Just Eat, junto a Comisiones Obreras (CCOO) y UGT, acaba de anunciar el primer acuerdo sectorial que vendría a completar el texto de la conocida como Ley Rider en lo que a derechos laborales para los riders respecta. Este pacto, según explican las partes en rueda de prensa, "supone un hito en el sector, un acuerdo histórico y de trascendencia", explica Patrick Bergareche, director general de Just Eat España, "que lleva gestándose desde hace un año y medio y que tenía el objetivo de aprobarse antes de fin de año.

"Una segunda pantalla para la Ley Rider que lleva a siguiente nivel de detalle", apuntan, hablando de la normativa que afecta a todo el colectivo rider en España. Más allá de Just Eat, también para Uber Eats, Glovo o Deliveroo –ya fuera de España al no alcanzar la rentabilidad deseada en su modelo de negocio–.

Desde mayo de este año, la normativa que buscaba la contratación de todo el colectivo rider para terminar con el formato de falso autónomo, así como poner las cartas boca arriba con los algoritmos que regulan la actividad de los mismos, ha sido una de las batallas del Ministerio de Trabajo liderado por Yolanda Díaz. Todo con un mayor o menor cumplimiento –Glovo apuntó a un modelo que mantenía el modelo de autónomos, pero con variaciones– por parte de las diferentes plataformas que, según los últimos movimientos en la Unión Europea, busca tener un reflejo a nivel comunitario con su propia Ley Rider.

El acuerdo que firman hoy Just Eat con los sindicatos mayoritarios, en cualquier caso, busca ampliar las llamadas protecciones sociales. Un salario de 15.200 euros anuales (8,5 euros la hora), por encima de la media del sector, con 30 días de vacaciones –15 de ellos en los meses de verano– y un máximo de 9 horas laborales diarias. Por supuesto, bajo el formato de contrato indefinido y contemplando la posibilidad de los contratos parciales con ampliación de derechos laborales. Añade también la definición de las diferentes categorías laborales y la definición de temporalidad. Muy similar a lo ya pactado en la Ley Rider de hace unos meses. Que, en palabras de Álvaro Vicioso de UGT, define los cimientos de todo un sector que puede crecer de forma sostenible juntando a los trabajadores y a la innovación en el sector.

Un acuerdo que no avalan en el resto del sector delivery

acuerdo Just Eat

Este acuerdo colectivo nace con ciertas limitaciones y problemas de base. Chema Martínez, de Comisiones Obreras, apuntaba desde una perspectiva técnica que este acuerdo nace con la vocación de convertirse en un convenio estatutario, pero que no llega a ese nivel en este momento. "Para que lo fuese tendría que haberse sometido a la votación y al debate de las diferentes partes", explica.

Aún así, es un primer paso. Uno que, de momento implica a una parte muy concreta del sector rider nacional. Es un pacto entre los sindicatos y Just Eat que nacía con vocación de aplicar al resto de compañías. La realidad es que, hasta este momento, ninguna ha secundado el proceso. Y aunque se han mantenido conversaciones, el texto está lejos de convertirse en una constante:

"Hemos tenido conversaciones que no han culminado con éxito. Sigue habiendo mucha resistencia al tema de la laboralidad en el sector de los rider y esto solo sale a voluntad".

Chema Martínez, CCOO

Por lo pronto, y a tenor de las diferentes lecturas normativas que se han hecho de la misma Ley Rider por las diferentes empresas delivery –con Glovo a la cabeza–, no hay fecha para que este texto forme parte de la estructura de alguna compañía más allá de Just Eat. "La nueva economía no puede basarse en la externalización de los riesgos, sino en la mutualización", apuntaba Alonso en un claro mensaje al colectivo delivery patrio.

La externalización, un problema también para Just Eat

El acuerdo nace con la vocación "de crear un empleo digno en el sector delivery" y fomentar su crecimiento a futuro. Todo teniendo en cuenta el impacto y crecimiento de todo un ecosistema que desde el inicio de la pandemia ha vivido su mejor momento histórico.

También nace para afrontar el problema de la externalidad . Y ese es precisamente su mayor problema. Las coberturas pactadas entre Just Eat y los sindicatos van dirigidas solo a los riders que estén contratados directamente por la compañía. Aquellos que, aun operando para Just Eat, operen bajo el formato de subcontrata no tendrán acceso a este acuerdo. A no ser que las empresas comiencen a afiliarse al nuevo texto.

Si bien es cierto que la compañía, con 11 años de operaciones a sus espaldas en España, ya trabajaba el modelo híbrido de contratación directa. Anunciado en noviembre de 2020, el objetivo era empezar a contratar de forma interna. ¿El número? No se hizo público. Y ahora tampoco se conoce. Just Eat no da cifras de cuántos de sus riders están bajo un régimen de contratación directa y cuántos operan bajo empresas de terceros asociadas. Tampoco después del inicio del proyecto y de la misma Ley Rider. Apuntan a una cifra que ronda los miles, pero sin entrar en los detalles concretos de la medida.

De esta manera, es complicado conocer al detalle cuál será el impacto del acuerdo firmado entre UGT y CCOO junto a Just Eat. Al menos en un corto espacio de tiempo.

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