Huawei ha anunciado hoy sus nuevos buques insignia: el Huawei Mate 30 y el Huawei Mate 30 Pro, que llegan para dar el relevo en la segunda parte del año a la gama P30. Un lanzamiento que se antojaba cargado de incógnitas por el hecho, asumido por todos, de que llegaría sin los servicios de Google ni la última versión del sistema operativo firmada por la compañía de Mountain View. Así ha sido.

En una confirmación de los acontecimientos sucedidos tras el veto impuesto por la Administración Trump a la tecnológica asiática, Huawei ha revelado que sus nuevos dispositivos se enfrentan a la situación que siempre habían querido evitar, que no es otra que la de prescindir de los servicios de Google, donde se incluyen la Play Store y aplicaciones como Gmail o YouTube, por ejemplo. Aseguran, eso sí, que proporcionarán una vía para que su instalación sea posible.

Un panorama incierto, en cualquier caso, que se extiende, ahora sí, sobre el negocio de la marca y que deja un rastro de dudas e incógnitas acerca del futuro que enfrenta Huawei. No obstante, parte del velo ha quedado levantado hoy, permitiéndonos conocer de manera más exacta qué es lo que podemos esperar de los nuevos teléfonos.

Las aplicaciones, el punto clave

Como se mencionaba, los nuevos terminales de Huawei no contarán en su interior con la tienda de aplicaciones de Google, la Play Store, a través de la cual todo propietario de un dispositivo Android en Occidente instala sus apps de uso más común. Tampoco estarán disponibles los servicios de la empresa, como la G Suit, donde se incluyen Gmail o Drive, por ejemplo. ¿YouTube? No. ¿Google Maps? Descartada también.

Huawei AppGallery

En su lugar, Huawei permitirá descargar aplicaciones a través de su servicio propietario AppGallery. Esta es una solución a medias, puesto que su catálogo es irrisorio comparado con el de Play Store (11.000 aplicaciones, de acuerdo a la marca, vs. 2,7 millones, según los últimos datos de Statista y en su interior hay ausencias tan notables como Facebook, WhatsApp o Instagram, capitales dentro del mercado europeo.

A cambio, Huawei empacará en el interior del dispositivo los Huawei Mobile Services y Huawei Assistant, revulsivos para intentar suplir la falta de tecnología que antes ofrecía Google. Entre otros, se encuentran trabajando actualmente en su propia aplicación de mapas.

Huawei ha insistido en que se encuentran trabajando en una forma sencilla para poder instalar todas estas apps ausentes de una manera "sencilla" cuando el terminal se ponga a la venta, algo que ocurrirá en las próximas semanas. La manera en la que esto podría realizarse finalmente es algo que no está claro. Además, la firma destinará 1.300 millones de dólares al desarrollo de aplicaciones para AppGallery.

Sin Harmony OS

Mucho se ha especulado en los meses recientes acerca de si la marca incluiría en el interior del terminal Harmony OS, el sistema operativo desarrollado por la propia marca que recientemente vimos en las Vision TV de Honor. No será así, por el momento, aunque Huawei ha confirmado que se encuentra trabajando en ello y que será una opción de cara a futuros lanzamientos.

Huawei Mate 30 Pro

En su lugar, el sistema operativo que corre por el interior de los Huawei Mate 30 es una versión de la vertiente Open Source de Android 10, maquillada en su superficie con la capa de personalización propietaria EMUI 10. Es posible que, llegados a este punto, uno no aprecie demasiada diferencia respecto a lo que habría sido la versión final de Android 10 firmada por Google en un primer momento, si bien el hecho del compendio de aplicaciones y servicios que no estarán presentes condicionarán de forma notable el uso del mismo.

Huawei ha declarado también la existencia de la posibilidad de volver a incluir Android de Google y todos los servicios de la empresa si la situación comercial con Estados Unidos se revierte en algún momento del futuro. Si atendemos a declaraciones pasadas de la tecnológica asiática, preservar las mismas siempre ha sido la opción primaria y preferida de la empresa.

Un reto sin precedentes

La situación a la que se enfrenta Huawei a día de hoy es, por decirlo con palabras suaves –y siendo algo generosos–, todo un reto. El hecho de que la compañía se enfrentaría a una catástrofe de grandes dimensiones si el veto de Estados Unidos terminaba por entrar en efecto ha sido algo que ha sobrevolado los círculos especializados y no especializados en los últimos meses y, si bien la firma no parece haber cambiado sus planes en cuanto a lanzamientos y política de ventas se refiere (planea, incluso, abrir dos nuevas megatiendas en Barcelona y París antes de que termine el año), habrá que esperar a que estos dispositivos lleguen al mercado para comprobar cuál es su recepción inicial.

El eje alrededor del cual gira todo ahora mismo es esa posibilidad prometida de instalar las aplicaciones y servicios de Google sin demasiadas complicaciones, aunque Huawei se enfrenta a la difícil tarea de convencer al usuario de que dar esos pasos adicionales, que no tendría que realizar con cualquier otro smartphone de otra compañía, son parte de un proceso indoloro y por el que merece la pena pasar.

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