iPhone pequeñoCuando escribo una entrada en el weblog lo hago con todas sus consecuencias, para bien y para mal, si doy mi opinión me expongo a ser criticado, pero es algo que se debe tener en cuenta en cualquier medio de comunicación público, supongo. Dicho esto, paso a describir la breve historia de un sorteo...

Tal día como el 25 de noviembre de 2007 los chicos de Wikio tuvieron a bien enviar a AppleWeblog mediante el formulario de contacto la información del concurso que tenían previsto mediante el cual regalarían un iPhone directamente al ganador del sorteo y otro a su padrino, esto es, a alguien que ya se hubiese inscrito antes y hubiese hablado del concurso a otras personas dando su código de participación. Gran idea.

Como me pareció buena idea y me quedé con las ganas de asistir a la reunión de bloggers europeos que organizaron en septiembre del mismo año, me puse en contacto con Sabina, su encargada de comunicación, para pedir más información y consultar la posibilidad de inscribirme publicando mi código de padrino con una única condición: si resultaba agraciado algún apadrinado sortearía mi correspondiente iPhone. Perfecto.

Así lo hice, y como 150 personas tuvieron en cuenta lo que dije, supongo que llevaba las papeletas suficientes como para que una de ellas ganase y, por extensión, lo hiciera yo también. Si digo algo es para cumplirlo, y si digo que sorteo un juguetito que llevo deseando tener más de dos años, antes incluso de que fuese real y no más que un rumor en un weblog, lo hago. El primer día laborable fue el elegido por Sabina para ponerse en contacto personalmente con el ganador y su padrino, o sea, yo, y comunicarnos las buenas nuevas. Excelente.

El día 5 de enero, me dije, es el día que debemos anunciar el ganador, pensando que era buena idea celebrar el día de reyes por todo lo alto y hacer feliz a un lector del weblog. La única condición que puse fue el envío de un correo electrónico con cierto asunto en especial y que fuese residente en España: Ni Wikio ni yo podemos asegurar la correcta recepción de un envío que salga fuera de nuestras fronteras. Suficiente.

El día 28 de diciembre anunciamos el sorteo, un buen día para hacerlo ya que en España coincide con el día de los Santos Inocentes (semejante al April Fools' Day anglosajón) y sabía que los que no fuesen lectores habituales no habrían leído la entrada en la que expresaba mi intención de hacerlo. Efectivamente, así sucedió, y no dejaron de llegar varios comentarios diciendo que era una inocentada. Genial.

Un par de días después me encargué de darle un poco más de publicidad al asunto de forma que se desmintiese cualquier malentendido provocado por los incrédulos y los que intentan chafar el buen hacer de los demás, deseando de paso un feliz año nuevo, me pareció la ocasión ideal. Conmovedor.

En vista de que la gente se estaba apuntando al sorteo la siguiente vez que hablamos de éste fue el último día del plazo dado para inscribirse, día en el que, por supuesto, se inscribieron más personas convirtiéndolo en un pequeño éxito personal. Ingenuo.

Al día siguiente procedimos al sorteo. Casi 2.000 personas se inscribieron y convirtieron la cuenta de correo utilizada en un pequeño infierno de páginas y páginas de largo, haciéndolo un poco más complicado. En ese momento decidimos que lo mejor es seleccionar un número aleatorio que nos diga la página de presentación por donde empezar, teniendo en cuenta que se presentan en grupos de 50 en 50 correos recibidos (del sorteo, spam y publicidad, entre otros), utilizando un pequeño script que genera número pseudoaleatorios dados un límite inferior y un límite superior. Obtuvimos en número 345 lo que nos condujo a la página que contenía los correos del 301 al 350. Ahora, ¿cómo elegimos el ganador? Sencillo, se escoge al primero que pasa por delante y se le pregunta un número del 1 al 50, y @pjorge dijo: 37. Curioso.

En dicha página el 37º correo contando de arriba hacia abajo estaba el de Juan, un perfecto desconocido, cuyos datos parecían correctos y con el que nos pusimos en contacto de inmediato. El resultado fue una escena bastante divertida ya que primero contestó al teléfono su madre para pasarnos con él. Efectivamente se trataba de un lector de AppleWeblog (¡bien!) efectivamente usa un Mac (¡bien otra vez!) y efectivamente, se mostró muy ilusionado con el resultado del sorteo. Maravilloso.

Nunca llueve al gusto de todos y para que gane uno deben perder el resto. Por mucho que nos cueste creerlo es así y mal nos irá en nuestro futuro si no lo tenemos en cuenta. La vida es una suma de pruebas en las que se gana o se pierde y desde ya os anuncio que no siempre resultas vencedor, hay que aceptarlo como viene, pero hay gente que no lo hace y en lugar de mantenerse callados prefieren fastidiar al resto, poniendo en tela de juicio algo que podría no haber sucedido si no fuera tan firme con mi palabra. Patético.

Ahora, y habiendo contado mi versión de los hechos, aquí os dejo mi correo electrónico (mmoroca @ hipertextual.com) por si aún queréis que os explique alguna parte de la misma, no quiero que quede ni el más ligero atisbo de tongo, fraude o como queráis llamarlo, mientras yo sigo pensando qué hago el día 24 de enero, mi primer aniversario escribiendo, opinando y cuchicheando acerca del mundo Mac en general en este maravilloso weblog...

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