La siguiente versión de Android se llamará KitKat y aunque algunos hubiésemos preferido creer que sí, no es una broma. KitKat para una versión que (se supone con un acuerdo millonario con Nestlé mediante) estará enfocada en ofrecer una experiencia de usuario unificada para toda la plataforma. Dicho de otro modo, Google está apuntando directamente a la gama inferior de todo el segmento de smartphones. Un mercado que a otros fabricantes como Nokia les ha funcionado increíblemente bien. Y no hablamos de gama media, ni siquiera de gama media-baja, hablamos de lo más bajo de todo el segmento.

"KitKat es el intento por procurar que Android sea igual de Android en un teléfono que cuesta 700 dólares que en uno que cuesta 100"

Teniendo en cuenta que el modelo de Nokia con el Lumia 520 lo ha catapultado como el terminal con Windows Phone más popular de todos los tiempos, con una cuota de sistema del 13,3%, está claro que hay una necesidad ahí que hace falta cubrir. Y no sólo en Android o en Windows Phone, Firefox OS, el sistema operativo conjunto de Telefónica y Mozilla va por el mismo camino: terminales baratos o muy baratos enfocados a mercados emergentes. El denominador que diferencia a todos ellos y en el que por el momento sólo sobresale Nokia es el de la usabilidad, la mayoría de estos teléfonos cuentan con prestaciones tan bajas y están tan mal optimizados que utilizarlos acaba siendo un auténtico dolor de cabeza.

Más allá de la estrategia, acertada desde un punto de vista teórico, lo peor de Android Kitkat no es el nombre o las consecuencias que implica, es que viene a resolver, a parchear en definitiva un problema que lleva siendo el auténtico lastre del sistema operativo durante todos estos años: la fragmentación. Atrás quedó, por aburrimiento realmente, la fragmentación a nivel de hardware con miles de pantallas, resoluciones, requerimientos y prestaciones distintas. Hablo de la fragmentación como software a nivel de usabilidad: mismo sistema operativo, misma versión pero experiencias de usuario completamente diferentes. Android KitKat es el intento, esperemos que exitoso, por procurar que Android sea igual de Android en un telefóno que cuesta 700 dólares que en uno que cuesta 100, o menos.

Pero por otro lado también es interesante analizar las consecuencias que tiene esto para Apple. Enfocada por completo en la gama alta durante todos estos años, la supuesta llegada (porque sigue siendo supuesta) llegada de un iPhone más barato, que no low-cost, y más asequible a costa de rebajar las prestaciones pero no la usabilidad es la respuesta a un efecto cada más palpable: la democratización del smartphone. El smartphone ya no es exclusivamente un producto de gama alta, o caro, o destinado sólo a un puñado de early adopters. El smartphone está empezando a perder la parte de "smart" (a normalizarse, a hacerse común) para quedarse únicamente con la parte de "phone" y las posibilidades que eso puede abrir son todavía más interesantes.

Foto: Etnyk

Android KitKat debería ser una broma porque es un nombre cutre, un nombre patrocinado y un nombre que esperemos que aporte al ecosistema Android algo más que mejoras de rendimiento y usabilidad en la gama baja. Pero no lo es porque es testigo de una realidad a nivel global, que la gama baja va a empezar a importar cada vez más y a democratizarse de manera exponencial sobre todo en mercados emergentes. El iPhone 5C puede ser una buena manera de reducir el precio del teléfono y acercarlo a entornos como el estudiantil por ejemplo de manera más efectiva, pero es probable que en un futuro veamos una aproximación todavía más agresiva. No hablo de ver un iPhone de $100 dólares, probablemente ni siquiera de $200, pero sí un teléfono que no esté por completo posicionado en la gama alta o en la gama media alta, que es probable en el que el nuevo teléfono de Apple va a colocarse.

Apple no tiene el problema de la usabilidad, ahora mismo tiene más bien un ligero problema de estrategia. Sustituir sus modelos antiguos, el iPhone 4S y el iPhone 4, y unificarlos en un terminal nuevo, más barato y más enfocado puede ser una buena manera de solucionarlo, pero sigo sintiendo que hay algo más detrás. La compra de AlgoTrim, algunas de las nuevas funciones de iOS 7 o los esfuerzos continuos para mejorar Apple Maps son algunas de las pistas que apuntan hacia ello. Queda tan sólo una semana para que tenga lugar el evento de los nuevos iPhone y para que muchas de estas conjeturas dejen de serlo. Mientras tanto, en Android estarán rascando pegatinas a lo Willy Wonka para ver si les tocó un Nexus 4 con la última chocolatina.

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