El pasado 20 de mayo pasaba a mejor vida otro de esos científicos que han cambiado radicalmente la forma de comportarnos del común de los mortales, pero que si os dijera su nombre no tendríais ni idea de quién es, ni a que se dedicaba. Me refiero a Eugene J. Polley, ingeniero de la compañía norteamericana Zenith y mucho más famoso por ser el inventor del mando a distancia.

Sí, ese aparatito que tan buenos momentos nos ha dado y que es culpable de más de una discusión de pareja, de algún que otro kilito de más y de unos cuantos perezosos por el mundo adelante. Aunque hoy en día los tenemos con teclado QWERTY, pad táctil y hasta mini-pantalla de televisor; en sus comienzos el primer mando a distancia sin cables parecía más un secador de pelo o un arma láser de una película de Star Trek que otra cosa. Con el nombre de Flash-Matic se presentó el primer mando a distancia que se servía de impulsos luminosos para cambiar de canal y volumen.

Hasta aquella, los escasos equipos que contaban con mando a distancia, utilizaban uno con cable que era cuanto menos engorroso. Este Flas-Matic supuso un cambio radical, ya que no dependías de la longitud del cable para moverte por la habitación. Se basaba en el mismo principio que los actuales: una especie de pistola emitía unos impulsos codificados, que eran recogidos por unos sensores situados en las cuatro esquinas de los televisores Zenith.

Como toda nueva tecnología tenía algún fallito que otro, como que el televisor confundiera la luz del sol con las pulsaciones del mando a distancia, por lo que había cambios de canal o volumen involuntario. De cualquier forma, un gran avance para la humanidad y un escaso reconocimiento para este gran inventor: Eugene J. Polley

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