Movimientos en el sector del delivery de última milla ultrarrápido. Getir –la única sobreviviente del negocio en España– estaría en conversaciones para comprar Gorillas –o lo que quede de ella–. Según ha adelantado Bloomberg, el acuerdo estaría en un proceso avanzado, pero aún no hay ningún pacto en firme sobre la mesa. De llevarse a cabo, supondría el posicionamiento definitivo de Getir en Alemania y Reino Unido acumulando la mayor parte del mercado del sector de la última milla.

En una transacción que llevaría una parte de capital y efectivo a cuestas, no es el primer rumor de compra que sobrevuela a Gorillas. Desde hace un tiempo, y con el negocio del delivery de última milla ultrarrápido en el que se mueve Getir en horas bajas, el sector ha ido buscando asociaciones para alcanzar la rentabilidad. Justo en un momento en el que la financiación ha cerrado el grifo y que el impulso al gasto, principalmente en Europa, sufre de la inflación y una incipiente crisis financiera.

Además de una posible compra de Gorillas por parte de Getir, ya son varias las que se han sumado a su familia. La primera de ellas compraba a la francesa Frichti y Getir se hacía fuerte en Reino Unido con la anexión de Weezi. Y es que, precisamente, ha sido Reino Unido el foco de atención de la mayor parte de las compañías del sector. Mientras todas dejaban mercados no estratégicos –España entre ellos, con la excepción de Getir–, en Reino Unido comenzaban a hacerse fuertes. Junto a Gorillas, GoPuff también anunciaba que hacía las maletas.

Y después de la burbuja, llega la rentabilidad para el sector de Getir

La llegada de la Pandemia fue el pistoletazo de salida para el crecimiento del sector delivery. "Se ha adelantado en unos meses lo que se hubiese tardado años", se decía por el motivo. Era lógico. Con un ocio reducido a las paredes de casa, las opciones eran mínimas. El sector delivery supo ver su oportunidad y sacó tajada. Los que ya venían operando y los de nuevo cuño. Fue el momento de Getir, Gorillas o GoPuff.

Era una época buena que parecía que no iba a terminar nunca. Los fondos, los grandes, entregaban dinero sin medida a estas compañías. Unas que abrían, uno a uno, nuevos mercados con una agresiva oferta. Ofertas, bonos descuento, grandes publicidades. Era una historia que vimos con los primeros delivery o plataformas de transporte hace años, pero que se repetía de nuevo. El final, también el mismo. Fin de las grandes inversiones y una obligada búsqueda de rentabilidad.

Pero esta historia, tuvo ingredientes adicionales que no le sentaron bien. Por un lado, la Guerra de Ucrania y la crisis energética se han llevado por delante las previsiones positivas en la economía. Tanto a niveles macro, como para la economía del hogar. La competencia, entre los rivales de Getir, tampoco sentaba bien. Pero la Ley Rider, en España, fue la sentencia de muerte. Con unos costes de explotación mucho más elevados, el delivery de última milla ultrarrápido está viviendo su reajuste mucho antes de lo esperado.

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