Hace ya un par de años que Samsung ya no es el líder indiscutible del mercado móvil. Bajo esta línea, cada último trimestre del año ve perforada su línea de flotación por Apple, a quien a su vez es Huawei la que le viene pisando los talones. Mientras esta batalla persiste, se continúa estirando el chicle replanteando lo que se puede conseguir por una cada vez menor inversión. Mientras tanto, el fabricante surcoreano empieza por China a probar suerte externalizando la fabricación para el primero de sus teléfonos en un intento por ser competitivo en precios.

En este escenario, Samsung insiste en su dilatado catálogo con Galaxy A7 2018, un teléfono más grande en todos sus sentidos: más pantalla, memoria e incluso número de cámaras. Tras haberlo probado durante unos cuantos días, comencemos por verlo resumidamente.

  • Pantalla: 6 pulgadas Super Amoled, en resolución FullHD+ (1.080 x 2.220)
  • Dimensiones: frontal de 160 x 77 mm, 7.5 mm de grosor, 168 gramos
  • Procesador: Exynos 7885 en 14 nanómetros, dos núcleos A72 a 2,2 GHz y otros seis a 1,6 GHz. Gráficos Mali G71 de dos núcleos
  • RAM: 4/6 GB LPDDR4x
  • Almacenamiento: 64/128 GB, con opción a microSD
  • Cámara frontal: 24 MP de foco fijo y f/2.0
  • Cámaras trasera:
    1. Profundidad: 5 MP de foco fijo y f/2.2
    2. Principal: 24 MP con f/1.7
    3. Ultra gran angular: 8 MP con f/2.4
  • Batería: 3.300 mAh, sin carga rápida
  • Conectividad: LTE Cat 6 (300/50 Mbps), WiFi ac doble banda, GPS (GPS, Glonass, BeiDou), Bluetooth 5.0, NFC, USB B (microUSB) y Dual SIM (además de la SD)
  • Sistema: Android 8.0 Oreo
  • Precio: 349 euros

Los teléfonos crecen, el A7 también

Los cambios en el Galaxy A7 son grandes y profundos. Empecemos por fuera. La edición de 2018 crece en diagonal tres décimas hasta las 6 pulgadas, lo cual tampoco es un exceso para los estándares de hoy. Y tiene truco: ahora es más alargado y con menos bordes, al estilo de las referencias de la casa. Aunque estos siguen estando y se notan pues se hace tosco a la mano. En cambio, los botones frontales típicos en Samsung desaparecen. Lo que no se entiende es que se cambien de lado los teclas de volumen, que son ahora difíciles de alcanzar y toca mover el teléfono en la mano.

En general, da la sensación de que con este diseño Samsung se desprende de la personalidad que tenían sus líneas más económicas. El Galaxy A7 2018 también da pasos atrás recuperando el conector microUSB, incomprensible partiendo de una versión con USB C. La trasera un único cristal pulido, solo perforado por el módulo de cámaras. La atención al apoyarlo puede ser muy resbaladizo.

El sensor de huellas se mueve al lateral del teléfono, donde no se hace raro una vez te vas haciendo, aunque sí más pequeño. No brilla por su certeza ni su rapidez. Al no hacer falta pulsarlo para desbloquear es fácil que al cogerlo lo desbloquees sin querer, lo cual es especialmente molesto al guardarlo. Se combina con un desbloqueo facial que tampoco es muy preciso y falla demasiado. Al final lo práctico es tener los dos activados y que sea el que pueda desbloquear antes.

Samsung insiste en la pantalla OLED en sus teléfonos de gama media. Esto acaba resultando en un panel que recuerda a otras épocas, con tintes verdosos que se suman a los colores saturados y al efecto arcoíris al inclinarla. Su resolución es 'solo' FullHD+ (el plus hace referencia al alargamiento), lo cual no es que esté mal.

Con el Exynos 7785 y 4GB de RAM, queda un 10% por debajo en tests del Snapdragon 660 que monta el Xiaomi Mi A2, entre otros muchos. Por el precio de este Galaxy A7 (349 euros), se echa en falta algo más de reactividad, donde suena más a un sistema poco afinado que a la carencia del propio chip. Un más reciente Exynos 9610 lo elevaría más al tono que merece. Parte de esta responsabilidad es inducida por un panel táctil poco ágil -y por desgracia muy común en estas gamas-, que ralentiza tareas que deberían estar ya muy digeridas en un teléfono de 2018, como escribir a una cierta velocidad. Sin ir más lejos, mi Note 3 de 2013 ya cumple aquí.

