¿Quién ahora debe ponerse las pilas? Con la estrategia que Nintendo está implementando para salir de la crisis en la que ha estado sumergido hasta ahora, es inevitable no pensar que es otro el que debe buscar la manera de que estos movimientos no estropeen la llegada de su nueva consola portátil.

Si son fanáticos de las consolas portátil sabrán que me refiero a Sony y PS Vita. Es que desde que se anunció el precio oficial durante el E3 de este año, la mayoría comenzó a devolver el dinero a su bolsillo para esperar la llegada de nueva consola de Sony porque además de igualar el precio para aquel entonces, parecía tener tecnología más aprovechable que Nintendo 3DS aún sin contar con el 3D.

Pero hoy no vamos a a hablar de las capacidades de ambas consolas, ya ustedes deben tener su preferida. Sin embargo, ahora que Nintendo rebajó casi en un 50% el precio de su consola, no podemos dejar de pensar si esto afectará la llegada de PS Vita, que por cierto se retrasó y se perderá la fechas navideñas por lo menos fuera de Japón.

Aún no se ha hecho el ruido suficiente, pero no pasará mucho tiempo, créanme, para que todo mundo comience a pedir que el precio de PS Vita baje. Ya los analistas comenzaron a predecirle el futuro de la consola y si Sony no se toma en serio las peticiones y las opiniones, podría tener números peores a los que Nintendo, con la 3DS, está teniendo actualmente.

Durante el lanzamiento y otras intervenciones de los ejecutivos de Sony dijeron que tratarían de mantener el precio de PS Vita tan bajo como el de Nintendo 3DS y este es el momento adecuado para comenzar a considerar un cambio, de cualquier modo tienen tiempo suficiente para pensarlo y, además, crear una nueva estrategia.

El precio de PS Vita, para su llegada, está pautado por en $249/249€ la versión Wi-Fi, mientras que el modelo con conectividad 3G costará $299/299€. Nintendo 3DS bajó el precio oficial a 169.99€, así que no estaría mal poder obtener PS Vita por $200 la versión 3G y la $150 la versión Wi-Fi, ¿o es mucho pedir?

Particularmente me parece que los precios de las consolas portátiles están un poco sobrevalorados, a pesar de que se llenan la boca de ofrecer tecnología increíble y juegos que superan por mucho los de Android e iOS, es absurdo pagar casi lo mismo que por una consola de sobremesa. Afortunadamente Nintendo lo entendió, a los golpes, pero lo entendió.

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