Dos meses y un día después del esperado anuncio, la Ley Rider por fin es aprobada. Una demora de la que se ha escrito mucho y que se ha tildado de negación interna en el Gobierno ante una ley complicada. Confirmada en la Sesión Plenaria, las plataformas delivery –Glovo, Deliveroo o Uber Eats,– tendrán hasta agosto para poner sus cuentas en orden. Un plazo máximo de 3 meses, tiempo suficiente según la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para que los riders de estas plataformas pasen del modelo autónomo o TRADE a ser personal contratado.
Ha sido, sin duda, un texto que se ha demorado más de lo que tenían previsto el Gobierno y los sindicatos. Díaz tenía en su agenda cerrar el acuerdo antes del verano de 2020. Entre la coyuntura de la pandemia y la falta de acuerdo entre las partes implicadas, su aprobación ha ido dilatándose en el tiempo. "Antes de Navidades", este fue el siguiente deadline que se impuso la cartera de Trabajo. Nada más lejos de la realidad. Con un fuerte peso de Glovo, la plataforma delivery con más actividad en España, las negociaciones permanecían estancadas.
Fue en marzo cuando por fin se tenía una resolución. La CEOE cedía ante los impulsos de los sindicatos y el Gobierno de aplicar la Ley Rider. Esto, como era de esperar, trajo una larga lista de consecuencias.
Por un lado, las propias plataformas rider que mantenían una oposición firme al sistema de contratación. Las que se mostraban partidarias a la Ley Rider también consideraron el texto como una traición: solo se aplicaba al colectivo rider, dejando fuera a otros modelos de plataforma. Bajo la mirada el Gobierno, la particularidad de cada sector obligaría a revisarlos uno a uno y adoptar una ley específica para cada uno de ellos. Por parte de la CEOE, esta concesión se tradujo bajo la fórmula del mal menor. Una revisión del colectivo rider era algo que podían considerar siempre que el resto de sectores, con intereses dentro de la CEOE, permaneciesen intactos por el momento. Tenían, además, una sentencia del Supremo en su contra. Para Glovo esto supuso su salida de la CEOE al considerarse abandonados por parte de la organización.
Sea como fuere, la Ley Rider se ha visto las caras durante el Consejo de Ministros bajo el formato de Decreto Ley. Esto es que no se someterá a debate en el pleno, probablemente escondida entre una larga lista de enmiendas a aprobar en la sesión. Esto no quiere decir, en cualquier caso, que a los colectivos rider se les haya pasado por alto. La plataforma de riders APRA tienía previstas una serie de movilizaciones en diferentes ciudades. ¿Su objetivo? Parar una Ley Rider que ha cogido carrerilla y que no les ha tenido en cuenta en su proceso de elaboración.
Por parte de las plataformas delivery la situación se mantiene a la espera. Uber Eats confirmaba a Hipertextual que ya estaban trabajando en un nuevo modelo que estuviese al amparo de la nueva normativa. Sin embargo, todas las tecnológicas se han mentenido prudentes a la hora de desvelar sus movimientos. Todas estaban esperando a que el texto se aprobase definitivamente. Y no sin ciertas dudas, ese día ha llegado.