El pasado 11 de noviembre, apenas hora después que FTX se declarara en bancarrota, un hackeo sacudió al exchange de criptomonedas. En principio se dijo que pudo haber sido un trabajo interno, y hasta se especuló con que había sido obra de Sam Bankman-Fried, aunque el paso de los días fue diluyendo las teorías más alocadas. Es un hecho que el robo existió y que su autor se alzó con más de 370 millones de dólares, y ahora Estados Unidos quiere saber quién fue y dónde están los fondos.
Bloomberg reporta que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha lanzado una investigación criminal sobre el suceso. La misma se está llevando a cabo por separado a la que pesa sobre Bankman-Fried por fraude y ya ha dado algunos resultados positivos. Especialmente al considerar que se ha recuperado una parte de lo robado. Si bien no se han mencionado cantidades específicas, las autoridades habrían congelado una porción de los fondos transferida a plataformas de criptomonedas centralizadas. No obstante, sería un monto mínimo comparado con el total sustraído.
El objetivo de la investigación es dar con el autor —o los autores— del hackeo de FTX. En caso de arrestar a alguno de los involucrados, enfrentará una pena de hasta 10 años de prisión por fraude con computadora. De todos modos, todavía no está claro si el Departamento de Justicia ya cuenta con pistas que puedan determinar si se trató de un ataque interno, o de cibercriminales externos que aprovecharon el momento de vulnerabilidad de la plataforma.
Lo cierto es que el hackeo de FTX fue motivo de varias controversias. En principio, el ataque supuestamente se trató de una confiscación de fondos de la justicia de Bahamas. Pero poco después se conoció que efectivamente se había tratado de un robo, puesto que el autor había comenzado a mover y segmentar los activos en distintas wallets de criptomonedas. También se debe mencionar que el cálculo original de lo robado estaba entre los 450 y 600 millones de dólares, bastante por encima de los 370 millones estimados ahora por Estados Unidos.
Se apilan los reclamos de los clientes e inversores de FTX
Días después que FTX quebrara, uno de los abogados de la quiebra aseguró que habían robado una "cantidad considerable" de sus activos. También había asegurado que ya habían recibido más de 100.000 reclamos contra el exchange de criptomonedas, pero que esperaban que el número de acreedores llegara a un millón.
A todo esto se le suma la mala o nula gestión de los activos de la compañía. "Tengo más de 40 años de experiencia legal y de reestructuración. He sido director de reestructuración o director ejecutivo en varias de las quiebras corporativas más grandes de la historia. Nunca en mi carrera había visto una falla tan completa de los controles corporativos y una ausencia tan completa de información financiera confiable como ocurrió aquí", dijo John J. Ray III, quien está a cargo de la quiebra de FTX.
Mientras la nueva investigación se propone hallar los fondos robados a FTX, la justicia estadounidense mantiene entre cejas a los principales ejecutivos de la empresa. La semana pasada, se extraditó a Sam Bankman-Fried desde Bahamas, para luego liberarlo bajo una fianza de 250 millones de dólares. Debe permanecer en la casa de sus padres y se encuentra bajo monitoreo electrónico.
Por su parte, dos de sus principales laderos ya se declararon culpables y están colaborando con la investigación. Uno es Gary Wang, cofundador y exjefe de tecnología de FTX, quien asumió su responsabilidad en cuatro cargos de fraude y conspiración. La otra es Caroline Ellison, exCEO de Alameda Research, la firma de inversiones a la que se desviaron miles de millones de dólares de FTX. En su caso, aceptó la culpabilidad en siete cargos de fraude, conspiración y lavado de dinero, y afronta hasta 110 años de prisión.