Con la complejidad narrativa de una serie como Westworld (Jonathan Nolan y Lisa Joy, desde 2016), con un interesante juego de espejos en su tercera temporada sobre las distopías paralelas de los androides y los humanos, sus responsables no podían resistirse a dejar ocasionales huevos de pascua. Desde un par de anagramas con nombres de algún personaje hasta cameos y guiños a otras obras relacionadas. Y en el episodio “Decoherence” (3x06) nos han lanzado tres. El primero, cómo se llama la taberna del War World virtual: “Taverna delle Farfalle”, es decir, de la mariposa; la de Westworld se llamaba “Mariposa Saloon”, y la casa de té del Shogun World tenía uno de estos insectos dibujado.
Por otra parte, cuando la androide de Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood) que suplanta a Charlotte Hale (Tessa Thompson) lleva a su hijo Nathan (Jaxon Thomas Williams) a casa con su padre, Jake (Michael Ealy), ve a un tipo grafiteando algo en la pared de un callejón: se trata del laberinto de Arnold Weber (Jeffrey Wright) que debía seguir Dolores para despertar a la consciencia como inteligencia robótica y cuyo enigma también quería desentrañar el Hombre de Negro (Ed Harris) en la primera temporada. Desconocemos qué implicaciones puede suponer su presencia en el mundo de los humanos pero, si los guionistas tiran de ese hilo, resultará fascinante.
Y el último huevo de pascua está en los androides que Maeve Millay (Thandie Newton) pretende imprimir para que la ayuden en su lucha contra Dolores, además de a ella misma, por supuesto: a Héctor Escaton (Rodrigo Santoro), al que su enemiga destruye tristemente machacando su núcleo cerebral; a otro amigo desconocido y a alguien de cuya numeración identificativa en el parque de atracciones de Delos Destinations (CP0124831983) disponemos. De modo que, aunque no le veamos en pantalla durante este capítulo, ya sabemos de quién se trata: de su compañera Clementine Pennyfeather (Angela Sarafyan), a la que utilizaron contra Maeve en el episodio final de la segunda temporada.