¿En qué falló la serie de Marvel Invasión secreta? Lo que buscaba convertirse en un eslabón entre los proyectos de la franquicia en la pantalla pequeña y las películas, es un fracaso monumental. Pasó prácticamente desapercibida para buena parte del público, y apenas despertó interés entre los fanáticos más entusiastas. Por lo que su historia acaba entre interrogantes. ¿Es este ejemplo más de la fatiga de superhéroes, o simplemente es una producción mediocre?

A pesar de su tono sobrio, más cercano a un thriller de espías que a una aventura de superhéroes, la trama terminó por ser un producto genérico. Con capítulos centrados en conversaciones explicativas, enfrentamientos sin mayor peso en la historia y muertes innecesarias, Invasión secreta fue incapaz de sostener su misterio. Por lo que, sus ambiciosos planes de ser la piedra angular de la venidera película The Marvels resultan ahora confusos. ¿Cómo este escenario, sin mayor peso que el anuncio de un siniestro plan de suplantación, tiene una relevancia semejante? 

La pregunta se hizo más importante a medida que la serie no logró profundizar en sus puntos más complejos. La invasión alienígena Skrull, centro del argumento, jamás se expuso en todo su poder. Mucho menos, con la definitiva importancia que se había insinuado. En realidad, los intentos de Nick Fury (Samuel L. Jackson) por desentrañar una conspiración a escala global parecieron pequeños e inútiles. Lo mismo que su enfrentamiento con Gravik (Kingsley Ben-Adir) y la percepción de que el mundo de Marvel, tal y como se había mostrado, era una trampa.

Nick Fury (Samuel L. Jackson), protagonista de Secret Invasion

Invasión secreta, lo que pudo ser y no fue

En un intento de apartarse del tono optimista y lleno de buen corazón del Universo Cinematográfico del estudio, Invasión secreta se esforzó por ser más violenta. A la vez, por rendir tributo a un tipo de argumento tenso y claustrofóbico, cuya dimensión terrorífica jamás logró alcanzar. Más cercano a una exploración de las lealtades de los personajes que a un complot, el guion se volvió predecible.

Muy a pesar de los golpes de efecto basados en situaciones catastróficas que, en realidad, no influían en su argumento. Poco a poco, Nick Fury parecía lidiar con las consecuencias de sus acciones —desde un amor prohibido hasta la muerte de sus allegados— en medio de la debilidad. Del personaje poderoso, astuto y lleno de recursos de la pantalla grande, el espía más peligroso del mundo se convirtió en su sombra durante Invasión secreta.

La intención del guion era recorrer, por primera vez, su lado más privado y vulnerable. Pero, en lugar de eso, únicamente le mostró rebasado por circunstancias que debía conocer. Este nuevo Nick Fury, al que la rebelión de los Skrull tomó por sorpresa, contradice el hilo argumental profundizado con cuidado en un puñado de películas. De hecho, termina por evidenciar que su decadencia física y mental es otro riesgo a tener en cuenta

Invasión Secreta

Una serie con argumento poco consolidado

Además, el escenario que plantea Invasión secreta carece de la consolidación que necesitaba. Aunque se esforzó por describir cómo los tentáculos de la invasión Skrull eran impredecibles, la confusión de identidades jamás fue un dilema. De hecho, en sus tres primeros episodios, lo único evidente es la identidad de cada uno de los bandos en disputa y la manera en que estos se van a enfrentar. Una y otra vez, el relato insinuó que la suplantación llegaría a extremos insospechados, pero no mostró sus claroscuros, sus matices y sus amenazas reales.

Invasión secreta también habló sobre la posibilidad de que la Cosecha —la reserva del ADN de los grandes héroes de la Tierra— se convirtiera en un riesgo en el futuro. Sin embargo, evitó responsabilizar a Fury por ello. Un argumento que presenta un clima cada vez más complejo, pero que no llega a verdadera resolución en su capítulo final. Uno de los grandes fallos de la serie es su incapacidad para tomar riesgos. Al menos, los que necesitó para explorar en sus dilemas más urgentes acerca de los enemigos y amigos en un escenario indescifrable.

Las dudas de Invasión secreta

La intención del argumento de Invasión secreta, construido sobre la idea de un ataque alienígena oculto a plena vista, fue desconcertar. Con la raza Skrull —capaz de cambiar de forma y adoptar la de cualquiera en todos sus detalles— convertida en adversario, el riesgo era obvio. Cada rostro aliado puede ser la máscara que esconde un brutal antagonista en potencia. Lo que se puede traducir, incluso, en una estrategia militar de largo alcance capaz de provocar un conflicto bélico mundial. El guion de Kyle Bradstreet y Brian Tucker profundizó en los matices de la lealtad, la búsqueda de un propósito mayor y el extremismo ideológico.

En especial, cuando el enfrentamiento hizo que cada elemento de la línea cronológica central de Marvel se volviera cuestionable. Con James “Rhodey” Rhodes (Don Cheadle) demostrando la peligrosa posibilidad de la sustitución de los grandes héroes por un Skrull, la serie planteó un dilema. ¿Desde cuándo el que fuera amigo cercano de Tony Stark (Robert Downey Jr) había sido suplantado por Raava? ¿Cuántas otras figuras importantes fueron silenciosamente captadas por un proyecto que el argumento apenas esboza?

Un posible gran error para Marvel

Planteado así, Invasión Secreta podría haber sido el inicio de una carrera contra el tiempo. Nick Fury debía encontrar la respuesta para las preguntas más importantes que el guion dibuja en medio de un mapa de lucha silenciosa. No obstante, el aire de paranoia que pretendía mostrar jamás se desarrolló del todo. Los aliados siguieron siendo aliados, mientras que las grandes traiciones fueron tan predecibles como obvias. 

Invasión Secreta careció de la consolidación necesaria para apuntar la era de la sospecha y la amenaza enigmática en el Universo Cinematográfico de Marvel. ¿Qué consecuencias tendrá en el futuro la incapacidad de la serie para cumplir su objetivo? La respuesta está en la historia que contará The Marvels. O eso es lo que nos han hecho creer con el tráiler. Otra cosa es que lo consigan y cada vez tenemos más dudas.