Quizás cuando Samsung criticaba tan duramente el 'notch' no se imaginaba que iba a terminar sucumbiendo a él en varias de sus líneas de producto, o que iba a sentarle tan bien. Desde su gama más económica y hasta la gama más alta, hay dos grandes tendencias que siguen alza en 2019: bordes más encogidos en torno a la pantalla y múltiples cámaras por detrás. El nuevo Galaxy A50 no falla, lo hemos probado y este es nuestro análisis.Perdonando a los recientes Galaxy S10 que se intentan escapar con sus agujeros en pantalla y tras un Galaxy A8s que no llegó a occidente, es ahora cuando las muescas en el frontal aterrizan en Samsung. El espacio extra se valora especialmente si este no hace crecer el tamaño de unos terminales ya más que generosos en la mano. El Galaxy A50 hace lo propio con los paneles Infinity-U en lo que para el resto de fabricantes es un 'notch' en forma de gota y para ellos es una característica de sus estos paneles.

El Galaxy A50 es uno de los primeros en llegar al totalmente renovado catálogo de Samsung fuera de la gama más alta. Donde hasta ahora veíamos las líneas Galaxy J y Galaxy A, ahora cancelan la primera a favor de una nueva Galaxy M y añaden un cero a la segunda. Veamos hasta dónde han sido capaces de llegar esta vez con su oferta que repite en este caso centrada en los 350 euros, aunque ya la podemos encontrar con hasta un 20% de descuento en Amazon.

En el último salto, se conserva la inercia que veíamos en los diseños inmediatamente anteriores de Samsung. Y también su esencia. Tanto que, de hecho, estamos frente a un smartphone que da la sensación de ser el Galaxy A7 (2018) que debió haber sido desde un comienzo, casi más cerca –e incluso por encima en algún aspecto– del más crecido Galaxy A9 (2018).

Galaxy A7 2018: Samsung, no esperaba más, sino mejor

https://hipertextual.com/analisis/samsung-galaxy-a9-2018Samsung Galaxy A50

Cambios sutiles, pero necesarios

Hay cambios en algunos aspectos fácilmente visibles. Ahora el teléfono no es tan recto en todas sus dimensiones, y tiene una trasera algo más curva y algo más adaptable a la mano. Llama la atención también a primera vista por su ligereza ya que, respecto al A7 (2018) al que diría que reemplaza, su pantalla crece pero su cuerpo no.

Galaxy A7 (2018) Galaxy A50 Galaxy A9 (2018)
Tamaño 160 x 77 mm 159 x 75 mm 163 x 77 mm
Grosor 7,5 mm 7,7 mm 7,8 mm
Pantalla 6,0 pulgadas
18,5:9
6,4 pulgadas
19,5:9
6,3 pulgadas
18,5:9
Batería 3.300 mAh 4.000 mAh 3.800 mAh
Peso 168 gramos 166 gramos 183 gramos

Samsung Galaxy A50

Y más bien todo lo contrario. Si nos fijamos en los datos de la tabla, la eliminación del borde superior junto a un formato de pantalla algo más alargado dan a Samsung todo un "cuatro por uno" en esta generación de teléfonos, y eso que solo ha pasado medio año desde la anterior. Un terminal ligeramente más grueso es capaz de comprar también otro más corto y sensiblemente más estrecho –y usable por tanto–, con una pantalla mucho mayor y una batería sustantiva en un cuerpo a fin de cuentas más ligero.

Samsung deja todavía algo de mejora a próximas generaciones con una banda inferior algo marcada. Aunque no más que en otras generaciones ni tampoco más que lo que vemos en gamas similares de otras marcas.

Conector de auriculares del Galaxy A50

En lo demás, recuerda bastante al Galaxy A7, con dos buenas noticias para los puertos:

- Al fin deja atrás el desfasado microUSB, recibiendo de una vez por todas un puerto USB C que a estas alturas se distribuye en la gran mayoría de terminales a la venta.

- El teléfono aligera las opciones de diseño, pero mantiene el conector de auriculares tan común en la gama más económica. Incluye de nuevo unos auriculares que, bueno, al menos son gratis.

