativos y la aplicación de una norma. Hecha la ley, hecha la trampa, y todavía más si las multas de millones de dólares no te despeinan. Sin embargo, Vestager ha conseguido enfrentar a las Big Tech que hasta hace poco se consideraban intocables. A pesar de que algunas de las acciones no lleguen a tener grandes consecuencias para las empresas, el plan de medidas conseguirá ponerlas entre la espada y la pared.

En Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio (FTC) emprendió acciones legales contra Facebook por supuestas prácticas monopolísticas. A la demanda se unieron otros estados del país y esta situación podría marcar un antes y un después. Sobre todo porque, de prosperar, la medida obligaría a revertir las compras de Instagram y WhatsApp por parte de Mark Zuckerberg. De ser así, sería un golpe duro para la plataforma que se unirían a una mala temporada marcada por varios escándalos como Cambridge Analytica.

En este contexto, la Unión Europea se ha posicionado como uno de los lugares con mayor control sobre la protección de los datos y las prácticas antimonopolio. Tanto que hasta Estados Unidos parece estar echando el ojo a sus políticas. De esta manera, se ha puesto de relieve que Europa ha llevando la delantera en las medidas para regular a las Big Tech y que Estados Unidos, a pesar de sus acciones, se ha quedado atrás. Vestager ha sido un ejemplo en este sentido y todo apunta a que la ley de Servicios Digitales la llevará por el mismo camino. Todo sea por controlar el liderazgo de unos pocos.

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