Hoy en día, la innovación y la sostenibilidad son palabras que van de la mano. Ahora, le debemos a nuestro planeta y a todas las especies que habitan en él una respuesta. Por esto, el premio James Dyson Award 2023 ha encontrado a un digno ganador dentro de España, y cuya solución al preocupante problema de los microplásticos llega con el nombre de FIX.
María Mei Bellsolà, Mario Sanz y Núria Fandos, tres estudiantes de la Universidad ELISAVA, han puesto manos a la obra para generar un material muy prometedor. Con él, buscan solucionar el problema de los microplásticos en varios ámbitos. Después de todo, estos son grandes contaminantes del agua, dañando a los ecosistemas acuáticos de todas las regiones del mundo.
Pues bien, para ello han producido FIX. Se trata de un producto que se genera a partir de los residuos de microplásticos que acaban en nuestra lavadora tras cada carga de ropa. Así, en lugar de desecharse por el desagüe, terminan convirtiéndose en un nuevo material, evitando la contaminación de los ríos, mares, lagos y océanos.
FIX se basa en una premisa muy sencilla: la ropa, al lavarse, desprende grandes cantidades de microplásticos. ¿Qué podemos hacer para evitar que todo este material acabe en la naturaleza? La respuesta encontrada por los estudiantes de la Universidad ELISAVA fue convertirlo en algo más.
El James Dyson Award 2023 convierten a FIX en uno de los ganadores más importantes de la ceremonia
¿Cómo funciona el proceso detrás de FIX? Pues bien, según comentan el James Dyson Award, los estudiantes utilizaron una lavadora y una malla filtrante en su proceso. Tras estudiar el comportamiento del material, consiguieron encapsular los restos en una matriz de plástico reciclable. El diseño lo lograron después de muchísimos prototipos. Aproximadamente 50.
El material generado está compuesto en un 3% de residuos de lavadoras que contienen microplásticos y un 97% de plástico de polipropileno reciclable. Gracias a esta mezcla de componentes, las partículas de microplásticos pueden adherirse e integrarse al polipropileno, evitando su propagación al medio ambiente.
Pero la mezcla de polipropileno y residuos no solo puede recoger microplásticos. Gracias a las propiedades mecánicas de flexión mejoradas, puede emplearse para crear pequeñas bolsas de plástico o filamento de impresión 3D. A su vez, el envase en el que va envuelto es sostenible, y está fabricado en cartón reciclable.
De esta forma, el grupo de estudiantes no solo ha conseguido mejorar un material ya existente, sino también extender su ciclo de vida e impacto ambiental. Abarcando desde su fabricación, hasta el envasado.
María Mei Bellsolà, Mario Sanz y Núria Fandos, de la Universidad ELISAVA, han sido seleccionados como los ganadores nacionales del James Dyson Award 2023. Además de recibir reconocimiento y visibilidad, también se le ha dado una aportación económica de 5.700 euros para desarrollar su proyecto. Mientras tanto, podrán prepararse para la gala internacional, donde el ganador será elegido personalmente por el inventor James Dyson.
Otros finalistas nacionales
Además de la Universidad ELISAVA, también participaron otras 23 instituciones y más de 200 estudiantes en la última edición del James Dyson Award. Dos de los más resaltantes han sido los proyectos NOBJECTE y AVA, los cuales han conseguido el título de finalistas de la premiación nacional.
NOBJECTE. Esta idea fue desarrollada entre Joan Cofàn, estudiante de ELISAVA, y su amigo Adrià Esteve, quien perdió la vista en 2020. La intención de este proyecto es desarrollar un dispositivo inteligente, asequible y escalable, que permita a las personas invidentes trasladarse sin necesidad de perros guías. Para ello, emplea una cámara que visualiza el entorno. Después, una inteligencia artificial envía señales al usuario en forma de vibraciones generadas gracias a cinco motores de retroalimentación háptica.
AVA. Por su parte, este proyecto fue realizado por Javier Pascual, estudiante del Istituto Europeo di Design (IED). Su intención era diseñar herramientas adecuadas a las personas que sufren de espasticidad, un trastorno que dificulta el control del movimiento de las extremidades.
Tras entrevistas exhaustivas con los pacientes, Javier llegó a una conclusión: es en el baño donde se encuentran más dificultades. A partir de este momento, decidió crear con impresión 3D prototipos de herramientas de aseo personal que fuesen sencillas de manipular por estas personas. Como resultado, tenemos un kit con mangos rediseñados y cabezales intercambiables, los cuales se adaptan a las necesidades de las personas con espasticidad y proporcionan mejor sujeción.