Pocas empresas en el mundo tienen en su web un artículo firmado por su CEO en el que se explica el “plan maestro secreto” que se propone pero pidiendo que se quede “entre tú y yo”.
Hablamos de Tesla, y del texto que aparece en su web firmando en 2006 por Elon Musk, cuando se definía como alguien cuyo “trabajo diario está en hacer funcionar una compañía espacial llamada Space X, pero que tiene como objetivo secundario promover Tesla”.
Hoy seguramente si le pudiéramos preguntar a Elon Musk seguiría diciendo lo mismo, que Space X, por la magnificencia del objetivo de llevar a la humanidad a Marte, es su proyecto principal. Sin embargo, es indudable que Tesla es su empresa con mayores opciones de ayudar a promover un cambio casi inminente en la historia de la humanidad: lograr que la automoción eléctrica desbancara a la de combustión.
Porque no olvidemos que el “plan maestro secreto” que revelaba en ese post de hace 14 años no era otro que ese. Y aunque aún no lo ha conseguido, seguramente Musk pueda apuntarse ya la victoria de haber empezado a hacerlo.
Tesla cerró 2019 y entró en 2020 con las primeras buenas noticias para la compañía que celebraría desde su extravagante CEO hasta el equipo de contabilidad. Con dos trimestres consecutivos en positivo -aunque 2019 como año completo aún en pérdidas-, el Model 3 cumpliendo en sus entregas; el Model Y empezando su despacho con fuerza, un plan de internacionalización marcado por la gigafactoría de Shanghai a punto y la de Alemania en ciernes, y la sonrisa definitiva de que lo que podría haberse visto como una excentricidad más haya tenido una acogida más que positiva. Hablamos del Cybertruck.
Hace solo dos años la historia era bien distinta. El producto ‘excéntrico y divertido’ era un lanzallamas en lugar de un pick-up futurista. Seguramente un buen símil de la toma de tierra que ha tenido la compañía en este tiempo y también Musk, que en su particular rally ha pasado de llamar “pedo guy” por Twitter a un rescatista o fumar marihuana en Youtube a acercarse a lo que cada vez se parece más a un ‘aburrido’ directivo de éxito. Aunque no nos pasemos, el Musk más asimilable a Tony Stark puede estar a la vuelta de cualquier noticia, como una pandemia.
Una muestra de esto es cómo ha actuado frente a la tormenta bursátil del coronavirus: primero negando que fuera a ser un mal importante en un correo filtrado y negándose a cerrar las plantas de Tesla, y después arrimando el hombro fabricando respiradores y conteniendo la inquietud con un comunicado sobre las finanzas de la compañía.
Pero lo cierto es que hasta la llegada de la pandemia por COVID-19 y el terremoto que ha supuesto también en bolsa, las acciones de Tesla se habían casi cuadriplicado en apenas unos meses, hasta llegar a ser la empresa automovilística norteamericana que mayor valor en bolsa había alcanzado en la historia. En octubre cotizaba a 250 dólares la acción. En febrero, a 900, una locura que el efecto coronavirus ha rebajado hasta rondar los 500 de media en estos últimos días. En cualquier caso, un incremento de más del 80% con respecto a hace un año.
¿Es ese ascenso fruto de una compañía que se mueve aún por impulsos o está Tesla ya estabilizándose? Los principales analistas sitúan ahora mismo el valor real de las acciones de Tesla entre 450 y 470 dólares, lejos de aquellos 900 que llegó a marcar hace solo unas semanas, pero también alejados de los 250 que ha valido durante los últimos meses.
Hasta ahora, se habían achacado parte de estas fluctuaciones a las interferencias que provocaban las ventas en corto (inversores que apostaban a una subida de una acción rápidamente, para después venderla), a la devoción de algunos accionistas por la marca en sí misma (el analista Jim Cramer, rostro bursátil de la CNBC, ha comparado algunos accionistas con “creyentes siguiendo a un Mesías”) y, por último, al propio vaivén que provocaba cualquier comentario o palabra salida de la boca de Musk.
Y no solo por su factor como CEO carismático o impredecible, sino porque Musk, conviene recordar, posee en torno a un 18% de las acciones de Tesla.
Del ‘Pedo Guy’ al Musk serio: una historia de tuits y bolsa
Así pues, y por si Tesla se convierte definitivamente en una empresa estable y libre de cualquier vaivén para bien o para mal, hagamos un repaso a cómo, al menos hasta ahora, las acciones de Tesla han ido bailando en función de las apariciones públicas y voces que ha ido dando su propietario mayoritario.
Aquí va algunos de los tuits más ‘bursátilmente devastadores’ y otras declaraciones públicas que Musk ha hecho en los últimos dos años:
2018
- 3 de mayo: Musk critica a analistas y periodistas en una llamada para reportar cuentas trimestrales. Cuando se le pide que detalle la posición de caja de Tesla, Musk le dice al analista de Sanford Bernstein, Toni Sacconaghi: “Las preguntas aburridas y tontas no son geniales. ¿Siguiente pregunta?" Las acciones de Tesla caerían más del 5% en las operaciones fuera de horario, perdiendo el suelo de 300 dólares logrado en 2017.
