Algunas de las mayores potencias económicas de la Unión Europea han mostrado su escepticismo ante la crítica posición de Estados Unidos –y varios países aliados– sobre la empresa china Huawei y los supuestos vínculos con los servicios de inteligencia de su país natal.
El Ministerio de Desarrollo Económico de Italia aseguró, a través de un comunicado oficial, que, por el momento, no tienen “intención de tomar cualquier iniciativa”. También señala que “no hay pruebas de peligro para la seguridad nacional” y que “en caso de que surjan problemas críticos actualmente no revelados, el MiSE evaluará la situación para tomar las iniciativas apropiadas”.
Por otra parte, el Senado francés rechazó el pasado miércoles una propuesta de ley que habría endurecido las comprobaciones en torno a los equipos de telecomunicación utilizados en el país. De haberse aprobado, los operadores habrían tenido que solicitar la aprobación del Gobierno para el uso de determinados tipos de equipamiento susceptible de espionaje y sabotaje.
Varios senadores argumentaron que su voto en contra se debió a la falta de tiempo para discutir apropiadamente el asunto, al que valoran como crucial y estratégico, según recoge la agencia de noticias Reuters. “No hemos podido hacer nuestro trabajo como miembros del parlamento”, afirmó la senadora Elisabeth Lamure a Reuters.
Alemania, por otra parte, no desea vetar los productos de Huawei de las redes 5G, según el diario local Handelsblatt, quien cita a fuentes cercanas al Gobierno. Durante una reunión el pasado miércoles, Helge Braun, jefe de la Cancillería Federal, y los ministros de exteriores, interior, economía e infraestructuras coincidieron en el rechazo al veto.
Pese a ello, Alemania mantiene el escepticismo sobre el asunto. Durante un evento en Japón, la canciller alemana Ángela Merkel reclamó una serie de garantías a Huawei para no prohibir su participación en los despliegues de redes 5G. La compañía, a través de un comunicado oficial, defendió la seguridad de sus productos e invitó a mantener conversaciones con el Gobierno.
En paralelo, la agencia federal de ciberseguridad alemana investiga los posibles riesgos asociados a Huawei y sus equipos de telecomunicación, según el grupo de periódicos Funke, que cita al ministro de economía Peter Altmaier. Alemania necesita protegerse “en todas las áreas sensibles, desde hospitales hasta telecomunicaciones”, aseguró Altmaier, quien también señaló que se estaba conversando sobre los estándares de seguridad de las redes móviles.
Países como Polonia, Noruega y Reino Unido también han mostrado preocupaciones sobre el uso de equipamiento de Huawei tras las alertas procedentes de Estados Unidos y otros países occidentales, aunque ninguna ha adoptado, por el momento, medidas excluyentes.
En el caso de Polonia, la detención de un empleado de la compañía –acusado de espionaje– ha incrementado las sospechas dentro del país. Sus dirigentes también valoran el veto al equipamiento del fabricante chino tras los hechos, aunque no han adoptado ninguna medida por el momento. Huawei, como respuesta, despidió a su empleado por “deshonrar” a la compañía china y aseguró no estar vinculada con sus labores de espionaje.
Algunos operadores como Orange han decidido prescindir del equipamiento de Huawei en las redes 5G francesas, mientras que otros como Vodafone, de manera preventiva, han detenido la compra de equipamiento 5G a la empresa china hasta que los Gobiernos de los diferentes países en los que presta servicio se posicionen al respecto.
Deutsche Telekom, uno de los mayores operadores de telecomunicaciones de Alemania, advirtió que el veto a Huawei podría retrasar en al menos dos años –hasta 2022– el despliegue de redes 5G en Europa. Las redes 5G se instalarán apoyándose, en parte, sobre las infraestructuras 4G ya desplegadas, cuyo equipamiento ha sido fabricado, en muchos casos, por Huawei. Virar hacia productos de otros proveedores, cancelar los contratos previos y rediseñar algunas áreas del despliegue incrementaría la inversión necesaria para el 5G.
La situación, en general, contrasta con la experimentada en Estados Unidos, donde se prohibió unilateralmente el uso de equipamiento de Huawei. Los estados miembros de la Unión Europea y las operadoras correspondientes muestran un escepticismo y diversidad de opiniones que, por el momento, parece no tener un desenlace cercano. Mientras tanto, eso sí, la esperada ventana de lanzamiento del 5G –año 2020– continúa acercándose.