Hay un capítulo épico de The Big Bang Theory en el que los protagonistas crean un dispositivo de besos a distancia. En el episodio —el segundo de la quinta temporada, para ser precisos—, Howard pone a prueba el aparato con Raj, ante la mirada atónita de Leonard. El caso es que esta delirante escena ahora podría ocurrir en la realidad, gracias a un artefacto patentado por el Instituto Vocacional de Tecnología Mecatrónica de Changzhou, en China.

El aparato tiene "labios" móviles, construidos con silicona. Así funciona: los usuarios deben descargar una aplicación, para luego conectar sus teléfonos móviles —a través del puerto carga— al artefacto. Después, las personas interesadas deben vinculares desde la aplicación y así poder iniciar una videollamada. ¿Qué sigue? Pues los besos.

Este dispositivo de besos a distancia está equipada con sensores de presión. Según reseñó CNN, puede imitar un beso real porque replica el movimiento y la temperatura de los labios del usuario.

Un noviazgo a distancia inspiró
la creación del dispositivo para dar besos

Quienes crearon el dispositivo de besos a distancia la promocionan como una solución para que las parejas que están lejos puedan compartir "intimidad física real". "Cuando estaba en la universidad, tenía una relación a larga distancia con mi novia, así que solo manteníamos contacto gracias al teléfono. De ahí surgió la inspiración de este dispositivo", dijo Jiang Zhongli, el principal inventor del diseño, de acuerdo con lo publicado por Global Times.

Jiang solicitó la patente en 2019 y le fue concedida en enero de este año. Confesó que no esperaba que su invento se hiciera tan popular y dijo que le gustaría que algún interesado se postulara a perfeccionar el diseño del dispositivo.

En Toabao, el sitio de compra más grande de China, se venden un precio de alrededor de 260 yuanes cada uno —un poco más de 35 euros—. De acuerdo con South China Morning Post, se venden más de 100 dispositivos de besos a distancia por mes.

Un invento similar había sido lanzado en 2016 por el Imagineering Institute en Malasia. Le llamaron el "Kissinger", pero este aparato estaba conformado por una almohadilla de silicona sensible al tacto en lugar de labios de aspecto realista.