En el episodio “Decoherence” (3x06) de la serie *Westworld* (Jonathan Nolan y Lisa Joy, desde 2016), sus responsables han contado con la estadounidense Jennifer Getzinger para que lo dirija, una cineasta con una experiencia considerable como supervisora de guiones, primero, y como realizadora televisiva después: entre sus trabajos con la escritura podemos encontrar veinticinco películas, como Réquiem por un sueño (Darren Aronofsky, 2000) o El diablo viste de Prada (David Frankel, 2006), y otras series como Sexo en Nueva York (Darren Star, 1998-2004) o *Mad Men* (Matthew Weiner, 2007-2015).
Y, entre aquellas en las que ha asumido las labores de dirección, tenemos Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales (Dick Wolf, desde 1999), también Mad Men, Masters of Sex (Michelle Ashford, 2013-2016), Outlander, Cómo defender a un asesino (Ronald D. Moore, Peter Nowalk, desde 2014), Agente Carter (Christopher Markus y Stephen McFeely, 2015-2016), *Jessica Jones (Melissa Rosenberg, 2015-2019) o Counterpart (Justin Marks, 2017-2019). Así las cosas, no parece muy cuestionable que Getzinger *ha acumulado un currículo más que suficiente para encargarse de este episodio de Westworld**.
Para empezarlo, volvemos a los campos verdes del paraíso virtual en el que se encuentra la hija de la anfitriona Maeve Millay (Thandie Newton) desde el capítulo “The Passenger” (2x10), y a sus recuerdos felices con ella en el parque de atracciones futurista. Pero no es más que un nuevo incentivo que le procura Engerraund Serac (Vincent Cassel) para que se esfuerce en el propósito de derrotar a Dolores Abernathy (Evan Rachel Wood), la gran amenaza imprevista para el antes oculto sistema totalitario que el francés había construido gracias a la inteligencia artificial Rehoboam.
Como sabemos, ella no es solo una amenaza obvia por agresiva sino que, además, posee las copias mentales de los cuatro millones de huéspedes humanos que fueron a Westworld de visita, una herramienta de valor incalculable si lo que uno pretende es predecir el comportamiento de las personas para controlarlo. Para que reclute los ayudantes que le pide, Serac manda a Maeve nuevamente al remedo del War World pero, esta vez, con sus habilidades telepáticas operativas. Lo que no comprendemos antes de que empiecen los títulos es por qué masacra a los ocupantes nazis, extremo que se concreta más adelante.
Y nuestro querido, querido William, el Hombre de Negro (Ed Harris), es un personaje tan jugoso que estaba clarísimo que no lo podían dejar en la nevera de un psiquiátrico por demasiado tiempo. Y, al reaparecer, nos arroja una de sus mejores contestaciones de la temporada, llena del nihilismo y la misantropía que solo pueden salir por la boca de alguien tan roto y tan brutal como él. Y el implante enigmático que le ponen precisamente en el cielo de la boca como a Caleb Nichols (Aaron Paul), es posible que nos sirva en el futuro para desentrañar el misterio en torno a este otro ser humano.
La anarquía que tanto odia Serac comienza a extenderse por el mundo a causa de la peligrosa decisión de Dolores en “Genre” (3x05) con los datos de Rehoboam e Incite sobre la humanidad. El magnate francés toma medidas drásticas para imponerse y adquirir Delos Destinations y cuanto esconde, y ordena buscar a la copia de sí misma que Dolores ha infiltrado en la empresa: es decir, la que suplanta a Charlotte Hale (Tessa Thompson), que juega a tres bandas y cuyas emociones por la familia de la verdadera jefa de la junta directiva la están separando de la androide original, y así se lo dice en una conversación telefónica.
Por esa misma conversación, **intuimos que los datos sobre los huéspedes del parque están dentro de Bernard Lowe (Jeffrey Wright). Pero dejamos de pensar en tal cosa por una estupenda alucinación del Hombre de Negro, en la que nos regalan la presencia del Mayor Craddock (Jonathan Tucker), James Delos (Peter Mullan) y otras cuatro versiones diferentes del propio William, incluyéndolo de niño (Zayd Kiszonak) o como el joven que se enamoró de Dolores (Jimmi Simpson), para una delirante y catártica sesión terapéutica. A los guionistas les encanta divertirse manipulando la realidad de todas las formas imaginables.
Maeve recupera a Héctor Escaton (Rodrigo Santoro) con la réplica virtual de Lee Sizemore (Simon Quarterman), y como el Hombre de Negro se enfrenta a su propia culpabilidad por los avatares de su vida, la otra gran anfitriona autoconsciente mide sus argumentos con una copia de Dolores. Pero Serac descubre quién se ha disfrazado de Charlotte, y por poco no la mata. El gran dolor que Dolores provoca en Maeve al destruir a su Héctor amado es simétrico al que produce Serac en la suplantadora de Charlotte al cargarse a su familia; y sus deseos de venganza probablemente proveerán. Y Lowe y Ashley Stubbs (Luke Hemsworth) liberan a un reinventado Hombre de Negro**.