A medida que pasan los días se conocen nuevos detalles sobre el fallido intento de Sam Bankman-Fried por salvar a FTX de la bancarrota. Ya se sabía del trunco intento de compra por parte de Binance, como del desesperado pedido de un rescate multimillonario a un amplio abanico de inversores. Pero ahora se ha revelado que ni siquiera el polémico fondo de inversiones de Arabia Saudí aceptó tenderle una mano al exchange de criptomonedas.

Así lo menciona el más reciente reporte de Reuters sobre el tema, que expone los infructuosos intentos del por entonces CEO de FTX de obtener el dinero necesario para cubrir sus obligaciones y evitar la quiebra. La publicación incluye información hasta ahora desconocida del alboroto generado en el seno de la que, hasta entonces, aparentaba ser una de las compañías más fuertes del ecosistema cripto.

FTX quedó en el ojo de la tormenta tras revelarse que la compañía había desviado alrededor de 10.000 millones de dólares de sus clientes a Alameda Research, otra compañía de Sam Bankman-Fried, para realizar préstamos y sostener el precio de FTT, su token nativo.

Dicho movimiento, prohibido por los propios términos y condiciones de la firma, se mantuvo oculto a través de una puerta trasera en el software de contabilidad. Esto permitió retirar el dinero sin que quedara asentado en los registros, haciendo creer que la plataforma tenía más liquidez que la que realmente poseía. De esta forma, cuando comenzaron a crecer los rumores de iliquidez y millones de usuarios quisieron rescatar sus fondos del exchange, se toparon con que no podían hacerlo.

Una carrera desbocada por financiamiento

FTX | Sam Bankman-Fried

Así comenzó una carrera desbocada por conseguir el financiamiento necesario para salvar a FTX del colapso, algo que tomó por sorpresa a clientes e inversores por igual. Reuters menciona que Sequoia Capital, Apollo Global Management y TPG, tres de las empresas de capital de riesgo más importantes del mundo, fueron de las primeras contactadas por Bankman-Fried. Sin embargo, su ruego no tuvo éxito. De hecho, el informe asegura que Sequoia, que ya invertía en FTX, se alarmó por la cantidad de dinero que el exchange de criptomonedas requería para evitar la bancarrota.

Según se conoció en los días previos a que la compañía se acogiera al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, FTX afrontaba un déficit de 8.000 millones de dólares. “La cagué”, fue la explicación de Sam Bankman-Fried.

Se estima que de los 10.000 millones de dólares de fondos de los clientes que FTX desvió a Alameda Research, entre 1.000 y 1.500 millones se habrían esfumado. En tanto que los acreedores que afrontan pérdidas totales serían más de 1 millón, entre usuarios de la plataforma e inversores.

Arabia Saudí, otro manotazo de ahogado de FTX

Arabia Saudita, dólares

Como mencionamos al comienzo, una de las revelaciones del informe de Reuters fue el acercamiento de Sam Bankman-Fried al Public Investment Fund (PIF), el polémico fondo soberano de inversión de Arabia Saudí, que hoy gestiona activos por 620.000 millones de dólares. Se desconoce cuál fue el ofrecimiento del ahora exCEO de FTX, o si siquiera hubo un interés por parte de los saudíes de tenderle una mano a la compañía radicada en Bahamas.

Si el acercamiento entre las partes realmente existió, está claro que no prosperó. Y no deja de ser llamativo, considerando que el fondo saudí hoy está tratando de meter sus manos en cuanta industria se cruce en su camino.

No olvidemos que en los últimos años destinó 300 millones de libras esterlinas para la compra del club Newcastle United, de la Premier League inglesa, y ha decidido tomar la industria de los videojuegos por asalto. En este último caso, ya posee casi la totalidad de SNK y cuenta con participaciones en firmas como Nintendo, Capcom y Nexon, pero quiere mucho más. De hecho, este año anunció que destinará alrededor de 40.000 millones de dólares solo para expandir su presencia en el mundo gamer. Viendo semejantes cifras, rescatar FTX le hubiera costado migajas a los saudíes; aunque es probable que la jugada resultara demasiado riesgosa. Máxime con el creciente escrutinio regulatorio.

Sus rivales también le dieron la espalda

Pero Sam Bankman-Fried no se detuvo allí, sino que también intentó seducir al banco de inversiones japonés Nomura Holdings. No obstante, tampoco tuvo suerte.

Al joven empresario estadounidense le quedaba una última bala antes de la bancarrota: recurrir a sus rivales. Más allá del ya conocido intento de compra de Binance, que duró lo mismo que un suspiro, propuso que varias firmas cripto se unieran y destinaran 1.000 millones de dólares cada una para el rescate de FTX. Pero tampoco tuvo suerte.

Cuando las empresas apuntadas vieron los balances reales de la compañía, que para entonces solo tenía 900 millones de dólares en activos líquidos, le cerraron la puerta a la posibilidad. Y el resto fue historia…

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