Con motivo del revuelo surgido a raíz de la publicación de su Informe sobre Fallecidos a causa de las Pseudoterapias en España, la Asociación para Proteger al Pacientes de las Terapias Pseudocientíficas (APETP) publicó ayer en su página web una serie de datos adicionales, con los que pretenden matizar algunos de los detalles que han generado el conflicto.

En su documento inicial se extrapolaban los resultados de un gran número de estudios llevados a cabo en el extranjero para calcular, de forma aproximada, cuál sería el número de muertos a causa de las pseudoterapias que se dan cada año en España. Si bien se trata de un trabajo necesario, que da a conocer la magnitud de un problema al que hasta hace poco no se había prestado apenas atención en este país, los métodos utilizados han sido criticados por algunas personas y medios, por aventurarse a dar cifras que son imposibles de calcular.

Puntualizaciones necesarias

En su última publicación, la APETP puntualiza cuatro detalles importantes del informe, aclarando las partes que han sido motivo de discusión durante estos días.

Para empezar, se aclara que las cifras aportadas no deben tomarse como dato de referencia, sino como una aproximación plausible del problema. Es imposible realizar un cálculo similar con datos extraídos de estudios españoles y esto es algo que, según se afirma en el comunicado, debe tomarse como reflexión social.

Una de las grandes críticas que recibió el informe inicial fue que las extrapolaciones realizadas estaban llevadas a cabo de forma problemática, por lo que se puede considerar que las conclusiones finales no se han obtenido de forma rigurosa. Esto es algo que también se puntualiza, solicitando que se tome con cautela, como ya previenen en el primer escrito.

Finalmente, remarcan que esto no significa que la cifra de fallecidos sea menor, a pesar de la problemática para poder obtener una más sólida.

El problema de dar una cifra

En el informe inicial se aclara repetidas veces que los datos y extrapolaciones utilizados no son óptimos. Sin embargo, se aventuran a dar una cifra, que sitúa las muertes por esta causa entre 1.210 y 1.460 al año. Ahora bien, ¿era necesario dar una cantidad o bastaba con puntualizar el problema aportando datos contrastados, sin necesidad de extrapolar?

“Hace falta dar las primeras cifras para que se busquen cifras mejores y la sociedad entienda que hay un problema que hay que tratar”, explica a Hipertextual uno de los autores del informe, Fernando Cervera. “Es una cuestión problemática, pues se realizan extrapolaciones a partir de datos de estudios en el extranjero, pero creemos que es la única manera actual de acercarse al orden de magnitud del cual estamos hablando”.

El plan del Gobierno para terminar con las pseudoterapias: «Queremos una sociedad crítica»

El objetivo de todo esto, como remarcan en las dos publicaciones de su página web, es dar constancia del problema y promover que las instituciones españolas lleven a cabo los estudios necesarios para obtener cifras más rigurosas. “En todo caso deberán ser las administraciones públicas y sanitarias quienes tomen constancia del problema y hagan mejores estimaciones con los recursos que ellos tienen, y de los cuales la sociedad civil carece, pues no debemos olvidar que esta es una iniciativa que parte de la sociedad civil”, aclara el biólogo de la APETP. “Hasta ahora este era un problema que era invisible, tanto para la sociedad como para el gobierno”.

Afortunadamente, este es problema al que el gobierno español está comenzando a poner medidas, aunque aún falta muchísimo por hacer, especialmente en lo referente a la concienciación de la sociedad. ¿Lo han hecho bien desde la APETP? Es cuestión de opiniones. Lo que está claro es que el problema que dan a conocer es efectivamente muy importante, que muchísimas personas mueren por su causa y que es triste a la par que preocupante que sea necesario escatimar en rigor para poder dar cifras aproximadas sobre ello.

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