En medio de la polémica por los tuits de Donald Trump y su posicionamiento, Twitter ha ido implementando varias nuevas características y herramientas de esas que en una red social tan peculiar siempre dan que hablar.

Ninguna ha sido tan drástica y comentada como su decisión en 2017 de ampliar los caracteres disponibles por ‘tuits’ de 140 a 280, una idea que en su momento fue zarandeada por parte de la comunidad pero que con el paso del tiempo -según muestran los datos- parece haber sido una decisión adecuada.

La semana pasada Twitter anunciaba sin prueba alguna que lo dejara ver venir la posibilidad de publicar audios de hasta 140 segundos, según su propio comunicado, “porque a veces un mensaje de 280 caracteres no es suficiente”.

La implementación está por ahora solo disponible desde su app para iOS, pero ya parece consolidada. ¿Quiere salirse Twitter del mensaje escrito que ha sido su sello identidad durante tanto tiempo? ¿A qué precio? ¿Parecerse cada vez más a Instagram y otras redes?

Sin embargo, los mensajes de voz solo han sido la última de las mejoras -o no, depende a quién se le pregunte- que ha puesto en marcha la red social del pájaro azul. Antes de entrar en harina, repasemos otras que se han dado, aunque sea en modo de prueba, en los últimos meses:

  • Ha probado en Brasil o India sus 'Fleets', sus homólogos del formato 'storie' de Instagram o Snapchat.
  • Puso en marcha la posibilidad de que cuando un usuario publique un tuit, pueda escoger quién responde: si solo sus seguidores o todo el mundo.
  • Ha probado con el uso de emojis como reacción a tuits, algo que ya ha puesto en marcha en los mensajes directos, saliendo así de su dicotomía de interacciones entre retuitear o dar marcar como favorito.
  • Habilitó la posibilidad de programar tuits, evitando así que se tuviera que recurrir a plataformas externas.
  • Está probando con una opción para que, cuando un usuario retuitea un mensaje con un enlace a una noticia, salte el aviso en el caso de que no se haya abierto ese enlace. Un paso para evitar la propagación de mensajes en base a titulares que puedan ser engañosos.
  • Y, por último, los nuevos mensajes de voz.

Los cambios anteriores redundaron en más interacción

Twitter

Todos los cambios que ha realizado Twitter han venido inmediatamente respondidos con críticas por una parte de sus usuarios. Es algo normal en cierto modo, pero que se acentúa en una red que siempre se ha desmarcado del resto por su particular idiosincrasia: la palabra escrita sobre la imagen (al menos hasta ahora), o la fuente de información como primer propósito.

Por eso cuando en 2017 Twitter anunció dos de sus cambios más definitorios de los últimos años hubo muchas dudas. Hablamos de la ampliación de 140 a 280 caracteres -un ataque a la brevedad que había configurado Twitter como lo que era, para algunos- y el nacimiento de los hilos, hoy un clásico de la red que en su momento también se vio como salir de la propuesta del mensaje directo y al grano.

Pese a las críticas, hoy sabemos que aquellos cambios, si bien nos dieron la oportunidad de enrollarnos más -es lógico, había más espacio- también hizo que todos los usuarios de Twitter modularan su lenguaje. Según los datos de la propia plataforma, los 'por favor' (please) aumentaron un 54% un año después del aumento de caracteres, mientras que los agradecimientos lo hicieron un 22%. También pasó que las abreviaturas disminuyeron drásticamente, y aumentaron casi un 30% los mensajes conversacionales.

Twitter en busca de la retención del usuario

La gente, con más espacio, empezó a intercambiar más mensajes. Quizá para discutir más, quizá para dialogar y preguntar más. De eso Twitter no ha sacado conclusiones ni ningún estudio de forma válida y solo queda en el terreno de las impresiones. Pero lo que está claro es que una mayor interacción es igual a una mayor retención del usuario, una de las métricas más valiosas cuando hablamos de la calidad de los mismos y cuando Twitter intenta aumentar el número y los ingresos por los anuncios que muestra.

Hay que tener en cuenta que Twitter lleva varios años sin conseguir aumentar de forma crítica su número de usuarios activos: cuenta hoy con 330 millones de usuarios, apenas 28 millones más que hace cinco años, y de los cuales 'solo' 145 son activos mensualmente, muy lejos de las cifras de Instagram o Facebook. Y tampoco sus cuentas han sido para nada boyantes, alcanzando solo la rentabilidad en los dos últimos ejercicios y después de que, al parecer, su CEO Jack Dorsey cediera algo de protagonismo, entre las polémicas por su liderazgo, en su idea de no apostar de forma decidida por los anuncios en la plataforma.

¿El fin de Jack Dorsey como CEO de Twitter?

Actualmente, los usuarios de Twitter pasan una media de 3,53 minutos cada vez que abren su aplicación, un poco más que en Instagram, pero muy por debajo de los casi 5 minutos de media de Facebook o los 10 que supera TikTok.

Así las cosas, parece que la gente de Twitter está probando en especial con sus 'fleets' -contenido efímero- y los audios, ofrecer más vías para que sus usuarios y cuentas lancen contenido, y por lo tanto aumentar la retención. ¿Acabará esto con su fórmula basada en la palabra escrita? ¿Se está 'Instagrameando'? Lo único claro es que eso dependerá del uso que den a estas nuevas funcionalidades sus usuarios, que como veíamos en la tabla anterior, cada vez son más los que acuden a la red social no solo por noticias, sino también para ver fotos y vídeos.