Tres botellas de alcohol por 18 euros a entregar en cualquier punto del centro de Madrid. Una de ellas iba de regalo. Esta es una de las premisas que Gorillas, la startup delivery de última milla de entrega rápida, para los festivos de San Isidro en la capital. Getir, GoPuff y Dija hacen lo propio con ofertas similares. El imperio de la última milla y entregas ultrarrápidas es la tendencia de los últimos años. La pregunta del millón es hasta cuándo lograrán mantener su nivel de inversión para seguir conquistando a los usuarios.

Hay antecedentes, el delivery –el de la vieja escuela– marca un precedente para todo este colectivo. Con sus horas doradas durante los confinamientos, la apertura de la vida social tuvo unas consecuencias complicadas sobre alguna de las enseñas más destacadas. Si bien es cierto que el coronavirus adelantó años de evolución en el sector, las cuentas de las empresas implicadas aún debían adaptarse al cambio. Deliveroo se marchaba de España alegando que la famosa Ley Rider había acabado con sus márgenes; lo cierto es que no salían bien las cuentas para una tecnológica que no pudo con Uber Eats, Glovo o Just Eat.

Estas tres compañías, con sus más y sus menos, y una bajada en los beneficios respecto a lo más crudo de la pandemia, aún siguen adaptándose. Pero lo cierto es que sus inicios son iguales a los de la última milla ultra rápida: gran inversión en marketing para captar usuarios, para luego relajarse y encontrar un hueco en tan ansiada rentabilidad.

Una rentabilidad que, tarde o temprano, vendrán a buscar los inversores. El negocio de última milla ha vivido unos años intensivos en lo que a rondas respecta. Gorrillas, con su última Serie C de 2021, ya alcanza los 1.300 millones de dólares en rondas de financiación. Una en la que también participa Delivery Hero, actual propietaria de Glovo. Getir tampoco se queda atrás. Con sus 1.800 millones de dólares en financiación alcanza una Serie E de la mano de fondos de Emiratos, Sequoia o Tiger entre otros. Dija, la más modesta de todas, con sus 20 millones de dólares. Y GoPuff, de origen estadounidense, con su primer puesto. 3.400 millones dólares llegando hasta una Serie D y conquistando a todos los grandes fondos locales. También a un selecto grupo: el de los famosos con Selena Gomez a la cabeza. Y lo dicho, estos fondos buscarán retorno en algún momento.

Los retos de la entrega ultrarrápida

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Con un fuerte brazo inversor, y el historial del delivery a sus espaldas, el tiempo corre en contra de todo un ecosistema que aún mantiene las marquesinas y autobuses con la cartelería intacta. El tiempo de los descuentos tocará a su fin.

Por un lado, el delivery de última milla juega con un factor a su favor: "Nos hemos vuelto demasiado impacientes y vagos", apunta Santiago Hernández, profesor de la CEF. El cambio generacional que ha supuesto la inmediatez de los acontecimientos ha premiado a todo un ecosistema productivo que alimenta y a la vez se beneficia de esta circunstancia. "Hay mucha actividad de marketing para convencer al usuario de que compre cosas vía online", indica. Y está funcionando.

"Existe un cambio de modelos de hábito de consumo en el que pagar va antes que perder el tiempo", culmina. Hasta cierto punto. De aquí a un tiempo, la inflación se ha posicionado como un factor a tener en cuenta. Con una subida implacable de los precios que no viene acompañada de unas rentas mayores, el coste de la vida tiende a aumentar. "En países como España, donde la inflación ya se nota, seguro que sacaremos tiempo para ir a comprar porque no podremos asumir los costes", explica el profesor especializado en cadenas de suministros.

La sostenibilidad económica de las empresas de última milla, en un entorno de subida de precios cada vez mayor, se verá afectada tarde o temprano. ¿La solución para el experto? Se abren dos vías. Por un lado, ampliar los tiempos de entrega para reducir los costos de las entregas intensivas. Por otro, una posible integración y colaboración de los diferentes players a largo plazo. Tanto en mano de obra –compartiendo repartidores– como en puntos de entrega logística.

El complicado debate de la logística de la última milla

Y es que, precisamente, los puntos de entrega y la logística es uno de los factores que junto al marketing, más lastra a este ecosistema. La ecuación es simple, para llegar más rápido y más lejos, estas compañías necesitan tener muchos puntos de almacenaje distribuidos por toda la ciudad. Ya no es válida la apuesta de los grandes almacenes a las afueras de la urbes. Al igual que las dark kitchen del delivery, encontrarse cerca del lugar de entrega asegura el éxito. Y también el gasto de este segmento de empresas. Para el experto, llegará un momento en el que se habrá de aunar fuerzas si al menos quieren sobrevivir algunas. Apuntando un poco más lejos, ya no solo por su supervivencia, también por las propias ciudades.

La gestión urbana es uno de los factores más importante a tener en cuenta a futuro. Está previsto que este ecosistema aumente en un 78 % a lo largo de los próximos años según El futuro del ecosistema de la última milla del World Economic Forum, junto al factor de que el transporte de mercancías ocupa actualmente entre el 10 y el 20 % del tráfico de las ciudades con su consiguiente emisión de CO2, es algo a tener en cuenta.

Son varios los estudios, y también decisiones de la gestión de las ciudades, los que ya están intentando afrontar este punto. Además del incremento de las emisiones, se ha detectado el aumento de los problemas de estacionamiento. Barcelona, por su parte, ya ha legislado para solucionar los problemas asociados al incremento del delivery. La última milla ultrarrápida tendrá que abrir este melón tarde o temprano.

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