Desde que se conocen sus riesgos, cada vez hay más científicos analizando los mejores sustitutos para la carne roja. Se puede optar por otras carnes, como la de pollo, o por pescado. Mejor aún, también se puede elegir una dieta vegetariana, con las suplementaciones pertinentes. Pero hay quien no quiere una dieta estrictamente a base de vegetales y quien no cuenta con suficientes recursos económicos para comer pescados tan caros o poco accesibles como el salmón. En esos casos, según un estudio que se acaba de publicar en BMJ Global Health, una gran opción pueden ser los pescados forrajeros.

Estos son peces pequeños que sirven como alimento a depredadores como peces más grandes, mamíferos marinos o aves. Entre estos pescados encontramos, por ejemplo, los arenques, las sardinas y las anchoas. Todos ellos son peces bastante abundantes y, por lo tanto, baratos y fáciles de conseguir.

En los países con pocos recursos económicos podrían ser los mejores sustitutos a la carne roja. De hecho, según este estudio, llegarían incluso a salvar cientos de miles de vidas para el año 2050.

¿Por qué necesitamos sustitutos para la carne roja?

No hay una definición exacta para la carne roja. Normalmente hace referencia a la procedente de mamíferos, pero sobre todo el cerdo y la ternera. En estos casos, se trata de carnes con muchas grasas saturadas, que se asocian con un mayor riesgo de colesterol alto, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, entre otras afecciones. Además, su consumo está íntimamente ligado con algunos cánceres como el de intestino.

Todo esto demuestra la importancia de buscar sustitutos para la carne roja. En los países con un mayor desarrollo económico no es complicado. Hay todo tipo de opciones, que van desde las carnes blancas hasta el pescado, pasando por semillas, frutos secos y todo tipo de vegetales.

El problema es que en los países que se encuentran en la otra cara del desarrollo económico no tienen tantas opciones entre las que elegir. Solo les quedan productos baratos y de proximidad, que no se vean tan afectados por la sequía o las plagas, por ejemplo.

En ese aspecto, al menos en los países costeros, los peces de forrajeo, ampliamente distribuidos por todo el mundo, son una gran opción.

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La carne roja hace referencia normalmente a mamíferos como el cerdo y la ternera. Crédito: Amber Kipp (Unsplash)

Beneficios de los peces de forrajeo

Este tipo de peces tienen un alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega 3, como el DHA. Por lo tanto, estamos ante el opuesto de la carne roja, ya que se cambian las grasas saturadas por insaturadas, mucho más fáciles de descomponer y con menos posibilidad de acumularse en las células y dar lugar a enfermedades.

Por otro lado, este tipo de pescados son muy ricos en calcio y vitamina B12. Son muy útiles para una alimentación saludable, pero además su precio es bastante asequible, especialmente en los países costeros. Ahora bien, ¿tenemos peces para todos?

Los autores de esta nueva investigación han llevado a cabo un modelo informático en el que se distribuyen los peces de forrajeo en cuatro escenarios diferentes, en 137 países. El primero de esos escenarios da prioridad al suministro nacional, con pescados de forrajeo capturados para consumo del propio país como sustitutos de la carne roja. En el segundo escenario se prioriza la sustitución en países con consumo de carne de ovejas y ganado por encima del nivel recomendado de 15 kcal. Por otro lado, en el tercer supuesto se da prioridad a los países con consumo de pescado por debajo del nivel recomendado de 40 kcal. Finalmente, en el cuarto escenario se utilizan estos peces como sustitutos de la carne roja en todos los países, aunque en cierto modo siguen sujetos a la disponibilidad de cada uno.

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Las sardinas son un buen ejemplo de peces de forrajeo. Crédito: Alex Teixeira (Unsplash)

Una reducción en el número de muertes

Así, se vio que en el tercer escenario sería en el que se obtendrían más beneficios. Es decir, si los países con menos recursos económicos en los que normalmente no comen casi pescado sustituyesen la carne roja por estos peces, se dimisnuirían mucho las muertes por enfermedades metabólicas o cardiovasculares. 

De hecho, en ese caso ideal se podrían prevenir 750.000 muertes en todo el mundo para 2050. El precio sería que los países con acceso al pescado, pero más recursos económicos, cediesen su parte de estos peces a los que tienen menos posibilidades de acceder a ellos.

Este sería un reparto justo, pero desgraciadamente complicado a medida que avanzan la sobrepesca y el cambio climático. Los peces como los arenques o las sardinas pueden ser grandes sustitutos de la carne roja, pero eso sería en un mundo casi ideal. Todavía tienen que cambiar muchas cosas para conseguirlo. 

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