Hace apenas unos días nos hicimos eco de que Samsung también está desarrollando su reloj inteligente; por no hablar de las 100 personas que tiene Apple trabajando en el iWatch. ¿Sabéis qué? Todo apunta a que Google también está dispuesto a unirse a toda esta guerra para intentar revolucionar los dispositivos de muñeca, según informa el Financial Times. Además, el reloj inteligente de Google estaría siendo desarrollado por el equipo de Android, al contrario que las Google Glass, que forman parte del X Lab. Quizás se podría intuir como una pista indicando que el reloj estaría más cerca de llegar al mercado que las gafas.
En un mercado cada vez más saturado de teléfonos inteligentes los fabricantes buscan otras alternativas para ampliar sus negocios. Todos ellos compiten por encontrar el próximo dispositivo de éxito que marcará el futuro a corto plazo. De momento, sabemos que Google está trabajando en las Google Glass que a efectos prácticos no sabemos si conseguirán incorporarse en la vida cotidiana de la gente. Ojo, siempre hay que guardarse un as bajo la manga: un smartwatch.
El nuevo reloj inteligente de Google estaría basado en una patente de 2011 que mostraba un smartwatch con doble pantalla. Una de ellas permanecería fija mientras que la otra estaría articulada añadiendo la posibilidad de levantarla. Además, sin lugar a dudas, para facilitar la interacción con el usuario, contaría con una interfaz táctil. Sin embargo, al tratarse de una propuesta del 2011 puede que el producto final no tenga nada que ver con el concepto inicial.
Sin tener en cuenta las funciones que podría tener, el reloj de Google podría competir gracias a los servicios que incorporaría además del bajo precio. Cabe destacar el coste de sus productos Nexus; si nos vamos a ver los dispositivos de la competencia de características similares observamos que el precio se dispara.
Sin embargo, donde de verdad tendría que resaltar para que representase una innovación real sería en la creatividad. Deberían sorprendernos con ideas que nosotros ni nos imaginamos que puedan existir. ¿Difícil? Sí. ¿Imposible? No.