Sensor de huellas bajo pantalla del Samsung Galaxy A50

Samsung cierra el apartado más puramente de diseño manteniendo una trasera completa de cristal, donde permanece el módulo de 'triple' cámara y se ausenta de nuevo el sensor de huellas. Este evita esta vez su fugaz posición en el botón de desbloqueo y se va bajo la pantalla. No me parece un mal movimiento, aunque algunos apuntes bastan para entenderlo:

- Esta posición es ahora más natural. No hace falta cambiar la posición de la mano de ninguna forma. Tal cual lo tienes, lo sujetas. Además, One UI –la nueva interfaz para móviles de Samsung– hace un buen trabajo para integrarlo. Es mucho más intuitivo ahora, diría, para todo el mundo.

- Es un sensor óptico, no ultrasónico como en los Galaxy S10 y S10+. Es algo más lento, sí, pero del estilo de lo que vemos en otros teléfonos como el Oppo RX17 Pro, OnePlus 6T, Xiaomi Mi 9 o Huawei P30 y P30 Pro.

- El rendimiento puede desencantar, siendo tremendamente lento y plagado de negativos. Si te ocurre esto, viejo truco en Samsung: prueba a registrar de nuevo la huella dactilar e, incluso, a registrarla por duplicado. La velocidad y precisión pueden aumentar ampliamente, al nivel de cualquier gama alta. Esto, quizá sea a costa de algo de la seguridad, y en pos de la comodidad.

Su pantalla es de nuevo un panel Amoled en 6,4 pulgadas que mejora en lo visto en pasadas entregas, apostaría a que en este la calibración es bastante más atinada y fuera de aquellos tintes verdosos. Resolución 1080p –esta vez algo más alargado– con Pentile y un brillo correcto salvo bajo luz solar directa, donde nos veremos prácticamente obligados a hacer sombra al teléfono con nuestro cuerpo. Nada que no veamos en otros muchos teléfonos de este rango. Amoled o no, por cierto.

El rendimiento justo, y propio

Samsung Galaxy A50

Continuando en la pantalla pero ya en el apartado de rendimiento recojo otro de los puntos en los que Samsung parece haber leído mi reseña del Galaxy A7 e ir corrigiendo un fallo tras otro –y no te vayas muy lejos porque, spoiler: continúa–. En este caso, el Galaxy A50 mejora la respuesta táctil de la anterior generación no solo a un rango ya aceptable, sino prácticamente instantáneo y al nivel de su gama más alta. Parece algo menor, pero hay que ver cómo se agradece en algo tan simple como escribir. Otro detalle que suma aquí: aunque sus bordes laterales no sean curvos y sean algo más gruesos que los gama más alta, hacia el frontal se hacen agradables y ayudan a alcanzar las posiciones más extremas al escribir.

De nuevo en su ficha técnica y en la carta de deseos cumplidos, Samsung incorpora el Exynos 9610 que pedíamos y que mejora ligeramente tanto al Exynos 7785 de la pasada propuesta como al Snapdragon 660 que vemos en buena parte de los gama media de un tiempo a esta parte. Resumiéndolo ligeramente, se trata de un procesador de ocho núcleos en 10 nanómetros, por lo que es más eficiente energéticamente, y cuenta con tres núcleos Mali G72 como los de los Galaxy S9 –con la diferencia que este contaba con 18, eso sí–.

Por tanto, no podemos esperar que rinda como aquel, aunque sí que se mueve con relativa soltura en todo tipo de juegos. Como siempre, mención especial para dos de los grandes battle Royale en el móvil. Aunque en el caso de **PUBG podemos jugar sin problemas* de forma medianamente competitiva, Fortnite* muestra el mensaje de la muerte de "GPU no compatible". Es un movimiento agridulce ya que el juego de Epic Games ya era compatible con el Snapdragon 660 en el caso del Galaxy A9 tras una colaboración con Samsung y, al pasar a este chipset propio, perdemos esa capacidad.

