donald trump the apprentice

Imagen: Time.

Las tecnologías de Huawei y ZTE no tendrán cabida dentro de los organismo oficiales del Gobierno de Estados Unidos y contratistas asociados a estos, según ha oficializado el presidente del mismo, Donald Trump, en lo que supone un nuevo golpe de efecto contra las tecnológicas chinas y el comercio internacional con el país asiático. La última nota de una sinfonía que se lleva prolongando durante los últimos meses y que ahora alcanza un nuevo punto.

El otorgamiento oficial del estatus de persona non grata a ambas compañías –que ya era no oficial desde hace mucho tiempo, tal y como declararon los dirigentes de los principales organismos de seguridad estatales– es algo que no sorprende en el conjunto de los hechos, pero que sí lo hace si se tiene en cuenta que fue el propio Trump el que insistió en levantar el cese de actividad que pesaba sobre ZTE y que había terminado de manera efectiva con las operaciones de la compañía.

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Esta prohibición, que será implementada de manera efectiva en los próximos dos años, tiene como pilar la amenaza para la seguridad del país y el compromiso que para esta puede suponer el uso de tecnologías de las compañías mencionadas. Huawei ya se pronunció al respecto en el pasado, afirmando que las acusaciones carecían de fundamento y que su trabajo en otros muchos países alrededor del mundo avalaban su calidad.

Territorio hostil

Ni Huawei ni ZTE cuentan con una presencia notable en el mercado estadounidense –especialmente en el terreno de los smartphones– si se compara con otras zonas geográficas. Las constantes trabas por parte del Gobierno y la actitud hostil que se está generando contra estas compañías está impidiendo que así sea, con una serie de sucesos en contra de las mismas que se han sucedido de manera especial durante este año.

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A principios del mismo, llegaba la negativa a Huawei para desembarcar de manera efectiva en Estados Unidos con su Mate 10 Pro, el terminal que iba a abrir un nuevo horizonte para la tecnológica y que fue vetado de su comercialización con las operadoras nacionales. Más tarde, la cadena de infortunios de ZTE continuó un año para olvidar en lo que al comercio entre China y Norteamérica se refiere.