En La Proposición, Margaret Tate (Sandra Bullock) es editora en una editorial de prestigio y por muy buena que sea en su trabajo, tiene esclavizado a su ayudante, Andrew Paxton (Ryan Reynolds), que hace todo lo posible porque quiere ascender a editor y publicar un libro. Ella lo tiene todo, menos el amor —y la nacionalidad estadounidense—. Unos días en compañía de la familia de Andrew y fingiendo que están prometidos para que no la deporten a Canadá, harán que comprenda que lo que ella necesita, en el fondo, es amor. Eso solucionaría todos sus problemas, ¿no? Pero, ¿por qué parece que no tener pareja es fracasar en la vida?

"El ser humano aprende por imitación y sabemos lo que debemos ser, o qué creemos que debemos ser, por lo que vemos", explica a Hipertextual Aida Vallés, psicóloga clínica especializada en sexología y terapia de pareja. "Si nuestro reflejo son las películas, las series, los libros y en todos pasa un patrón muy concreto, que es la chica triste y normalita que conoce al chico estupendo y maravilloso, que, además, ella consigue cambiarlo, que se fije en ella, que se enamore de ella y que eso es el éxito en la vida... Al final pienso que eso es mi objetivo de vida: conseguir a alguien", comenta.

"Y, además, que si se resiste y es malo malísimo y yo lo puedo cambiar, pues mejor todavía. Esto no solo nos hará desear una pareja a toda costa sino que fomentan relaciones de tipo tóxico. El malote en la vida real no cambia y es hasta peligroso. Y, en cambio, en las películas nos lo presentan como que el amor puede cambiar a ese chico y que puede enamorarse de ti. Y que es lo mejor que te puede pasar en esta vida, independientemente de si tienes éxito laboral, amigas, familia... lo que sea", explica Vallés.

Éxito laboral, pero 'fracasadas'

No tener pareja puede generar una profunda sensación de fracaso, a pesar de que en el resto de los aspectos la persona tenga éxito. No solo nos lo dice el cine, sino que, incluso en libros como Mujercitas, vemos que el amor lo es todo. Da igual el éxito de Jo March escribiendo y publicando, esto no es suficiente. Así que acaba persiguiendo al que será el amor de su vida. En la película estrenada el pasado año, también vemos cómo la autora, Louisa May Alcott, tuvo que aceptar lo que su editor quería: emparejar a Jo. También pasa en los libros de Elísabet Benavent (también conocida como Beta Coqueta): "En cualquier película o libro que leamos, como los libros de Beta Coqueta, que te cuenta que una es piloto de aviones y que otra es médico, y tienen éxito laboral, pero al final todo gira alrededor de conseguir a un tío. Siempre", indica.

En el caso de las mujeres, es aún peor ya que no seguir las reglas del juego establecido por la sociedad puede llevar a un machaque continuo por parte de nuestros familiares (y a veces, incluso, por nuestros propios amigos). Las comidas en casa de la abuela o de los tíos, siempre irá acompañada de las típicas preguntas: ¿y ya tienes novio? Si lo tienes, ¿cuándo os vais a casar? Y si ya estáis casados o viviendo juntos, ¿para cuándo el niño? "Es una presión muy grande, sobre todo cuando nos acercamos a ciertos rangos de edad, que es como que ya tienes que estar casada, plantearte tener hijos. Se te pasa la vida aunque estés en el mejor momento de tu vida laboral, por ejemplo", comenta. "Un hombre que es soltero es sinónimo de éxito, es el soltero de oro; en cambio en el caso de la mujer es una solterona", indica desde el otro lado del teléfono la sexóloga.

La vida está hecha para dos

Netflix

En el primer capítulo de Navidad en casa, vemos como la protagonista, Johanne, está harta de sentarse en la mesa de los niños por no tener pareja, así que se inventa que está saliendo con alguien y, para no decepcionar a su familia, empieza a buscar el amor. A su alrededor todo está hecho para dos personas: manoplas para pasear de la mano, pijamas de renos que se venden de dos en dos... Todo a su alrededor invita a pasar la Navidad en pareja. Bueno, más bien, la vida en pareja.

"Básicamente todo lo que nos rodea va dirigido a la pareja, a hacer cosas juntos", comenta la psicóloga y sexóloga. De hecho, comenta que tiene "muchas pacientes" que sienten "absoluto pánico" a ir sola al cine o a comer a un restaurante. "Todo está planteado para que lo hagas con alguien. El sentimiento de individualidad está muy bien, pero vas acompañada. Todo. Cualquier cosa que veas, los anuncios, las series de televisión... Cualquier cosa va dirigida a ese concepto de pareja y si no la tienes, búscala activamente", afirma. Tinder y el auge de las aplicaciones del estilo, no solo tienen "un fin sexual" sino que "muchas personas lo utilizan como su último recurso para tener pareja", comenta.

