Huawei ha demandado al Gobierno de los Estados Unidos tras la prohibición de sus equipos recogida en la sección 889 de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés).

"El Congreso de Estados Unidos ha fallado en repetidas ocasiones al presentar pruebas que respalden las restricciones impuestas a los productos de Huawei", señaló Guo Ping, presidente rotativo de Huawei. "Esta prohibición no solo es ilegal, sino que también impide a Huawei participar en una competencia justa, perjudicando en última instancia a los consumidores estadounidenses", continuó.

Song Liuping, el máximo responsable del área legal de Huawei, asegura que "la sección 889 se basa en numerosas proposiciones falsas, no probadas y no verificadas". También insiste, como ya hizo el fundador de la compañía, en que "Huawei no es propiedad del gobierno chino ni se encuentra bajo su control o influencia".

La compañía asegura que, según varios realizados en la industria, permitir que Huawei participe en los despliegues de infraestructura inalámbrica podría reducir los costes entre un 15% y un 40%, ahorrando a Estados Unidos un mínimo de 20.000 millones de dólares durante los próximos cuatro años.

En su compromiso con la privacidad y la seguridad, Guo Ping se mostró abierto a colaborar con el Gobierno de los Estados Unidos para resolver sus preocupaciones. "Levantar la prohibición de la NDAA permitirá al gobierno estadounidense trabajar con Huawei para resolver los verdaderos problemas de ciberseguridad".

Una historia que comienza en 2017

Imagen: David Ortiz.

Aunque la presencia de Huawei en los Estados Unidos ha sido siempre reducida, la guerra de acusaciones entre el Gobierno y la tecnológica china comenzó en diciembre de 2017. A pocos días de comenzar el CES en la ciudad de Las Vegas, la administración de Donald Trump intervino varios acuerdos entre Huawei y distribuidores norteamericanos como AT&T o Verizon, alegando la existencia de vínculos entre la corporación china y los servicios de inteligencia de su país natal.

Huawei, que planeaba anunciar su desembarco en el mercado norteamericano durante el CES, se vio obligada a dar un paso atrás. "Es una gran pérdida para nosotros, y también para las operadoras, pero la pérdida más grande es para los consumidores, porque los consumidores no tienen la mejor elección", señaló Richard Yu, CEO de la compañía, durante el evento en el que se esperaba que la compañía anunciase sus acuerdos con Verizon y AT&T.

"Nos hemos ganado la confianza de los operadores Chinos, hemos ganado la confianza de los mercados emergentes... y también hemos ganado la confianza de operadores globales, todos los europeos y japoneses. [...] Hemos demostrado nuestra calidad, hemos demostrado nuestra protección de la privacidad y seguridad", continúo el directivo de la corporación china.

Ren Zhengfei, fundador de Huawei. Imagen: Huawei.

Desde entonces, las acusaciones vertidas sobre Huawei no han hecho más que sucederse. La compañía ha sido vetada oficialmente de todas las agencias dependientes del Gobierno, obligando incluso a los contratistas y proveedores de las mismas a eliminar cualquier producto de Huawei de su infraestructura tecnológica.

Estados Unidos, además, solicitó la detención de Meng Wanzhou, directora financiera de la compañía, mientras realizaba una escala en el aeropuerto de Vancouver el pasado mes de diciembre. La ejecutiva se encuentra en libertad bajo fianza, pero está sometida a una vigilancia permanente y no puede abandonar la ciudad canadiense. Las autoridades, mientras tanto, gestionan su posible extradición a los Estados Unidos, donde se le acusa de fraude bancario y violar las sanciones comerciales impuestas a Irán mediante una compañía, participada por Huawei, de nombre Skycom Tech.

Recientemente, Meng Wanzhou demandó al Gobierno de Canadá y sus organismos subyacentes. La ejecutiva asegura que fue buscada, detenida e interrogada antes de ser notificada sobre su detención, lo que representaría una violación de sus derechos constitucionales. Los abogados también señalan que los agentes fronterizos obligaron a la directiva a entregar todos sus dispositivos, ordenadores y contraseñas, cuyos contenidos fueron inspeccionados ilegalmente por los empleados de la CBSA.

Angela Merkel.

Mientras tanto, el veto de Huawei en los Estados Unidos ha levantado preocupaciones en Europa, quien utiliza equipamientos de la marca china en sus infraestructuras de comunicación. Países como Alemania o Reino Unido estudian los posibles riesgos de usar los sistemas de Huawei en el despliegue de redes 5G, así como posibles formas de mitigarlos, en caso de que existieran.

Por el momento, ninguna nación europea, salvo Italia, ha tomado una decisión firme. La incertidumbre ha llevado a operadores como Vodafone –uno de los más grandes de Europa- a detener todos sus despliegues y pausar la compra de equipamiento a Huawei hasta que los estados miembros se posicionen oficialmente.

Europa mantiene el escepticismo ante la crítica posición de EE.UU sobre Huawei

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