Netflix sigue con su montaña rusa particular tras el primer año en el que el ecosistema del streaming ha notado cierta desaceleración, seguramente motivada por el crecimiento antinatural que tuvo durante los confinamientos de 2020.
Tras anunciar su primera pérdida de suscriptores en más de una década, hace unas semanas el gigante del streaming se volvió a ver frente a sus accionistas. Y, esta vez, rebajar las expectativas les fue bien. El precio de sus acciones no se resintió tras publicar su informe de resultados del segundo trimestre. El crecimiento de los ingresos se ralentizó mucho, pero la plataforma solo perdió 970.000 suscriptores, frente a las expectativas de una caída de 2 millones.
Sin embargo, sus acciones, también afectadas como todas por la inestabilidad económica global, han perdido mucho valor. En concreto, casi un tercio. Si atendemos a su capitalización de mercado, valor que se suele tener en cuenta a la hora de acometer ofertas de adquisición, Netflix ha pasado de valer 300.000 millones en noviembre de 2021 a 100.000 ahora. Un valor que no tenía desde finales de 2017.
Ha llovido mucho desde entonces.
Este nuevo panorama, y los cambios de timón que han tomado en cuanto a su política de compartir cuenta y, sobre todo, su plan para poner en marcha una suscripción más económica con anuncios —algo que habían descartado por activa y por pasiva— hace que, por primera vez en su historia reciente, se deje de ver a Netflix como el timón de una industria para verlo como una veleta que intenta marcar el rumbo del aire.
Por eso, aunque no deje de ser un ejercicio de empresa-ficción, han comenzado a surgir los primeros rumores sobre una posible venta. Y ahí, Microsoft, su inesperado partner en la distribución de anuncios, se sitúa como el primer candidato que viene a la mente.
Netflix a la venta, una ficción enorme… O quizá no
Netflix, a lo largo de su historia, ya ha soportado otras épocas en las que se barajó su venta y sus dirigentes, con Reed Hastings a la cabeza, lo descartaron. Tanto el conocido caso del intento de compra por parte de Blockbuster, como las negociaciones más remotas, pero que se dieron, por parte de Amazon, estuvieron en su momento más o menos cerca de finalizar con la independencia de Netflix.
Pero, ¿y el caso de Microsoft? La empresa dirigida hoy por Satya Nadella lleva tiempo intentando poner un pie en la industria del entretenimiento, ya sea por medio de las redes sociales —se interesó por TikTok— o en su la amplia apuesta por los videojuegos que ha continuada con la adquisición de Activision Blizzard. El streaming tendría encaje ahí, y más con su recién activada palanca de los anuncios.
A pesar de que títulos como El Juego del Calamar, Stranger Things y La casa del papel impulsan la popularidad de la compañía entre los suscriptores, la creciente competencia de empresas como Disney+, Apple TV+ y Amazon Prime Video ha puesto de manifiesto algunas de las debilidades de Netflix.
En el nuevo panorama de la televisión premium en streaming, ya no basta con ofrecer contenidos a la carta. Es más, apostar todo solo a los contenidos parece ahora una debilidad. Disney tiene sus parques temáticos, su negocio de franquicias cinematográficas en los cines, sus juguetes y sus innumerables acuerdos de licencia de marcas; Apple tiene sus negocio sobre hardware y software; y Amazon no solo es la principal tienda de comercio electrónico, sino también el proveedor de servicios en la nube de algunas de las mayores empresas del planeta, incluida Netflix.
Así, mientras el negocio del streaming está siendo abarrotado por gigantes tecnológicos con capacidad para añadir valor auxiliar a sus clientes y accionistas, la relativa falta de operaciones comerciales diversas de Netflix ha transformado gradualmente su perfil de innovador tecnológico temprano en un negocio con poca capacidad de diversificación.
Las razones que darían sentido a una compra o alianza más profunda con Microsoft
Los parques temáticos y las plataformas informáticas tardan muchos años en desarrollarse, por lo que es poco probable que Netflix pueda igualar rápidamente las fuentes de ingresos diversificadas de sus rivales. Sin embargo, un camino rápido hacia esa diversidad podría lograrse a través de una asociación importante o, más probablemente, la adquisición de Netflix por parte de un gigante como Microsoft. La empresa de Redmon podría ofrecer todo lo que Netflix necesita para sobrevivir frente a sus competidores: una sólida arquitectura en la nube en Azure, y una plataforma de software de escritorio y móvil ampliamente utilizada en Windows.
"Una de las razones por las que nos asociamos con Microsoft, [es que] hay un montón de fundamentos. Tienen una capacidad técnica, que es complementaria a la nuestra, una capacidad de salida al mercado, que necesitamos aprovechar", dijo Greg Peters, director de operaciones de Netflix, durante la llamada de resultados. "Vimos un alto grado de alineación estratégica en su interés por innovar en el espacio y trabajar realmente con nosotros durante los próximos años".
Además, el interés a largo plazo de Microsoft en los videojuegos también encaja perfectamente con las propias iniciativas de Netflix en los últimos meses, donde ha usado los videojuegos como complementos para aumentar la retención de sus usuarios en dispositivos móviles.
¿Quién más podría comprar Netflix?
Además, como comentábamos al principio, la reciente corrección de las acciones tecnológicas ha contribuido a hacer posible la compra de Netflix.
Pero, ¿quién más tendría músculo, cartera e interés por adquirirlo? El otro gigante tecnológico que tiene el dinero, la plataforma en la nube y la tecnología para impulsar la fortuna de Netflix es Google. Pero su reciente retirada de los contenidos originales en YouTube indica que puede estar más interesado en seguir centrado en los contenidos generados por los usuarios y los datos que produce.
Pero ahora conviene recordar que todo esto de momento no son más que suposiciones. La dirección de Netflix está, por ahora, dejando claro que no baraja esta posibilidad.
"Hemos hecho otras cosas con Microsoft. Seguimos trabajando con ellos, pero buscaremos esas oportunidades cuando existan con Microsoft, y también con otras empresas".