Veintisiete huevos de pascua contamos en el primer episodio de *The Mandalorian* (Jon Favreau, 2019), la serie de acción real sobre un colega de Boba Fett interpretado por Pedro Pascal (Juego de tronos); nueve en el segundo; y en el número tres, “The Sin”, hemos dado con catorce. Uno de ellos es la palanca hiperespacial del Razor Crest, la nave de Mando, en la que se fija Baby Yoda, importante para un giro posterior de la trama y que el Halcón Milenario tenía igual. Y, tras su aterrizaje, vemos **un vehículo quadjumper* como el reventado en Jakku durante El despertar de la fuerza* (J. J. Abrams, 2015).
Entre las nuevas especies alienígenas que aparecen aquí, sumamos a **una twi’leks*, originaria del planeta Ryloth, a cuyos congéneres llaman en ocasiones “Cabezas de cola” por su llamativo aspecto y que fueron presentados en Star Wars: El retorno del Jedi (Richard Marquand, 1983) con Bib Fortuna (Michael Carter), un criado de Jabba, el Hutt; y de dicha especie es también, por ejemplo, Aayla Secura (Amy Allen), Jedi de El ataque de los clones y La venganza de los Sith (Lucas, 2002, 2005). Además, Greef Karga (Carl Weathers) le ofrece unos “*baños de curación twi’lek**” a Mando en la cantina de los cazarrecompensas.
En la misma cantina distinguimos, por otra parte, a **varios zabraks* como el villano colorado y cornudo Darth Maul (Ray Park en cuerpo y Peter Serafinowicz en voz) de La amenaza fantasma* (George Lucas, 1999). También hallamos keteerianos, tan recientes como *Los últimos Jedi (Rian Johnson, 2017); kyuzo, del mundo Phatrong e introducidos en el episodio “Bounty Hunters” (2x17) de The Clone Wars (Lucas, 2008-2020); o melbu, aún más recientes, conocidos en Han Solo* (Ron Howard, 2018); aunque a estas dos últimas especies galácticas ya se asomaron en el capítulo uno.
El protagonista le pide un nuevo objetivo a Karga, que le entrega tres, y escoge **atrapar a un mon calamari*, raza acuática del planeta Mon Cala como los quarren*, y cuyo exponente más famoso es el almirante Gial Ackbar (Tim Rose en anatomía y Tom Kane al oído), que participó en El retorno del Jedi y Los últimos Jedi. Y Karga le sugiere relax con **“un camtono de especias”**, producto con el que contrabandeaba Han Solo (Harrison Ford). Y un camtono es el famoso recipiente blanco donde el cliente (Werner Herzog) ha metido el beskar, un aparato útil que se usó en El Imperio contraataca (Irvin Kershner, 1980) por primera vez.
Cuando Mando riñe con un compañero ante la armera (Emily Swallow), los dos sacan cuchillos que brillan: son vibroblades, que aumentan su efectividad con vibraciones ultrasónicas, y nos los enseñaron en El retorno del Jedi. Y tal compañero se llama Paz Vizsla (Tait Fletcher), como el mandaloriano Pre Vizsla de la serie The Clone Wars, al que doblaba el mismísimo Jon Favreau, por lo que se especula que también le presta su voz a su familiar de The Mandalorian. Por otro lado, una pequeña criatura se pasea con **un traje espacial enviro*, y fue en Una nueva esperanza* (Lucas, 1977) la primera ocasión en que contemplamos a algún otro con él.
En los flashbacks que nos muestran la ofensiva del ejército clon en Mandalore, durante la que asesinaron a los padres de Mando, quienes disparan son los enormes superdroides de combate B2 a los que conocimos en El ataque de los clones muy apropiadamente, y con los que nos reencontramos después, en La venganza de los Sith. El robot al que Mando le pega un tiro en la guarida del cliente es una Unidad de Interrogación IT-O como la que utilizaron para torturar a Leia (Carrie Fisher) en Una nueva esperanza. Y al mensaje de la princesa Skywalker para Obi-Wan Kenobi (Alec Guiness) remiten las palabras del jefe de los cazarrecompensas cuando le dice a Mando de sí mismo que es “su última esperanza”.