La comunidad de expertos en IA lleva unos días revolucionada por culpa de GPT2. Ojo, no debes confundirlo con GPT-2 (con guion), el modelo de lenguaje que lanzó OpenAI en 2019. El nuevo, sin guion, se adentró por sorpresa en el ranking LMSYS hace unos días y ahora se cree que puede ser el nuevo GPT-5.
Y es que, desde que se puede utilizar GPT2 en LMSYS, este ha estado poniendo en jaque a todo el mundo. Su asombroso desempeño y rendimiento ha rivalizado con los modelos de lenguaje más potentes como GPT-4, algo que estaba empezando a generar rumores. ¿Lo más curioso? Nadie sabía de dónde procedía ni a quién pertenecía. La IA más potente y prometedora era un secreto.
Y como era de esperar, el secretismo le ha durado poco a GPT2. Ha bastado un error de límite de tasa con la nomenclatura 429 para revelar que la misteriosa —y potente— IA es propiedad de la gigantesca OpenAI. ¿Lleva GPT-5 semanas disponible?
GPT2 podría ser una beta de GPT-5
El propio Sam Altman, CEO de OpenAI, bromeaba hace días en X (Twitter) sobre GPT2. Un guiño que se suma a la confirmación de que esta prometedora IA es, en realidad, propiedad de ellos.
Ahora bien, lo más importante en estos momentos no es saber de quién es, sino qué es. ¿Estamos ante GPT-5 en realidad? Lo cierto es que GPT2 ha dejado con la boca abierta a casi todos los expertos IA del panorama, siendo un modelo de lenguaje especialmente potente e inteligente a la hora de resolver problemas matemáticos. Además, sus habilidades de razonamiento son asombrosas y consiguen igualar a otros LLM muy potentes como Llama 3, Gemini 1.5 o GPT-4.
Este brutal desempeño, sumado a la llegada de OpenAI a la ecuación, nos lleva a pensar que GPT2 es, en realidad, una vista previa de GPT-5. O en su defecto, una preview de una gran actualización como GPT-4.5.
Para rematar la jugada, Sam Altman lleva varios meses bromeando y haciendo declaraciones sobre GPT-5 y un inminente lanzamiento. Es más, una reciente filtración afirma que este nuevo modelo estará listo a mediados de año, una fecha muy próxima que casualmente coincide con las migajas que OpenAI ha dejado con GPT2.