El 2022 ha estado lejos de ser el mejor año de Meta. Los resultados económicos han sido magros, el precio de su acción se desplomó un 65% y Mark Zuckerberg tuvo que despedir a miles de empleados. Y si bien muchos apuntan al obstinado enfoque por el metaverso como la raíz de todos los males, los de Menlo Park han ratificado su apuesta por la virtualidad de cara a 2023.

Andrew Bosworth, jefe de tecnología de Meta y líder de Reality Labs, se refirió al tema en el blog oficial de la compañía. El título elegido para el artículo Why we still believe in the future (Por qué todavía creemos en el futuro), deja en claro que la postura de los californianos hacia el metaverso no cambiará. Al menos mientras las demás divisiones de la corporación —Facebook, Instagram y WhatsApp— sigan siendo lucrativas.

Según mencionó el ejecutivo, el 20% de las inversiones de Meta durante 2022 fueron a parar a Reality Labs, la rama encargada del metaverso y las gafas de realidad virtual Meta Quest. Y dio a entender que en 2023 se mantendrá por la misma línea. "Es un nivel de inversión que creemos que tiene sentido para una empresa comprometida con mantenerse a la vanguardia de una de las industrias más competitivas e innovadoras del mundo", remarcó.

Además, Bosworth habló de las "consecuencias desastrosas" que tiene el pensamiento a corto plazo en las empresas. Un mensaje que parece hecho a medida para los accionistas de Meta, quienes han sido especialmente críticos de la gestión de Mark Zuckerberg, por su vuelco rotundo hacia el metaverso.

Más allá de la estocada hacia los detractores del "derroche" en el desarrollo de plataformas virtuales, el ejecutivo trató de ser conciliador. Si bien prometió seguir buscando una forma de trabajo más eficiente, aseguró que Meta no negociará su visión y sus esfuerzos en el metaverso. Pero no solo enfocándose en la realidad virtual, sino también en la realidad aumentada.

"Si bien continuaremos encontrando formas de trabajar de manera más eficiente, lo que no cambiará en 2023 es nuestra visión y el esfuerzo de investigación a largo plazo que estamos realizando para llegar allí. La construcción de verdaderas gafas de realidad aumentada requerirá un conjunto masivo de avances e inventos en todo tipo de áreas, desde lentes y pantallas en miniatura hasta materiales livianos e interfaces impulsadas por IA. Si bien nuestros dispositivos y software de realidad virtual reciben la mayor parte de la atención del público, estamos dirigiendo aproximadamente la mitad de nuestros gastos operativos de Reality Labs hacia nuestras iniciativas de realidad aumentada. Esto implica una de las operaciones de investigación y desarrollo más ambiciosas del mundo en la actualidad, centrada en construir nuevo tipo de plataforma informática".

Andrew Bosworth, CTO de Meta y líder de Reality Labs.

Meta no negocia su empuje por el metaverso

El metaverso de Mark Zuckerberg y Meta parece un juego de Wii

Si bien desde un principio el enfoque por el metaverso generó más dudas que certezas, las críticas más feroces contra Meta se conocieron tras los resultados financieros del tercer trimestre de 2022. La caída de un 52% en los ingresos, sumado al incremento de un 20% interanual de los costes, enfureció a los accionistas. Especialmente cuando se conoció que Reality Labs había perdido otros 3.700 millones de dólares en el trimestre.

La división dedicada a la realidad virtual y el metaverso perdió casi 9.500 millones de dólares en los primeros 9 meses de 2022. Una tendencia que acarrea desde 2020, y que hasta abril pasado ya le había costado más de 20.000 millones de dólares a su casa matriz.

No por nada, accionistas le reclamaron a Mark Zuckerberg que dejara de quemar dinero en el metaverso. La empresa Altimeter Capital Management llegó a pedir que se limiten las inversiones en Reality Labs a no más de 5.000 millones de dólares anuales. "Meta necesita ponerse en forma y enfocarse", había asegurado.

Independientemente de lo que digan Andrew Bosworth y el propio Zuck, el descontento con el metaverso no se da solo fuera de Menlo Park. Los propios empleados de la compañía han expresado su descontento por el empuje hacia la vida en la virtualidad. Al punto tal que uno llegó a decir que esta apuesta será "la muerte lenta" de la compañía. "Todo lo que quieren hacer los líderes es seguir una quimera para el metaverso, que está mal ejecutado (de abajo hacia arriba) y sin ninguna dirección real", dijo otro.

Mientras todo esto sucede, a Meta se le abre otro punto de conflicto: el regulatorio. Es que la empresa estadounidense no quiere que los gobiernos regulen el metaverso. ¿Por qué? Porque consideran que dictar leyes ahora sería un obstáculo para la innovación.

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