Siempre en relación al Galaxy A7 del mismo precio de salida, se mantienen unos suficientes 4 GB de RAM –pueden ser 6 GB según el mercado– para esta gama, pero se dobla la memoria interna hasta los 128 GB de capacidad en lo que es un puro alarde de buenas intenciones de Samsung y permitirá alargar la experiencia durante unos cuantos años. Mantiene además capacidad para tarjetas microSD en una bandeja SIM de tres huecos, donde podremos tener dos líneas y hasta 512 GB extra.

Samsung Galaxy A50

Recayendo sobre el hecho de que la batería en este Galaxy A50 es muy superior teniendo en cuenta el tamaño, y de que el procesador es también más eficiente, no debe sorprender a nadie que la autonomía mejora y bastante. Esta vez podemos dar por hecho que llegará al día, incluso día y medio, para buena parte de los usuarios sin mayores problemas. Además añade carga rápida con un cargador de serie que es ahora el doble de potente con sus 15 vatios, capaz de cargar desde cero un tercio de la batería en 30 minutos.

Detalle que también corrige Samsung en la nueva línea A de dos cifras es el sonido. No es perfecto –y dista mucho de serlo, desde luego–, pero ahora es bastante más adecuado a la gama en la que se vende. Suena con mucha más fuerza, aunque no con toda la riqueza que uno desearía. No es estéreo, eso sí, ya que la única salida de audio es la de su base.

One UI le sienta bien

One UI en el Samsung Galaxy A50

Déjà vu de nuevo en el software, donde apenas hace unos meses Samsung se encontraba atrapada en una versión ya caduca de Android, con una capa de personalización que causaba estragos por su insistencia en en múltiples frentes. Todavía hay algunos puntos donde mejorar, pero con One UI sobre Android 9 –la última versión disponible–, es fácil sentirse mucho más cómodo.

Resumiendo, One UI deja atrás Samsung Experience y simplifica y mejora hasta donde puede la interacción con el teléfono. Esto significa que eliminan parte de los elementos con los que no necesitemos interactuar de forma directa, y los acerca a la mano para que tengamos que hacer contorsionismos la menor cantidad de contorsionismos posible en nuestro uso.

Un ejemplo es cómo se dispone ahora el contenido las aplicaciones propias de la marca y algunos de sus menús principales. Cuentan con dos zonas, la de visualización y la de interacción. La primera se limita al tercio superior de la pantalla, y preferiblemente no contará con ningún elemento pulsable. Haciendo scroll sí se utilizará para seguir mostrando elementos de una lista de mensajes, alarmas u opciones.

Llama la atención que ahora desaparecen buena parte de las recomendaciones y menús emergentes durante la configuración del smartphone que, aunque estaban ahí para facilitar el aterrizaje del usuario, acababan convirtiéndolo en una experiencia interminable. Ahora es más sencillo, pero conserva todavía las aplicaciones preinstaladas de Microsoft o Facebook y solo podremos deshabilitarlas. Esta vez, es tan fácil como pulsar prolongadamente sobre ellas.

El software del Galaxy A50 se siente optimizado y estable en general, aunque no es tan reactivo como otros teléfonos con modificaciones menos profundas que este. Las transiciones son continuas, aunque en ocasiones que le cueste recuperar alguna aplicación que ha borrado de memoria o alguna función que todavía no ha cargado rompe esta experiencia.

Insistiendo en la vista panorámica

Cámaras del Samsung Galaxy A50

Aunque vaya a por el rango focal completo en sus terminales de referencia, Samsung repite aquí una combinación lentes casi idéntica a la que vimos en el A7 de 2018. Con un sensor principal de 25 megapixels para tomas generales, un ultra gran angular para las escenas con más campo y un tercer sensor para apoyarse en el cálculo de profundidades para el modo retrato, es una configuración parecida a la que vemos en el Galaxy S10e.

Aunque veo más interesante un sensor secundario con algo de zoom por la perspectiva que genera en cierto tipo de imágenes, el casi ojo de pez que tenemos aquí posibilita también otro tipo de imágenes menos fieles pero también atractivas para ser compartidas en redes sociales. El "estoy aquí, haciendo esto" no puede expresarse mejor con otra lente. Aun así, imagino que el motivo es principalmente de ahorro de costes: una cámara con zoom óptico es por construcción menos luminosa y con mayor tendencia a la trepidación, lo cual hace imprescindible un OIS para lograr un rendimiento probablemente inferior.

