Si eres de los fans que ya pudo disfrutar de Thor: Love and Thunder, seguramente lo habrás notado. Lo que comenzó como una comedia casi paródica sobre el Dios del Trueno, terminó por convertirse en un emotivo arco de redención.

Por un lado, Jane Foster se despidió  del Universo Cinematográfico de Marvel después de un recorrido heroico admirable. Por otro lado, Thor encontró el motivo y propósito para continuar que durante buena parte de su saga ha buscado. Algo que ya pudimos ver en otra saga: en The Mandalorian de Star Wars.

Y el argumento le brindó un objetivo emocional y espiritual recurriendo a uno de los tropos más conocidos del cine dramático tradicional. Después de atravesar un largo camino de pesares, vencer al feroz Gorr de Christian Bale y despedir a Jane, Thor encontró la paz. Lo logró de la forma más emocional y sensible posible. Convirtiéndose en el padre de la hija de su enemigo, resucitada como último deseo de Gorr. 

Atención, ¡spoilers a continuación!

Se trata de un giro argumental que asombra y conmueve a partes iguales. Thor, que perdió a toda su familia y a la mujer que amó, encontró en la pequeña hija de su enemigo un motivo para convalidar su propósito personal. Thor: Love and Thunder insiste en casi todo su argumento en la reinvención de su personaje titular y también, plantea su madurez emocional. De hecho, la película muestra por primera vez la relación entre Jane y Thor, lo que permite comprender al personaje desde un ángulo nuevo. 

De héroe en la batalla, en solitario en busca de sentido a padre de una pequeña, Thor atravesó un largo camino para comprender su sentido último como héroe, relación con el poder y la divinidad. Y ese trayecto, que el argumento de Thor: Love and Thunder lleva con inteligente y sólida amabilidad le emparenta con otra historia similar. La de The Mandalorian.

Desde una galaxia muy, muy lejana, llega otro padre soltero a Thor: Love and Thunder

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Marvel Studios

La referencia es obvia. Thor: Love and Thunder logra emparentar a Thor con el conocido tropo del protector del desvalido. Un giro argumental que se volvió popular en los últimos años, gracias a la serie insigne de Star Wars en Disney+, The Mandalorian. Tanto Mando como Thor son hombres que han atravesado una larga cadena de obstáculos. Y tanto uno como el otro, encontraron su punto de equilibrio al hacerse cargo de cuidados de niños y jóvenes, criaturas. 

Resulta conmovedor que tanto el héroe asgardiano de Thor: Love and Thunder como el mandaloriano sean emblemas de la misma idea. Hombres poderosos que buscaban una forma de comprender su propia historia y punto de unión con su pasado. Din Djarin, que perdió a su familia siendo muy niño, tomó el camino de los mandalorianos como modo de supervivencia. Al otro lado del espectro, Thor fue despojado de todos los símbolos asociados a su poder. Tanto uno como el otro tuvieron que luchar para encontrar un lugar nuevo en el cual comprender su sentido de lo espiritual y emocional. 

Resulta curioso que tanto la tetralogía de Thor como la serie de Star Wars, brinde a sus personajes una renovada vitalidad gracias a la paternidad. Una manera de comprender un nuevo tipo de sensibilidad para personajes masculinos en el cine que asombra por su efectividad y potencia. 

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