Zack Snyder ya tiene lista su primera entrega de Rebel Moon. El aclamado director va a comenzar su nuevo universo cinematográfico de la mano de Netflix. Se trata de un ambicioso proyecto de ciencia ficción que cuenta con una segunda película prevista para abril de 2024, además de otros productos como juegos y posibles futuros filmes. Tanto la compañía como el cineasta lo han querido dar todo ante tamaña empresa. Pero las cosas no siempre salen bien.
En realidad, Rebel Moon nació como una historia destinada a Star Wars. Lucasfilm no compró la idea porque no tenía el tono familiar que acostumbran y por eso Snyder ha optado por hacerla de manera independiente. La trama gira alrededor de Kora, una joven guerrera que vive en un pacífico planeta de granjeros. Un día, las malvadas tropas del Imperio Mundo Madre llegan al lugar. Si no quieren ser destruidos, los habitantes de la aldea deberán darles la inmensa mayoría de sus cosechas. Algo por lo que la protagonista no está dispuesta a pasar. Por ello, optará por rebelarse y formar un equipo de luchadores que le ayuden a hacer frente al temible régimen totalitario.
Rebel Moon
Zack Snyder presentó Rebel Moon a Lucasfilm como una posible historia de Star Wars. Ante la negativa de la franquicia galáctica, el cineasta se ha aliado con Netflix para confeccionar su propio universo cinematográfico de ciencia ficción. Una saga que, sin embargo, empieza de manera muy irregular, inconsistente y aburrida. Aunque se salva por su acción y su buena primera hora, el director debería haber aspirado a mucho más.
La influencia de Star Wars
Lo más evidente de Rebel Moon es que Snyder no ha hecho demasiados esfuerzos en huir de la saga de George Lucas. Ha aceptado que la compañía desechase su proyecto, pero solo ha cambiado lo justo. No hay Jedis, pero sí espadas láser, pistolas de bláster y naves espaciales. También hay droides, una cantina, un imperio malvado y unos rebeldes que pretenden derrotarlo. Cualquier espectador mínimamente familiarizado con Star Wars va a reconocer de inmediato los elementos básicos que en su origen hacían del filme una historia destinada a ser parte de la franquicia.
La consigna de ser continuista con aquella es clara. Y eso puede hacer atractiva a Rebel Moon para el público más curioso que quiera optar por ese juego de referencias. Pero en general va en detrimento de sí misma. Todo resulta muy poco original. Y en prácticamente ningún caso es capaz de igualar siquiera el encanto galáctico de esa Piedra de Rosetta de la que se alimenta. El resultado es una especie de Star Wars muy deslabazado con, eso sí, los inconfundibles esteroides del cine de Zack Snyder.
El sello Snyder en Rebel Moon
Si en Rebel Moon hay algo aún más explícito que el hecho de ser una historia descartada de Star Wars, es que se trata de una película de Zack Snyder. A estas alturas, el director tiene clarísimo cuál es su estilo. Y, le salga mejor o peor, no piensa abandonarlo bajo ningún concepto. El filme es una nueva muestra de las virtudes y defectos de uno de los cineastas con más fans del planeta.
Por un lado, se encuentran las escenas de acción. Snyder sabía que para Rebel Moon quería darlo todo con múltiples secuencias de vértigo. Y eso hace. A lo largo de sus más de dos horas de metraje, los espectadores contemplarán muchos momentos de acción trepidante que dejan claro que ese registro lo domina y lo disfruta. Postales preciosas adornan momentos brutales que serán más gustosos cuando Netflix lance la versión extendida de la cinta. Eso sí, los menos dados al cine del director van a tener que sufrir con sus incansables vicios formales. Porque su tradicional slow motion vuelve a impregnarlo todo de un intento de épica que se hace repetitiva y cansina.
Rebel Moon también cuenta con una fotografía tan espectacular como irreal, típica de la filmografía de Snyder. Al estilo 300, por los ojos del espectador pasan infinidad de imágenes que servirían perfectamente de bellos fondos de pantalla. Es cierto a este respecto que los efectos visuales fallan en determinadas escenas clave. El CGI se nota apresurado e impostado en algunas secuencias, aunque por lo general cumple. Sin embargo, lo que recubre todo este armamento es una historia vacía, inconsistente y aburrida.
La película comienza con garra y potencia. Snyder se toma su tiempo para presentarnos a Kora y su mundo. Las relaciones entre personajes, el funcionamiento de la sociedad del planeta e incluso sus diferencias ideológicas a raíz de la llegada de Mundo Madre son francamente interesantes. Durante la primera hora de Rebel Moon, parece que el director vaya a conseguir un nuevo gran éxito. El drama de sus personajes esta vez sí engancha y se hace sencillo empatizar con ellos, comprenderlos. El potencial de lo que prometía ya se vislumbra en el horizonte. Pero cuando ese tono magistral se ha asentado, todo salta por los aires.
A partir del comienzo de la búsqueda de guerreros, Rebel Moon se vuelve un esperpento narrativo. Diferentes personajes van apareciendo sin que se dé ninguna información sobre quiénes son, por qué les buscan o cómo los han encontrado. Las cartas de presentación son escenas de acción más o menos espectaculares pero sin ningún tipo de poso ni lógica estructural. Otra vez, Snyder repite los errores de antaño, hacer que muchos personajes desfilen por la pantalla sin que nadie nos importe lo más mínimo. La explicación más racional es que todo se debe a un recorte de metraje excesivo en la sala de edición.
A la espera de la versión extendida
Snyder ha asegurado que su versión extendida de Rebel Moon va a durar una hora más y que cambiará muchas cosas. Mientras esperamos a que llegue, no nos queda otra que confiar en su palabra. Lo normal sería que en esos 60 minutos extra se dote de mayor profundidad a todo el equipo y que no aparezcan porque sí. Porque todos son personajes que a buen seguro tendrán una historia muy atractiva. Pero si no se nos cuentan, de poco vale imaginárselas. Con el Snyder Cut de Liga de la Justicia la jugada le salió bien. Es verdad que necesitó 4 horas de película, pero al menos sus héroes eran alguien y todo se desarrollaba con un ritmo sólido y estable.
El anhelo es que el resultado sea similar en Rebel Moon. Esa versión extendida también, se supone, añadirá fragmentos de violencia mucho más explícita en las batallas. El montaje del director será para adultos y, como tal, debería ser mucho más crudo y visceral. Para poder juzgarlo habrá que verlo antes. Pero por ahora la segunda mitad de la película es demasiado incongruente. Si la primera hora puede estar a la altura de sus mejores filmes, el resto de la cinta se encuentra entre los peores. La sensación de desconexión repentina que genera es muy molesta.
Al final, Rebel Moon ha resultado bastante peor de lo que podría haber sido. No es la debacle absoluta que algunos medios, ansiosos por derruirla, se han empeñado en señalar. Pero los ingredientes con los que contaba esta space opera daban para un plato mucho más exquisito y, sobre todo, mucho mejor elaborado. Limitarse a ser una copia aburrida y plana de Star Wars no debería ser el objetivo. Lo más positivo que se puede decir es que, al menos, deja con ganas de más. La segunda película, Rebel Moon Parte 2: La guerrera que deja marcas, llegará a Netflix el 19 de abril de 2024. Si mejora lo visto en esta, Snyder podría tener entre manos su nueva franquicia espacial de éxito. Pero si mantiene este nivel, el castillo de naipes caerá rápido. Por ahora, la sensación es de decepción.
Rebel Moon Parte 1: La niña del fuego se estrena en Netflix el 22 de diciembre en España, la noche del 21 en América Latina.