El pasado mes de mayo, cuando la viruela del mono comenzó a extenderse fuera de África, surgió la pregunta sobre si podría tratarse de una infección de transmisión sexual. Se concluyó que no. Al fin y al cabo, no es un virus nuevo, se conocen bastante bien sus vías de transmisión y la sexual no suele estar entre ellas. No obstante, actualmente investigadores de Italia y Alemania han descubierto fragmentos de ADN del virus en el semen de pacientes infectados. Esto, lógicamente, reabre la pregunta que se dio por cerrada. Pero no es tan sencillo.

El hecho de que se haya encontrado el virus de la viruela del mono en el semen no quiere decir que exista transmisión sexual. En primer lugar puede que ese ADN no pertenezca a partículas infectivas. Además, puede haberse dado por contaminación de las muestras o un derrame puntual en las secreciones genitales. Otros virus, como el ébola, se han detectado anteriormente en el semen y eso no les convierte en infecciones de transmisión sexual.

De todos modos, si llegase a serlo sería más bien una cuestión de terminología, pues las medidas de contención de la viruela del mono serían las mismas. Al fin y al cabo, durante una relación sexual se dan necesariamente el resto de formas de contagio asociadas a esta enfermedad: contacto piel con piel y piel con boca, especialmente. En realidad, que se encuentre en el semen, aun siendo partículas infectivas, es algo bastante secundario.

Dudas sobre la transmisión sexual de la viruela del mono

La viruela del mono se transmite especialmente por contacto con las secreciones de las pústulas de los enfermos, así como con otros fluidos. Esto incluye las gotitas respiratorias, de ahí que también se hable de contagios por esta vía. No se trata de aerosoles, por lo que la transmisión no sería tan potente como con el coronavirus. Sin embargo, un contacto cercano y mantenido sí que podría dar lugar a contagio por vía respiratoria.

Pero, volviendo a las secreciones, lo lógico es que la principal vía de contagio sea el piel con piel o piel con boca. Y esto es algo que ocurre durante las relaciones sexuales. Posiblemente por eso parece ser que muchos de los casos detectados han sido de hombres que se acuestan con hombres. Se sospecha que pudo haber un evento supercontagiador al que acudieron muchas de estas personas y desde ahí se han ido infectando otros muchos. Pero ha sido casual. El evento supercontagiador podría haber sido un campeonato de lucha libre o una convención de masajistas y no por eso habríamos dicho que es una enfermedad que afecte solo a este tipo de personas.

Generalmente el contagio se da por contacto con las secreciones de las pústulas de los enfermos

Ahora bien, volviendo al hecho de que pueda ser una infección de transmisión sexual, el hecho de haber encontrado ADN viral en el semen hace volver a plantear las cosas. Esto indica que sí que podría haber cierta transmisión durante las relaciones sexuales, pero sin eyaculación también lo habría así que no cambia nada de cara a la población. Sí lo hace en lo referente al conocimiento de los científicos sobre la viruela del mono.

Lo ha explicado en IFLScience David Tscharke, profesor de Inmunología y Enfermedades Infecciosas en la Universidad Nacional de Australia, y especialista en poxvirus. “No sabemos si esto es típico de las infecciones por viruela del mono que han estado ocurriendo durante décadas en varios países de África, simplemente porque nadie se ha molestado en mirar”.

Y es que las cosas son así. Esta enfermedad lleva décadas infectando a humanos en África. Pero eso parecía importarnos menos. Ahora que se ha hecho un hueco en el resto del mundo, de repente, nos importan mucho más sus vías de transmisión y todo lo que pueda ayudarnos a protegernos del virus. No sabemos en qué quedará este brote, de momento parece que por suerte se extiende mucho más despacio que otras enfermedades. Pero lo que sí está claro es que nos está dando mucho en lo que pensar. O al menos debería.

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