El problema va aún más lejos. Ni siquiera pensamos en que una persona puede tener más de una pareja y amarlas a las dos por igual. Sería el caso contrario a quedarse soltero y que también se ve poco en el cine: "También existe la idea de que todos tenemos que ser monógamos, que tenemos que tener una pareja, que existe el amor de nuestra vida, como si hubiera una persona predestinada para una cuando, en realidad, somos compatibles con millones de personas, simplemente las casualidades y la proximidad con las personas hace que salgamos con unos y no con otros, no porque haya un destino escrito". En series como Siren o Tú, yo, ella y en películas como Los gustos, los colores, se puede ver que el poliamor cada vez está más presente, aunque sigue sigue sin ser la norma.

"La idealización de lo que es el amor y de todo lo que supone... Todo el mundo sabe, o cree saber, que el amor es la mejor sensación del mundo y que no quieres dejar de experimentarla nunca. Y eso, al final, incluso llega a crear adicción. La gente busca eso por encima de todo porque es el objetivo de la vida. Cuando tú puedes tener ese objetivo proyectado a mil millones de cosas", afirma la psicóloga.

¿Estamos hechos para ser monógamos?

El mito del amor romántico

El amor lo puede todo. El amor es más fuerte que nada. Solo estás completo si tienes tu media naranja. Películas como El diario de Noah o 50 primeras citas nos han enseñado que todo lo que necesitamos en esta vida es una persona que nos quiera, pero no es verdad. El objetivo vital de mucha gente no es ese y está bien. A veces cuesta aceptarlo y se necesita ayuda para ello. Si una persona se siente fracasada por no tener pareja, "lo primero que tendría que hacer es terapia, porque eso tiene muchas veces con la autoestima". "En terapia les pongo una comparación muy clara. Les pregunto si tienen amigos o amigas, un círculo fuerte. Y casi siempre te dicen que sí", indica. "¿Por qué esa relación no la ponemos al mismo nivel que la de pareja? Parece que están los amigos abajo, después la familia y por encima de todo, la pareja", comenta Vallés. "Cuando realmente no es una pirámide, es un abanico. Están al mismo nivel", añade.

"Tener un círculo de amigos y una buena familia puede ser suficiente para muchísimas personas, que además no quieran vincularse o tener relaciones. Muchas personas tienen crisis porque no tienen pareja y en el fondo no quieren porque aprecian mucho su independencia, no tienen tiempo o no les apetece. Pero ellos piensan que deben tenerlo y por tanto lo buscan activamente sin desearlo realmente, es una crisis interna. Y luego ese vacío de no soy nadie, no estoy completo o completa", explica. "Sobre todo en el caso de las mujeres, por todo lo relacionado con la maternidad y por el concepto de que una mujer soltera ha fracasado y un hombre soltero es un follador", añade Vallés.

"Siempre nos han vendido esa historia, los mitos del amor romántico, el mito de la media naranja, el me siento completa cuando estoy contigo; si no tengo pareja, he fracasado; si te planteas ser madre, ¿cómo lo vas a hacer si no tienes pareja?", comenta Vallés. "En la vida se van consiguiendo una serie de metas, que están estipuladas por la sociedad y que son: crecer, estudiar, sacarte tu carrera, tener tu trabajo fijo, conocer a esa persona, irte a vivir con ella, casarte y tener hijos", explica. "Es como que el patrón está muy estipulado y tú, aunque no creas o coincidas con ese patrón, inconscientemente todo lo que te rodea te lleva a eso", señala. "Por eso, muchas personas sobre los 30 años tienen una crisis muy grande porque sí, tienen su trabajo, viven solos, pero no tienen esa última parte, ese último nivel del juego no son capaces de tenerlo", indica.

Pero no pasa nada, por mucho que Hollywood, y la industria del cine en general, estén empeñados en que tener pareja siempre será lo más importante (sobre todo para las mujeres), cada vez se ve más que este pensamiento va cambiando, aunque sea poco a poco. Películas como La boda de mi mejor amigo, Alguien especial, Begin Again o Queen pueden hacernos ver que la realidad, a veces, puede ser distinta y que tener o no pareja es solo una decisión más que cada persona debe tomar en su vida.

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