Hace unos días, un vídeo del médico César Carballo en el que hablaba sobre la transmisión del coronavirus por mosquitos sembró una gran polémica en redes sociales. Por un lado, por parte de las personas que se asustaron al pensar que esta podría ser una nueva vía de contagio. Por otro, por quienes criticaron que hiciese una afirmación así sin tener evidencias científicas disponibles.

De hecho, en el vídeo, en el que contestaba a una pregunta de Carmen Porter, matizaba que no lo sabía científicamente. Por eso, habría sido más sencillo decir que no lo sabía, sin llegar a lanzar un dudoso . Sí que hay que reconocer que, aunque este vídeo se ha difundido ahora, en realidad es de los inicios de la pandemia, cuando había mucha más incertidumbre con todo lo concerniente a la enfermedad. 

Ahora bien, ¿en qué situación estamos actualmente? ¿Podrían los mosquitos haber formado parte de la transmisión del SARS-CoV-2 en todo este tiempo? Lo cierto es que parece muy poco probable. Y ahora sí que hay estudios y evidencias al respecto.

Estudios sobre la transmisión de coronavirus por mosquitos

Para que un mosquito pueda transmitir un virus a través de su picadura es necesario que este se replique en sus células. Por eso, existen numerosos estudios dirigidos a comprobar si esto es posible con el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.

Los estudios van dirigidos a comprobar si el virus puede replicarse en el mosquito

Uno de los primeros estudios se publicó en julio de 2020, apenas cuatro meses después de la declaración de situación de pandemia. Se analizaron mosquitos de tres especies: Aedes aegypti, Aedes albopictus y Culex quinquefasciatus. A todos ellos se les introdujo el mosquito por inoculación intratorácica para, un tiempo después, comprobar si había podido replicarse. Y, curiosamente, solo se encontraron partículas del virus aún infeccioso en uno de ellos, que se recogió 24 horas después. No obstante, la cantidad era la misma que en la inoculación, por lo que no parecía que se hubiese replicado. 

A pesar de este estudio, seguía habiendo cierta incertidumbre. Por eso, en enero de 2021 se llevó a cabo un nuevo estudio para comprobar si existía la transmisión de coronavirus por mosquitos. Esta vez se utilizaron las dos especies de mosquito que actúan como vectores virales más comunes en Europa. La primera fue Aedes albopictus, que también había participado en el trabajo anterior. La segunda, Culex pipiens, es un mosquito conocido, por ejemplo, por la transmisión del virus del Nilo Occidental.

Al contrario que en 2020, no se inoculó el virus a los mosquitos a través del tórax. Esta vez se reprodujo lo que ocurriría naturalmente, al alimentarlos con sangre de pacientes infectados. Después, se recolectaron los mosquitos en los días 0, 3, 7 y 10 tras la inoculación. De nuevo, observaron que el virus no podía replicarse, por lo que era imposible que lo transmitieran mediante sus picaduras.

Y, por si todo esto no fuera suficiente, en julio de este año se publicó otro estudio, esta vez con Culicoides sonorensis, Culex tarsalis y Culex quinquefasciatus. Todos ellos son vectores de virus de ARN, como los es el SARS-CoV-2. ¿Pero puede hablarse con ellos de transmisión del coronavirus por mosquitos? De nuevo, parece ser que no. 

Como en el estudio de enero, los mosquitos se alimentaron con sangre de pacientes infectados, aunque esta vez solo se recolectaron a los 10 días. Entonces, se realizó una PCR para detectar el virus en su organismo. El 85% de ellos dieron positivo. No obstante, cabe destacar que positivo no es lo mismo que infectivo. Un resultado positivo en la PCR indica que se ha detectado el ARN viral en las células del hospedador, en este caso los mosquitos. Pero puede que ese virus no se esté replicando y que, por lo tanto, no pueda infectar. 

Por eso, se procedió a homogenizar las muestras de mosquito. Esta es una técnica que permite romper suavemente las membranas celulares, liberando su contenido. Un contenido que posteriormente cultivaron en células de mono verde africano. De este modo, si hubiese virus con capacidad infectiva, se infectarían dichas células. Pero después de tres ciclos con este procedimiento, no se encontró ni rastro de los virus. Por eso, de nuevo se concluyó que la transmisión de coronavirus por mosquitos es altamente improbable.

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Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC)

¿Quizás por contacto?

En el estudio de enero sobre el contagio de coronavirus por mosquitos hubo un pequeño experimento a parte. 

A día de hoy sabemos que el contagio por contacto es prácticamente insignificante

Y es que, al contrario que C. pipiens, A. albopictus tiene una forma muy particular de picar, ya que puede realizar varias comidas en diferentes huéspedes en muy poco tiempo. Por eso, se pensó que quizás, si no por las picaduras, podría transmitir el virus mecánicamente, por contacto.

Para comprobarlo, se les colocaron comederos con sangre infectada y, después, con sangre sin infectar. No se hizo un trasvase del virus, por lo que no parecía que se pudiese dar este tipo de contagio. 

¿Pero qué pasa con otros insectos? El pasado mes de julio, se llevó a cabo un nuevo estudio, pero esta vez basado en moscas, concretamente la mosca doméstica (Musca domestica). No se alimentó a los insectos, sino que directamente se recogieron de zonas al aire libre de dos hospitales de la ciudad de Shiraz, en Irán. Fue en un momento con un número elevado de casos de COVID-19, entre mayo y junio de 2020. 

Observaron que al lavar los cuerpos de las moscas se detectaba la presencia de ARN viral en un 75% de ellas. Esto significaba que había partículas virales adheridas a su cuerpo. Para ver si también estaban en su organismo, procedieron a una homogenización, tras las que se detectó el virus por PCR en un 37%. Esto de nuevo significaría que hay ARN, pero no necesariamente que sea infectivo.

Por lo tanto, los autores de este estudio consideran que, en todo caso, podría ser que se diese contagio mecánicamente, por contacto. Las moscas son insectos que tienden a posarse mucho en las secreciones corporales y, en lugares de riesgo, como los hospitales, quizás, según sus resultados, podría ser digno de atención. No obstante, cabe recordar que, a día de hoy, sabemos que la transmisión por contacto es prácticamente insignificante en comparación con la inhalación de gotículas y aerosoles. En base a las evidencias científicas, no parece algo preocupante. Así que no, ni al principio de la pandemia ni ahora debemos temer a los mosquitos. Sus picaduras son un incordio y a veces transmiten enfermedades, sí, pero la COVID-19 no parece ser una de ellas.

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