Netflix acaba de subir los precios en España. Y lo ha hecho apenas dos meses después de anunciar un alza de su coste en el resto de Europa que ya vaticinaba lo que iba a pasar y un año después de sendas subidas también en Estados Unidos y en México, en este último territorio para acomodar su coste a nuevos impuestos gubernamentales.
Esta subida en España afecta a dos de sus tres planes. Solo el básico (que permite la reproducción en un único dispositivo a la vez y con el nivel más bajo de calidad) se sigue quedando congelado en 7,99 euros al mes. Por su parte, el resto de planes suben así:
- El plan estándar (dos pantallas y HD) pasa de 11,99 a 12,99 euros al mes, un euro más
- El plan premium (cuatro pantallas y 4K) pasa de 15,99 a 17,99 euros al mes, dos euros más
Hasta un 50% más en solo un lustro
Netflix llegó a España en octubre de 2015 con una propuesta de precios que iba desde los 7,99 para su plan básico -el único que no se ha movido- hasta los 11,99 en su plan premium.
Esto quiere decir que en solo cinco años su plan más elevado ha subido un 50% hasta el precio de 17,99 euros actuales, un coste que por cierto iguala ya al que también se da en Estados Unidos por la misma modalidad.
El siguiente gráfico muestro cómo Netflix ha ido subiendo sus precios en España.
Si vemos con perspectiva, tras aterrizar como en muchos países con planes atractivos, Netflix ha ido subiendo sus precios cada dos años de forma cíclica. En Estados Unidos, solo desde 2019 se ha atrevido a tocar su plan básico de precio. Y, lo más importante, en 2020 dio un giro para empezar a subir sus precios anualmente y no de forma bianual.
¿Por qué Netflix sube sus precios? La necesidad de no parar de crecer y gastar
Hay muchos motivos que se unen tras las subidas de precio, pero el primordial es que Netflix está empezando a dejar atrás su modelo de crecimiento expansivo, en el cual no dejaba de reinvertir todos sus beneficios y hacer malabares con el cashflow para gastar cada vez más en la creación de nuevo contenido original.
En 2020 se estima que Netflix gastó 17.000 millones de dólares en crear sus propias series, una necesidad básica para su crecimiento (o mantenimiento) ahora que el mercado ya está plagado de competidores que cuentan con sus propias plataformas.
En pocas palabras, Netflix ya no sirve de distribuidora de contenidos de terceros (como Disney, que cuenta con Disney Plus desde 2019) y necesita cada vez más ingresos para generar contenido que a su vez capten suscriptores y los retengan. Un círculo de gasto de dinero continuo.
Por otra parte, la mayor competencia también ha aumentado el churn o la tasa de suscriptores que se dan de baja. Usuarios que picotean en Netflix unos meses, y después se dan de alta en otra plataforma. Esto puede parecer contraproducente con una subida de precios, pero también es cierto que Netflix necesita cada vez ganar más dinero por cada usuario.
Netflix es la campeona, con una tasa de abandono más baja que el resto que apenas ronda en 2,5%, pero que ha subido en los últimos tiempos, como analizábamos en Hipertextual aquí.
Porque esto nos lleva a un tercer nivel, y es el cierto estancamiento de su crecimiento. Tras ganar 16 millones de usuarios solo en los meses de confinamiento en 2020, Netflix ya avisó en sus llamadas de inversores que sus cifras se congelarían. En mercados maduros como Estados Unidos incluso ha empezado a perder algunos cientos de miles de usuarios, algo que contrarresta con el crecimiento en nuevos territorios, donde de hecho -como está probando en Kenia- ofrece acceso a planes gratuitos.
En Netflix, en definitiva, parece que quieren mantener a todos los usuarios que tienen un plan básico, pero está probando si sus usuarios que pagan más se acomodan también a este nuevo coste.
En cualquier caso, sus idas y venidas en sus políticas con respecto a compartir cuenta también parece que tendrán un peso aquí, ya que esos 17,99 euros al mes que va a costar en España el pack premium es una suma importante, y más cuando la competencia, como Disney Plus, Apple TV+ o la novedad de HBO Max mantienen precios más bajos u opciones anuales que también la hacen más económicas. Un plan anual que por cierto, Netflix como pionera del streaming, no se ha planteado nunca.
Ser como la televisión por cable antes de que la TV por cable sea streaming
Pero, ¿en qué momento no solo Netflix, sino el precio de las plataformas OTT en general, tocarán techo?
Por ahora parece que no se ha llegado al punto álgido, aunque las subidas que veamos en los próximos años ataquen ya a los planes básico e intermedio.
La clave para aumentar los precios sin que se produzcan picos significativos de cancelaciones o insatisfacción es convencer a los clientes de que siguen obteniendo un valor bueno por ello, y ahí va su crecimiento en número de títulos, pero también insertarse en los clientes como un servicio tan básico casi como el acceso a internet.
"El objetivo es convertirse en HBO más rápido de lo que HBO puede convertirse en nosotros", dijo el actual co-CEO de Netflix, Ted Sarandos, en una entrevista con GQ ya en 2013.
Pero en realidad Netflix ya no solo ha buscado sustituir a HBO (la tele por cable de referencia en Estados Unidos) si no a muchos competidores. Netflix se ha centrado en una amplia oferta, que incluye programas infantiles de animación, realities y programas de concursos más allá de series y películas.
En definitiva, un todo en uno del que cada vez sea más sencillo no salir para el consumidor. Quien sabe, quizá en unos años para rizar el rizo, Netflix dé el salto a tener su propio programa de noticias como un telediario.