Después del “ponte una rebequita, que refresca”, suele venir el “cuidado con ese color, que atrae a los mosquitos”. Según a qué abuela le preguntes, el problema puede estar en el amarillo, el rojo, el blanco o el negro. Hay todo tipo de opiniones, pero lo cierto es que no todas gozan del mismo fundamento científico. De hecho, hasta hace poco no había mucha investigación científica al respecto. Sin embargo, el pasado mes de febrero, un equipo de científicos de la Universidad de Washington publicó un estudio en el que se analizaba por qué colores tienen más afinidad los mosquitos.

Lo que sí se sabía con anterioridad es que suelen sentirse atraídos por el calor y el dióxido de carbono (CO2). Básicamente, las hembras buscan alimentarse succionando a animales de sangre caliente. Si buscan el calor emitido por sus cuerpos y el CO2 que liberan con la respiración, será mucho más fácil encontrarlos. Se sospechaba que el tema del calor también tenía cierta relación con los colores. Al fin y al cabo, los más oscuros, como el negro, absorben más calor. Y lo cierto es que, por mera observación, se sospechaba que los mosquitos se pirran por los colores oscuros.

Pero estos científicos fueron un paso más allá. Lo que hicieron fue tomar algunos mosquitos de la especie Aedes aegypti, y comprobar cuáles eran sus colores favoritos, tanto en presencia como en ausencia de su querido dióxido de carbono.

Los colores favoritos de los mosquitos

Para la realización de este estudio, sus autores colocaron puntos de diferentes colores en una cámara en la que después introdujeron a los mosquitos.

En algunos casos rociaban el objetivo con CO2, pero en otros no. Así, vieron que se sentían más atraídos por colores oscuros con un alto componente rojo, naranja o cian. Y también por el negro. En cambio, los colores blancos, como el blanco, les daban igual. Pero todo esto solo se observó en presencia de dióxido de carbono. Si este gas no se rociaba en la cámara, los colores eran indiferentes para ellos.

Esto da bastante sentido al hecho de que los humanos les gustemos tanto a los mosquitos. Al fin y al cabo, el espectro de color de nuestra piel, independientemente de la tonalidad, está dominado por las longitudes de onda rojas y anaranjadas. 

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Estudios con mutantes

El siguiente paso de este estudio fue tomar mosquitos modificados genéticamente, con mutaciones en los fotorreceptores que procesan las diferentes longitudes de onda del espectro electromagnético. Concretamente se mutaron los genes opsin-1 y opsin-2, que contienen la información para la síntesis de los fotorreceptores de onda corta y larga. Y también el receptor Gr3, involucrado en el procesamiento de las señales asociadas al dióxido de carbono.

Por mucho que elijamos el color de nuestra ropa pensando en los mosquitos, no evitaremos que se nos acerquen

Vieron que tanto las mutaciones relacionadas con los fotorreceptores de onda larga como la de Gr3 eliminaban estas preferencias de los mosquitos. Por lo tanto, esto podría tenerse en cuenta al introducir mutaciones en las poblaciones de mosquitos para evitar enfermedades transmitidas por estos insectos. No obstante, eso requeriría más investigación.

De momento, lo único que podemos hacer para evitarlos, especialmente en zonas en las que puedan transmitir enfermedades, es cubrir la mayor cantidad de piel posible con ropa y evitar humedales y zonas en las que estén más concentrados. ¿Podríamos evitar vestir de naranja, rojo o cian? Sí, podríamos, pero nuestra piel seguiría teniendo el mismo color. Y tampoco podemos evitar respirar, así que no nos queda más remedio que recurrir a otras opciones.

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