-
16 de julio: Musk lanza su polémico tuit en el que llama “pedo guy” a uno de los rescatistas de la cueva de Tailandia en la que había quedado atrapado un equipo infantil. Musk pasó un par de semanas intentando ayudar con un prototipo de mini-submarino, que el rescatista calificó como una operación de marketing. Las acciones vuelven a pasar de 325 dólares a 297 en los días posteriores.
-
7 de agosto: Musk lanza su tuit más importante y problemático en cuestiones bursátiles, anunciando que se plantea sacar a Tesla de la bolsa comprando acciones a 420 dólares. Con el tiempo diría que capital saudí podría ayudarle en la operación. Las acciones se dispararon de 345 a 387 dólares. La SEC, la autoridad de vigilancia bursátil, demandó a Musk y más tarde llegaría a un acuerdo por el cual imponía una multa de 40 millones y le obligaba a dejar la Presidencia de Tesla, además de asegurarse de revisar mejor sus comunicaciones vía Twitter.
Am considering taking Tesla private at $420. Funding secured.
— Elon Musk (@elonmusk) August 7, 2018
- 7 de septiembre: Musk aparece en una entrevista en el show de Joe Rogan fumando un porro de marihuana. Tesla vuela a caer del suelo de 300 con una cotización de 273.
- Finales de septiembre: como parte del acuerdo con la SEC, Musk deja el cargo de Presidente de Tesla, aunque sigue como CEO.
¿Empieza a ser Elon Musk un problema para Tesla?
2019
- En mayo, las acciones de Tesla tocan su valor más bajo desde hace dos años, con 185 dólares por acción. Las acciones y la imagen de Musk contribuyen a dar apariencia de incapacidad a una compañía que en la práctica estaba experimentando problemas con las entregas del Model 3.
Tercer y cuarto trimestre: Musk parece en este tiempo tomar un perfil menos expuesto, pero sobre todo Tesla consigue que las entregas del Model 3 funcionen y el progreso en la factoría de China siga en orden. La compañía traza entonces dos trimestres consecutivos con resultados positivos. Las acciones suben un 80% hasta los 450 dólares.
9 de diciembre: en este contexto al alza, la imagen de Musk sigue clarificándose cuando sale indemne del juicio contra el rescatista al que llamó ‘pedo guy’.
2020
- La primera semana de febrero las acciones de Tesla suben un 36%. Los días de vino rosas siguen con el anuncio del coche 1 millón de la compañía y las primeras entregas del Model Y, además de la buena marcha de las reservas del Cybertruck y supera a Ford como la automovilística norteamericana con mayor valoración de la historia.
Las acciones en 2020 se disparan un 82% hasta la locura de superar los 900 dólares. Firmas como S3, de análisis de bolsa, creen que los accionistas en corto que antes apostaban a las subidas y bajadas de la compañía se empiezan a dar cuenta de que Tesla ya es un valor firme, y que los ‘short-sellers’ ya solo representan al 15% de las compras. Musk, con su 20% de acciones ha ganado más de 15 mil millones desde el comienzo del año.
6 de marzo: sale a la luz un mail filtrado de Musk es el que hace de menos al nuevo coronavirus causante de la COVID-19 y dice que “hay más posibilidades de morir atropellado”. Durante esa semana y la siguiente las acciones de Tesla pasan de 700 a 427 dólares.
En medio de la incertidumbre por la pandemia, Musk parece rectificar. Acepta que cierren las factorías de Fremont y Nueva York y pon su músculo industrial a fabricar respiradores. Tras caer por debajo de los 400, las acciones de Tesla vuelven a respirar estos días en torno a los 500.
¿Ha llegado el Musk serio para quedarse?
Como decíamos más arriba, quizá la mayor muestra de que puede que estemos ante el principio del fin de la era de Musk como ‘bocazas bursátil’ esté en la actual crisis del nuevo coronavirus.
El 6 de marzo, cuando las muertes empezaban a ser cosa seria en Europa, se filtró un correo electrónico a sus empleados hablando de que “es más probable morir por un accidente de coche que por el coronavirus”. Después, se negó a aceptar de inicio las recomendaciones de cierre de actividades en California. El resultado, las acciones de Tesla pasaron de 700 dólares a estar por debajo de 500, hasta un suelo de 361 dólares por acción.
No fue, lógicamente, solo por la imprudencia de Musk, sino por el clima general. Musk luego rectificó, e incluso asumiendo el cierre de sus plantas en Fremont y Nueva York, y una reducción drástica, Tesla ha podido sobrellevar mejor la tormenta estos días después de ofrecerse a fabricar respiradores y emitir un comunicado en el que aseguraba que tenía músculo financiero para aguantar sin producir tantos vehículos.
Puede que Tesla no vuelva a tener esos grandes picos de subida, pero que no se haya desinflado con el cierre de sus fábricas, y sobre todo la rectificación de Musk con respecto a la COVID-19, quizá sea lo más importante para interpretar el futuro de la compañía.
Los viejos fabricantes entran en el coche eléctrico: ¿cómo afectará a Tesla y las nuevas marcas?