El pasado sábado, 25 de mayo, se celebró en Barcelona la primera convención antipajarista de España. Los negacionistas de los pájaros surgieron en 2017, en Estados Unidos, pero desde entonces sus seguidores se han ido extendiendo por todo el mundo. Su llegada a nuestro país ha causado estupefacción, pero no demasiada sorpresa, pues tristemente estamos más que acostumbrados a conspiraciones ridículas. Sin embargo, esta tiene una peculiaridad que no tienen la mayoría: es una parodia.

El creador del movimiento fue un joven universitario llamado Peter McIndoe, quien se encontraba en una manifestación feminista cuando tuvo una idea. Cogió una pancarta, le dio la vuelta y escribió: “Los pájaros no existen”. Pronto, había captado la atención de todos los medios.

Puesto que parecía que la broma había calado más de lo que esperaba, decidió dar más cuerpo a la historia. Inventó toda una teoría de conspiración, por la cual los pájaros fueron eliminados por el gobierno de los Estados Unidos y sustituidos posteriormente por drones, para tener a la población controlada. Poco a poco fue contratando a actores que le siguieron en su trama e incluso creó merchandising de cuyas ventas consiguió los fondos para ir haciendo la bola cada vez más grande. Llegó a dejar la universidad y dedicarse únicamente a su conspiración. Finalmente, en 2021 contó la verdad y desde entonces se dedica a dar charlas sobre los motivos que le llevaron a hacerlo. Porque, en realidad, fue mucho más que una broma escrita en una pancarta. Hay mucho trasfondo tras los negacionistas de los pájaros. 

La parodia que alimentó a los negacionistas de los pájaros

Tras aquel acto inocente de McIndoe en realidad había una reivindicación. Según ha relatado él mismo en sus charlas posteriores, se crió en una sociedad muy conservadora y religiosa, en la que prácticamente todas las personas a su alrededor creían en alguna teoría de la conspiración.

Con su parodia quiso mostrar cómo se gestan estos movimientos. Los negacionistas de los pájaros fueron tomando vida propia. Cada vez surgían más ideas disparatadas. Ya no solo se trataba de drones de vigilancia, sino que usaban sus heces para fumigarnos, como los famosos aviones de los chemtrails. Todo cabía.

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Según esta teoría de la conspiración, los pájaros son drones que nos vigilan. Crédito: Dave George (Unsplash)

La mayoría de seguidores del movimiento eran bromistas como él, que se dedicaron a seguir la parodia. Sin embargo, también hubo algunos que se lo creyeron. Él y sus seguidores intentaron que todo lo que rodeaba al negacionismo de los pájaros fuese exagerado, muy difícil de creer. Pero eso no impidió que hubiese personas que cayeran en el engaño y quisieran seguirlo. No es el caso de los negacionistas de los pájaros de este fin de semana en Barcelona. En su caso, según ha trascendido, sigue siendo un grupo de personas que han querido continuar con la parodia. Lo más triste de toda la historia es que muchos hemos tenido la duda sobre su veracidad. Nos parece creíble que haya negacionistas de los pájaros en un mundo en el que hay personas que niegan la existencia de la nieve, el clítoris o incluso la Luna. Esa es la principal reivindicación de esta parodia. De hecho, no es la primera vez que se hace algo así.

negacionistas pájaros
Cartel de la concentración antipajarista de este fin de semana.

El caso del fecomagnetismo

En España tuvimos a nuestros propios negacionistas de los pájaros, aunque en su caso la parodia no iba contra las teorías de la conspiración, sino contra las pseudociencias. Dos divulgadores científicos, Mariano Collantes y Fernando Cervera, inventaron una pseudoterapia a la que bautizaron como fecomagetismo.

Supuestamente, esta consistía en el uso de heces e imanes para tratar todo tipo de dolencias. Se basaban en premisas como que los cerdos se revuelcan en sus heces para estar más sanos. Por algo sería. Todo lo que publicaron al respecto era falso. Desde las imágenes de los productos hasta los supuestos estudios en los que se basaban. Una pequeña investigación habría mostrado que todo era mentira. No obstante, muchos medios de comunicación lo dieron por cierto. Incluso les invitaron a presentar sus productos en una feria de esoterismo y terapias alternativas.

Con esto, querían demostrar lo lejos que puede llegar una pseudoterapia. Cómo algo directamente inventado puede calar hasta el punto de atraer a multitud de seguidores. Es muy similar al caso de los negacionistas de los pájaros. Personas que utilizan el humor para demostrar que el hecho de que algo atraiga a seguidores y vaya acompañado de fuentes y fotos no demuestra necesariamente que sea verdad. Debemos tener un espíritu crítico ante lo desconocido, porque no es difícil engañar al ser humano. Estas personas dejaron las migas a sus espaldas para que les descubrieran y aun así hubo gente que no lo hizo. Quienes se encargan de ocultar la verdad a conciencia son mucho más difíciles de desenmascarar. Por eso debemos estar atentos. 

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