La actriz londinense Juno Temple (n. 1989) es hija del cineasta Julien Temple, que decidió especializarse en videoclips al comienzo de su carrera, pudo realizar también algunos largos de ficción como Principiantes (1986) o Bullet (1996) y lleva más de viente años centrándose bastante en el género documental, con aportaciones como La mugre y la furia (2000), Joe Strummer: Vida y muerte de un cantante (2007), Oil City Confidential (2009) o Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan (2020), que el próximo mes de abril llegará a España. De hecho, el debut de su primogénita fue en una película suya: como la Emma Southey de Pandaemonium (2000).

Pero a Juno Temple la podemos reconocer más por otros papeles, como su Lola Quincey de Expiación (Joe Wright, 2007), la Anna quinceañera de Las vidas posibles de Mr. Nobody (Jaco Van Dormael, 2009), su Jen de El caballero oscuro: La leyenda renace (Christopher Nolan, 2012), el hada Fauna en las dos partes de Maléfica (Robert Stromberg, Joachim Rønning, 2014, 2019), su Deborah Hussey de Black Mass (Scott Cooper, 2015), la Jamie Vine de Vinyl (Martin Scorsese, Rich Cohen, Terence Winter y Mick Jagger, 2016), su Carolina Rannell de Wonder Wheel (Woody Allen, 2017) o la Keeley Jones de Ted Lasso (Brendan Hunt, Joe Kelly, Bill Lawrence y Jason Sudeikis, desde 2020).

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Un pequeño e inspirador ser humano

Y, ahora, por su Shelly de Palmer (Fisher Stevens, 2021), el filme de Apple TV Plus que se puede ver en su plataforma desde hace unas semanas. Sobre lo que le atrajo para querer involucrarse en el proyecto, Juno Temple os ha dicho en una entrevista lo que lo básico es la naturaleza y el vínculo personal entre los personajes: “Estaba realmente conmovida por el guion, y encontré en el personaje de Sam [Ryder Allen] un profundo e inspirador pequeño ser humano. Y por el viaje de este chiquillo con aquel que, extrañamente, se convierte en una figura paterna para él porque no tiene a nadie así; pero a la vez enseña mucho a Eddie Palmer [Justin Timberlake] como él le guía para enfrentarse a las cosas”.

“Es una hermosa relación entre dos personas muy diferentes que se encuentran, se ayudan mutuamente y se quieren”, continúa Juno Temple. “Y creo que mi Shelly es interesante, y que es un privilegio interpretarla con Ryder encarnando a Sam. Me encantó trabajar con él y ha sido una gran experiencia”. Porque, desde su punto de vista, “Ryder y Sam tienen cualidades muy similares: Ryder es curioso, encantador e inquisitivo, y realmente tiene esa increíble conciencia de sí mismo, que es genuina en la vida real y uno lo ve en la película. Y le interesa mucho lo que hay a su alrededor, y observa a las personas, les dice lo maravillosas que son y les hace preguntas. Así que era perfecto para encarnar a Sam”.

Un actor incansable como Eddie Palmer

Y prosigue con estas palabras: “Espero que los espectadores se sientan tan inspirados por Sam como yo”, por “su perspectiva sin prejuicios respecto a las personas que le rodean. Y que comprendan que tenemos que escuchar y aprender y respetarnos unos a otros”. Por otra parte, en lo que se refiere a Justin Timberlake, Juno Temple asegura que se trata de “un actor incansable, cariñoso, valiente y muy comprometido con los personajes que interpreta”. De sus favoritos para trabajar. “Le considera realmente inspirador, porque te empuja en direcciones muy interesantes. Y, por la hermosa amistad que Ryder y él crearon fuera de cámara y ante ella, cree que es un actor fabuloso”.

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La actriz británica se lo tomó muy en serio a la hora de preparar a su personaje. “Hablé mucho con el director, y enfoqué mi parte a lo grande porque, si estaba tratando con una madre que abusa de las drogas, quería entender cómo eran los momentos en los que Shelly estaba realmente drogada, o saliendo de ellas o dosificándolas”, nos explica. “Era importante comprenderlo para interpretarla porque esto crea un tipo diferente de energía en cada fase, en su mente y su cuerpo. Para conocerla cuando no está colocada, no voy a decir normal pero sí con los pies más en la tierra. Es adicta a la metaanfetamina, que es una droga brutal que destruye la vida de las personas y se la roba porque es muy adictiva”.

Actuar según Juno Temple

“Es aterradora y les quita el color a su vida”, insiste, “pero también proporciona unos sentimientos superpoderosos de que uno es mejor de lo que realmente es”. Además, Juno Temple “quería hacerle justicia a Shelly porque sintió profundamente su personaje”, que es “muy humano, arriesgado y real” y se halla en “una situación muy complicada. Ella está luchando contra su adicción y cree que no sabe ser una buena madre, algo difícil de interpretar”. De modo que “está muy agradecida porque ha aprendido mucho de ella”. Reconoce que “actuar es como ir a la universidad de la vida; una está aprendiendo constantemente acerca de las personas, sobre cómo afrontan sus vidas y la manera en que ven el mundo”.

La alegría de rodar películas y series es cómo puede ser de interés para la gente, cómo pueden hacerte sentir menos solo y, en determinadas circunstancias, hacer que uno se entienda a sí mismo mejor y de un modo que desconocía”, reflexiona Juno Temple; “y transportarte a lugares del mundo en los que nunca has estado y aprender sobre ellos, sobre culturas diferentes que pueden enseñarte lo que están viviendo otros y comprender más a la humanidad y empatizar más con la gente. Como actor, es estupendo cómo uno debe empatizar con los personajes a los que interpreta, y no prejuzgarlos me parece algo muy importante”. Como decidirse a encarnar a aquellos “que dejen un impacto de alguna forma” en el espectador.