Marvel Studios estará ahora mismo mejor o peor, pero no cabe duda de que Loki es la gran esperanza sobre la que se sostienen. La primera temporada de la serie se convirtió en una de las grandes favoritas de los fans. Dos años después ha llegado la segunda, y no ha defraudado. El proyecto de Disney+ ha puesto su punto y final con un desenlace épico que rompe para siempre la manera de entender el Universo Cinematográfico de Marvel. Un capítulo tan ambicioso que, además, redefine la concepción de quien otrora fuera el gran villano de la franquicia.

Durante el episodio anterior, Loki descubría que podía controlar el deslizamiento temporal. Con sus nuevos poderes, era capaz de saltar adelante y atrás en el tiempo y en el espacio. Así, podría salvar la AVT de la explosión del Telar Temporal y con ello evitar que el multiverso colapsara. Por ello viaja hasta el momento justo antes de que Victor Timely intente acceder a la máquina y muera por la radiación temporal. Una vez allí, el Dios del Engaño repite una y otra vez la secuencia para dar con la forma perfecta de ejecutarla.

Incluso se ve obligado a pasar siglos (sí, siglos) aprendiendo sobre física teórica e ingeniería temporal, igualando los conocimientos de OB. Pero cuando consiguen ampliar la capacidad del Telar para que soporte todas las ramificaciones, este vuelve a fallar. El error no está ahí, sino más atrás en el tiempo, cuando el caos multiversal se desató. Es decir, cuando Sylvie mató a El Que Permanece al final de la temporada 1. Es allí donde se dirige Loki. De nuevo, una y otra vez intenta sin éxito pararle los pies a su variante femenina, que insiste en que para ello tendrá que matarla.

Finalmente, mantiene una conversación con El Que Permanece, parando el tiempo para que Sylvie no ataque. Es entonces cuando el poderoso villano le desvela que todo lo que ha ocurrido ha formado siempre parte de sus planes. No iba a dejarse matar sin saber que se reencarnaría una y otra vez gracias a los viajes en el tiempo de Loki. En cuanto al problema del colapso del multiverso, desvela que el Telar en realidad solo sirve para borrar todas las ramificaciones a excepción de la Sagrada Línea Temporal, manteniéndola estable. Por tanto, el protagonista solo tiene dos opciones.

Loki rompe la ecuación

Loki

La primera alternativa es dejar que Sylvie lleve a cabo su venganza. El resultado se sabe perfectamente cuál es. Las líneas temporales se expanden de manera infinita, el Telar colapsa, estalla y todo el multiverso se destruye. La segunda opción pasa por mantener a El Que Permanece con vida y, por tanto, matar a Sylvie. Pero Loki no está dispuesto a pasar por ninguna de ellas. Y es entonces cuando da con una tercera vía. "Cambiaré la ecuación. Romperé tu Telar", le espeta al villano. "Pero el Telar impide una guerra brutal en la que nada sobrevive, Loki. Ni siquiera la Sagrada Línea Temporal", vuelve a explicarle él. Se refiere a la amenaza del resto de variantes de Kang, que comenzarían una batalla por el control del multiverso.

A pesar de las advertencias, Loki decide arriesgarse. Antes de llevar a cabo su plan, viaja al pasado para hablar con Mobius y con Sylvie. Con ambos mantiene profundas conversaciones sobre el destino y sobre cómo afrontar lo que está por venir. Así, de una vez por todas, Loki descubre qué es lo que tiene que hacer para mantener a todo el mundo a salvo de la destrucción. Debe darles al menos la oportunidad de luchar para sobrevivir.

Su glorioso propósito

Loki

Una vez más, el personaje de Tom Hiddleston viaja al momento en el que Victor Timely va a morir y el Telar va a estallar. Pero en lugar de enviar a la variante bondadosa de Kang a arreglarlo, es él mismo quien se adelanta, sin siquiera ponerse el traje protector. "Sé lo que quiero. Sé qué clase de Dios debo ser para vosotros. Para todos nosotros", les dice a sus amigos en tono de despedida. Son las mismas palabras que Loki le decía a Odín al final de la primera película de Thor, justo antes de "morir".

A continuación, el protagonista se abre camino por el pasillo. La radiación temporal empieza a desintegrar su ropa, pero de pronto surge la magia. En lugar de perecer, consigue generar un espectacular traje nuevo de Dios. Es similar al de sus primeras apariciones en el Universo Cinematográfico de Marvel y al de los cómics, aunque con detalles diferentes. Con esta nueva apariencia divina, llega al Telar y lo destruye. Como consecuencia, las ramas se expanden por todo el lugar, pero empiezan a apagarse y morir.

En ese momento, Loki empieza a agarrarlas una a una con la mano, dotándoles de nuevo de vida. Y, subiendo unas escaleras invisibles, llega hasta el mismo centro del tiempo, al trono que debía ocupar El Que Permanece. El héroe se sienta en su trono dorado, controlando todas las líneas temporales a la vez, y se queda allí para toda la eternidad. Al alejarse la cámara se descubre una poética imagen. El multiverso de Marvel tiene la forma de Yggdrasil, el árbol de la vida de la mitología nórdica. En lugar de unir las nueve realidades, en el Universo Cinematográfico de Marvel lo que une son todas las líneas temporales, con Loki en el centro.

El Dios de las Historias

Loki

Hasta ahora, Loki siempre ha ansiado por encima de todo lo demás escapar de la soledad. Tener un lugar en el que vivir junto a sus seres queridos. Pero, para poder mantenerles a salvo, se sacrifica, quedando aislado para siempre. Gracias a sus nuevos poderes temporales y a su nuevo papel como salvador del multiverso, Loki se ha convertido en el Dios de las Historias. Una referencia a los cómics de Marvel, donde es reconocido por ese título, aunque sus implicaciones no son tan grandes.

Con este acto de generosidad extrema, Loki ha derrotado a El Que Permanece, que no volverá a reencarnarse. A su vez, ha evitado que el multiverso colapse y se destruya. Es él quien mantiene vivas todas las líneas temporales. De hecho, es posible que el Dios de las Historias haya solucionado el gran problema de Marvel con Jonathan Majors. Al acabar con su variante más poderosa y encontrar una tercera vía para salvar el mundo, puede que la guerra entre Kangs nunca se produzca. La compañía acaba de abrir la posibilidad de deshacerse del actor, acusado de violencia de género. Toda la Saga del Multiverso culminará en Avengers: Secret Wars. Pero el villano ya no tiene por qué ser Kang. De hecho, suena el Doctor Muerte (Doctor Doom) como sustituto en busca del poder total sobre el espacio-tiempo.

También puede que Marvel siga el camino tal y como lo tenía marcado. Antes de Secret Wars llegará Avengers: The Kang Dynasty. Si deciden prescindir de Majors y buscar un nuevo villano, la película cambiaría de título. Si, por el contrario, el rumbo se mantiene, el polémico actor regresará una vez más al Universo Cinematográfico de Marvel. Aún queda tiempo para poder decidirlo y actuar en consecuencia, pues la cinta no llegará a los cines hasta el 1 de mayo de 2026.

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