Las últimas ediciones del Mobile World Congress han estado protagonizadas por diversos temas, pero un elemento común, al menos durante el último lustro, ha sido siempre el 5G. La nueva generación de conectividad móvil, cuyo estándar se congeló en 2018, ha sido uno de los temas más activos en las ruedas de prensa del Mobile World Congress. Telecos, tecnológicas y “chiperas” han hablado hasta la saciedad durante los últimos años, formando una especie de trending topic estacionario que tenía poca sustancia y mucho humo.
En esta última edición del Mobile World Congress, afortunadamente, la situación ha sido bastante diferente. La conversación vacía que rodeaba a las presentaciones ha evolucionado en fechas precisas, precios y productos tangibles que, por fin, dejan entrever lo que ocurrirá con la nueva conectividad celular.
Por la parte de los fabricantes, Xiaomi ha sellado la fecha y el precio de su primer dispositivo con 5G comercial, que no es otro que una versión modificada de su Mi MIX 3. A Europa llegará por 599 euros, y lo hará en mayo junto a operadores como Vodafone o Telefónica.
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Samsung también ha hecho un anuncio similar, aunque de una forma más tímida. El Galaxy S10 5G llegará al mercado europeo en el segundo trimestre del año, también con Telefónica, Vodafone y Orange entre sus principales colaboradores, pero su precio sigue siendo, al menos por el momento, una incógnita. El Galaxy S10+, con un hardware ligeramente inferior, llega a las tiendas el próximo 8 de marzo a un precio de 1.009 euros, por lo que la versión 5G, ligeramente superior en prestaciones técnicas, podría superar esa cifra.
Las operadoras no se han pronunciado oficialmente sobre el encendido de sus redes 5G, salvo acuerdos puntuales como el anunciado por Telefónica con el F.C. Barcelona –que dotará de esta conectividad al Camp Nou para ofrecer mejor servicios a los asistentes y al propio club–. Sin embargo, la fecha de comercialización de los primeros teléfonos móviles con esta conectividad sugiere que el interruptor de las telcos podría rotar antes de 2020, año en el que se espera que, tras la correcta licitación de todo el espectro necesario por parte del Gobierno, se oferten de forma masiva los servicios de nueva generación a los clientes.
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El problema de los smartphones prematuros
Pese al avance evidente mostrado en esta edición del MWC, tanto fabricantes como operadores aún deben de enfrentarse a retos de cierta envergadura durante los próximos meses. Qualcomm, el mayor fabricante de módems para smartphones, es uno de los principales afectados. La compañía cuenta con chips 5G en su portfolio, pero ninguno de ellos se integra en el propio SoC del dispositivo –como sí ocurre con el 4G LTE–. La corporación norteamericana ha anunciado durante el Mobile World Congress que, en 2020, este elemento se integrará en su system-on-chip de alta gama, pero, mientras tanto, los fabricantes de smartphones se enfrentan a diferentes retos:
- El problema de la miniaturización. Al no existir un SoC que integre el modem 5G en su interior, los fabricantes han de “hacer hueco” a un chip adicional en la placa base del equipo. Esto se traduce en smartphones de mayor tamaño o, por el contrario, en equipos con menor autonomía.
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El problema de la autonomía. Ocurrió con el 4G y, desafortunadamente, también sucederá con el 5G. La inclusión de esta nueva conectividad afecta negativamente a la autonomía de los dispositivos que la incorporen, al menos hasta que los módems evolucionen en eficiencia y compactación. Los fabricantes han ideado una estrategia para paliar y compensar este extra en consumo energético: aumentar el tamaño de las baterías. Como consecuencia, eso sí, los teléfonos se vuelven más gruesos, más grandes y, posiblemente, también más pesados.
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El problema de los costes. El nuevo módem 5G de Qualcomm solo es compatible con el microprocesador más avanzado del fabricante. Ninguna de sus soluciones intermedias podrían funcionan, por el momento, con esta nueva conectividad. Esto, sumado al coste del propio módem y la batería de mayor tamaño –imprescindible para no perjudicar a la autonomía– hace que el 5G quede relegado, salvo casos muy puntuales como el de Xiaomi, a productos de precio alto.
Huawei y la licitación del espectro, en el punto de mira
Por el lado de las operadoras españolas también hay diversos asuntos por resolver. Uno de ellos, y quizá el más evidente, es la licitación del espectro y la consumación del segundo dividendo digital. La banda de los 700 MHz ha de ser licitada antes de junio de 2020, según la directriz europea. Pero antes de ello, el Gobierno debe proceder con la liberación de dicho espectro radioeléctrico, utilizado actualmente por la TDT. Hasta entonces, solo pueden operar en las frecuencias ya concedidas, las cuales, aunque necesarias, son menos atractivas para los despliegues en ciudades por la dificultad que presentan para penetrar edificios.
En esta misma línea, los operadores, junto con el Gobierno y los servicios de inteligencia, deben estudiar el nivel de seguridad de las redes de Huawei, quien suministra estaciones base y otros equipos de telecomunicación a las telecos del país. El Gobierno de Estados Unidos acusa a la compañía china de llevar a cabo labores de espionaje tanto para su propio beneficio como para el del Gobierno de China, pero la ausencia de pruebas ha generado una conversación a lo largo de la Unión Europea, cuyos estados miembros se debaten actualmente sobre la mejor decisión para el continente.
Una vez resueltos los conflictos anteriores, los operadores y las tecnológicas tendrán que generar interés en sus propios clientes, una labor sumamente compleja dado el buen servicio que proporciona actualmente el 4G y lo imperceptible que será, al menos durante los primeros años, la evolución hacia el 5G –para la mayoría de clientes–.
No te emociones por la llegada del 5G