El 21 y el 22 de marzo, la planta de Amazon en San Fernando de Henares vivía un momento que algunos podrían considerar histórico en cierto modo. Era la primera huelga que la compañía sufría en España; un reflejo de lo que había venido pasando en Alemania e Italia meses antes al amparo del Black Friday. Con un 98% de seguimiento de la plantilla operativa, la realidad es que la resaca de la huelga sigue notándose dos semanas después.

Amazon mantiene el silencio sobre una huelga que alcanza el 98% de seguimiento

Las dudas quedaban en el aire después de dos intensas jornadas de piquetes a la entrada del complejo de la tecnológica. Por un lado, si el convenio laboral de marras estaba parado desde el 31 de diciembre de 2016 y bloqueado en las negociaciones colectivas, era de esperar que la situación mejorase en pocas horas. De hecho, uno de los motivos de tensión que mantienen a Amazon y a los sindicatos separados por una gran barrera es el juicio pendiente para el 25 de mayo de este mismo año que sienta en el banquillo precisamente a estas partes por su negación a sentarse en una misma mesa a dialogar el futuro de los empleados de la planta de San Fernando.

En cualquier caso, ¿qué pasaría de aquí en adelante? Durante el desarrollo de la huelga, y en un comunicado enviado a los medios de comunicación, Amazon anunciaba un aumento de sueldo a los empleados fijos con menos ingresos y congelación a los que tenían más ingresos. De la retribución por horas extras y bajas por enfermedad la tecnológica dirigida por Bezos no hacía mención. De forma sistemática, todos los sindicatos que secundaron el paro de los empleados rechazaron la medida propuesta por la compañía. La primera razón se centraba en los modos, al no haberse dirigido a los portavoces de los empleados; la segunda simplemente es que los cambios no se ajustaban a la realidad de la situación.

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Amazon amenazaba con poner en marcha el convenio sectorial si una huelga general o similares asomaban por el horizonte. Según ha podido saber El Confidencial, este convenio ya ha llegado a las instalaciones de la localidad madrileña en modo de anuncio en un tablón de corcho. A partir de ahora, y de forma unilateral, la tecnológica tendrá ese texto como su ABC para las relaciones con los empleados.

De entre todo el texto, hay dos puntos que deberían preocupar especialmente a los empleados fijos y temporales de la compañía. Por un lado, si las horas extras se pagaban hasta la fecha con un 25% del sueldo, la nueva propuesta establece una reducción al 20%. Uno de los deseos de Amazon de reducir los pagos por horas adicionales queda cumplido con la el convenio sectorial. Además, las última reformas laborales, con un intento de reducir la masa de empleados temporales y aumentar su conversión a indefinidos, establece una férrea normativa de tiempos máximos de contratación bajo este modelo. Se entiende que, a partir de ahora, la rotación de los trabajadores temporales aumente con el objetivo de evitar llegar al dead line legal. El aumento de sueldos o, al menos, su congelación no ha salido a colación hasta el momento, así como las bajas por enfermedad y su reducción en el pago de las mismas hasta un 50% del sueldo comparado con el 100% actual no se ha mencionado.

Lo que sí es cierto es que, uno de los bastiones de Amazon, compañía que defendía una de las situaciones laborales más beneficiosas para sus trabajadores de planta versus trabajadores del sector para la competencia, ya no es un perfil definitorio. La entrada en el convenio sectorial les pone a la altura de cualquier compañía de repartos.

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