La batería no es lo que esperas, al menos en tamaño, pero aguantará todo el día sin problemas en general. Y más te vale, porque no hay carga rápida -ni inalámbrica, de paso- y el cargador original (7.7 W) tardará una hora en darte el primer 50% y hasta 2 horas y 20 minutos para ir de cero a cien. Y eso con el teléfono apagado.

Antes de llegar al juego de la triple cámara, Samsung, pasemos rápidamente por el software de este A7 2018:

  • Partimos de Android 8.0 Oreo. No esperaba un móvil con la más reciente versión, que no está ni en el 0.1% del total, pero tampoco la antepenúltima. Que Android 8.1 tiene ya casi un año.
  • Filtra. Reconozco que hay un buen puñado de funciones en 'Samsung Experience' que son prácticas. Pero otras muchas no lo son, o no lo suficiente como para justificar estar tan en medio.
  • Descuida, si quiero la suite de aplicaciones de Microsoft al completo -inkedIn incluido-, ya la instalo yo. Más de lo mismo con Facebook e Instagram, que no es posible ni desactivar por completo.
  • Relaja todo ese estrés a la hora de configurar un teléfono. Lo que debería ser poco más que encender, poner el email y estar funcionando, es cada vez más una concatenación de servicios, consejos y funciones a personalizar que parece no tener fin.

Tres cámaras que son dos

El módulo con tres sensores es curioso, y genera titulares. Pero no son tres cámaras. Es una cámara principal con un sensor de apoyo para detectar las profundidades, la otra es un ojo de pez o ultra gran angular. La aplicación de cámara tiene muchas opciones -demasiadas- a la vista, aunque podemos esconder algunos modos y reducir el 'ruido' en la usabilidad.

Por tanto, los dos sensores principales se encargan de las tareas habituales en fotografía: las fotos al uso y los retratos con marcado efecto bokeh que hay que tener. Si la luz acompaña, los resultados más que decentes. El modo 'enfoque dinámico' permite ajustar este desenfoque también una vez tomada la foto.

'Enfoque dinámico', cámaras traseras

'Enfoque selfie', cámara frontal

La cámara delantera también tiene un modo 'enfoque selfie', aunque no permite ajustarlo a posteriori. El rendimiento de este no es tan bueno.

Super gran angular

Con el otro sensor tenemos hasta 120º de visión, equivalente al ojo humano según Samsung. Es muy vistoso, de nuevo si la luz baña la escena. En escenas nocturnas, mejor no usarlo. Su lente es fija -no puedes donde quieras- y su exposición también -es automática-, y esto es otro factor limitante.

Frente al Xiaomi Mi A2

Por último, no está de más comparar con el Mi A2 de Xiaomi, quizá el que más puede plantar cara en esta gama. En fotografía de baja luz, que es donde más fácilmente podemos notar esa diferencia, vemos que el teléfono de Samsung tiende a iluminar la escena más. Para ello, tiene una fotografía más agradable en tonos, a costa de quemar más las luces. El teléfono de Xiaomi preserva mayor detalle, por lo que en edición se podrían conseguir mejores resultados.

Puedes encontrar estas imágenes a su resolución original en esta galería.

Otros detalles

  • El sonido es pequeñito y suena enlatado. Quizás demasiado para un teléfono de este tamaño. El sonido firmado por Dolby Atmos se queda en los auriculares. Incluye unos, pero mejor ni mencionarlos. Tiene jack de 3.5 mm.
  • La bandeja para dual SIM incluye además la ranura para la microSD, y no sustituyendo una de las líneas.

  • No hay resistencia al agua.

  • ¿Juega al Fortnite? No, la GPU no es 'compatible' ¿Y al PUBG? No es la mejor de las experiencias, pero puedes intentarlo a mínimos.

Demasiados 'aunques' y 'peros'

El Galaxy A7 evoluciona en muchos sentidos, en tantos que en unos va hacia delante y en otros es al contrario. Al precio de salida se hace muy caro, tanto que incluso rebajado la oferta del Mi A2 es demasiado buena y por bastante menos. No es necesariamente un descarte, y si lo encuentras muy rebajado o a través de operadora puede llegar a ser interesante. Dependerá siempre de lo que busques.

Es un teléfono con pantalla grande, aunque no muy buena; con batería para todo el día, pero sin carga rápida; con puerto de auriculares, pero sin USB C y juguetón con las cámaras, aunque no destaquen. Si eso te encaja, el Galaxy A7 2018 puede no estar mal, aunque sea mediocre.