En One UI, Samsung cuenta con una de las aplicaciones de cámara más asequibles y fáciles de usar. Se deshace de buena parte de los modos de disparo que habían acumulado durante casi una década, quedándose con lo fundamental: foto, vídeo, cámara rápida y lenta, y poco –más a la vista–. Una experiencia de disparo higiénica, como esta, es fundamental para que todos podamos aprovechar el potencial de la cámara. Aunque no sea excesivo.

Samsung Galaxy A50

Una de las opciones que entra es el "optimizador de escenas", que básicamente clasifica el tipo de imagen que estemos encuadrando para intentar catalogarla en uno de los grandes tipos que tiene ajustados, para intentar dar algo de intensidad que se corresponda con esa foto concreta. Para esto hace uso de las capacidades de "IA" del Exynos 9810, que clasifica entre uno de los 20 tipos de escenas que aparecen en la imagen.

Optimizador de escenas en el Galaxy A50

Sea como sea, veamos algunas muestras sacadas directamente de la cámara. Recuerda que puedes hacer clic en ellas para acceder a la versión original de los archivos o echar un vistazo a todas en esta galería.

20190414_122901.jpg Angular principal

20190414_122857.jpg Ultra gran angular

Incluso en condiciones relativamente fáciles el procesado del Galaxy A50 deja bastante que desear, con unas tonalidades planas en exceso y de aspecto algo lavado, y una retención de detalle por debajo de lo esperado.

20190416_182137.jpg Angular principal

20190416_182129.jpg Ultra gran angular

Que el ultra gran angular reciba algo más de luminosidad en sus ópticas –ahora es f/2,2 frente a la anterior f/2,4– quizás ayuda pero no salva una cámara que se empobrece a pasos acelerados según cae la noche.

20190416_211823.jpg Angular principal

20190416_211831.jpg Ultra gran angular

Esta tendencia se agudiza según la iluminación se hace más escasa, por lo que mejor mantenernos cerca del angular principal a estas horas. El rendimiento en el modo retrato no parece haber mejorado sobre el anterior, y lo cierto es que aunque con suerte los resultados pueden ser interesantes, es fácil acabar con algo poco convincente. Lo cual, claro, no invita a usarlo tanto como uno quisiera.

Logo de Samsung en el Galaxy A50

Conclusión

Con este Galaxy A50 se entiende parte de la parálisis de Samsung en propuestas anteriores y relativamente recientes. Los cambios son transversales y la respuesta de la marcar a las críticas aportan mejoras a prácticamente todo el terminal, en lo que será un soplo de aire a la experiencia de sus usuarios muy bien recibido.

Ahora estos smartphones tienen una pantalla mejor y mayor en un cuerpo más cómodo, manejable y menor. Mejora su experiencia de uso y táctil también, aportando además pequeños toques de color en apartados como el sensor de huellas o la carga rápida. Y por supuesto, un precio mucho más acorde a la experiencia que se ofrece.

Desafortunadamente, una de las justificaciones de compra más grandes queda algo desatendida. Su cámara no hace justicia a lo que uno espera de un "smartphone con tres cámaras". Aunque mejore la experiencia general de disparo, quizás una única cámara más capaz no venda tanto en términos de marketing pero conseguiría mejores resultados en general.

Aunque esos 349 euros se antojan algo altos todavía –tampoco demasiado–, que tras unas primeras semanas disponible lo podamos encontrar con fuertes descuentos son síntoma de que Samsung ha puesto en el mapa a su nueva gama media de una forma competente y digna.

Pros

  • Diseño similar en apariencia, otro mundo –a mejor– en usabilidad.
  • Su pantalla mejora en calidad general.
  • Capacidades generosas, con una enorme batería y un montón de gigas.
  • Esto es otra historia en la experiencia, mucho más acertada. One UI tiene parte de la culpa.

Contras

  • El combo de cámaras no rinde como uno espera, por mucho que su aplicación mejore.
  • Se mantiene un borde inferior demasiado grueso.
  • En ocasiones, falta algo de reactividad al pasar de una tarea a otra, por sencilla que sea.

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