La mayor parte de las compañías dedicadas a estos menesteres no tienen mucho más de un año de edad; la que más podría, incluso, rozar los dos años y tirando por lo alto. Prácticamente ninguna ha vivido un invierno en Europa. Lo que hasta hace unos meses era el boom de las bicicletas en las calles de las capitales europeas, a través de una suerte de importación de la actividad en China, ahora ha dado paso a los patinetes eléctricos. Importados directamente desde Estados Unidos con la ayuda de dos de las mayores compañías en estas lides, Bird y Lime, poco tardó el emprendimiento nativo en Europa en darse cuenta del foco del negocio. En Suiza, Alemania y España empezaron a surgir compañías con un claro objetivo: lograr cuota de mercado antes de la llegada de los grandes.

Lo cierto es que no hubo demasiado tiempo para pensárselo, a pesar de algunas como UFO o Buhho apuntaban a ello. Antes de que ninguna entidad en España pudiese poner sus patinetes en circulación, Lime aterrizaba en Madrid y Valencia Wind hacía lo propio en Barcelona. Un nuevo modelo de negocio, y de transporte, se desplegaba por las calles de las ciudades. Y con ellos las dudas: ¿cómo regular lo que antes era un juego y ahora es un transporte con todas las letras? ¿Por dónde han de circular los patinetes eléctricos?

Buenas noticias para Lime en Madrid: podrán circular por el 80% del centro de la ciudad

El curso de los hechos, y de las decisiones de los correspondientes Ayuntamientos, ha marcado el devenir de los patinetes en España. Mientras en Valencia, y a causa de una licencia de explotación ausente, el total de los modelos de Lime permanecen en los almacenes de la policía local, Barcelona prohibió inmediatamente el negocio de Wind –su normativa explica que el patinete solo puede ser usado por grupos con guía turístico–. Quedaba Madrid. Lo que en un principio apuntaba a un mal augurio para el futuro del servicio en la capital, a través de la renovación del texto de transporte, ha terminado siendo una de las regulaciones más permisivas para con el uso del patinete eléctrico en la capital. Le siguió Zaragoza y, un poco por detrás, el ejemplo de Sevilla.

Bird, los grandes rivales de Lime, ya están en Madrid y apuestan por el control del Ayuntamiento

El resultado es palpable. En apenas unos meses, las apuestas por el negocio de los patinetes en las capitales se han disparado, y no solo en Madrid. Pero la duda sigue en el aire. ¿Cuándo se alcanzará la masa crítica de patinetes?¿Cuándo serán ya demasiadas las compañías explotando el servicio? La suerte que corrieron la mayor parte de las compañías chinas de bicicletas bien podría afectar a las de patinetes. De 5 multinacionales que aterrizaron en Madrid, solo una ha sobrevivido; ya sea por poca demanda del servicio, mal estado de las bicicletas o poca rentabilidad, casi todas han puesto el cartel del cerrado o han hecho las maletas. Nadie sabe responder ante la pregunta de si la fugacidad de las bicicletas tendrá su reflejo en los patinetes, pero todos saben que tarde o temprano se alcanzará el techo, como ya explicaban desde Bird a Hipertextual.

¿Con el mismo modelo de negocio puede existir competición?

La gran duda del sector. Bajo unas mismas condiciones en cuanto a modelos de patinetes y precios, ¿quién ganará? Ya lo avisaban desde Chipi, la app para controlar todas las opciones de transporte compartido: el euro de desbloqueo es una barrera de entrada, aquellos que puedan prescindir de él y sean capaces de mantener el negocio tendrán las de ganar.

Lo cierto es que haciendo una comparativa de todas las opciones disponibles, son pocas las que han optado por prescindir del euro de desbloqueo. En cuanto al resto de características, la realidad es que ninguna ha innovado. 15 céntimos por minuto y alguna variación en cuanto a la zona de influencia con, prácticamente, los mismos modelos de patín.

Lo que, como dice Chipi, rompen el mercado con la ausencia del euro de desbloqueo se enfrentan, sin embargo, a la potencia de terceros. Lime, con su mayor cuota de mercado auspiciada por más modelos en circulación, cuenta con un factor a su favor: una financiación casi sin límites. 467 millones en rondas de financiación en un año, que junto a loas 415 millones de Bird en el mismo tiempo, alcanzan una cuota casi récord. Todo esto sin que Uber, el gigante que arrasa con todos los sectores que aborda, haya empezado con su propuesta personal.

De momento, lo cierto es que Lime lleva todas las de ganar en el negocio de los patinetes. Sin saber su cifra exacta siguen siendo los más numerosos. Veremos qué pasa de aquí a unos meses, ya que teniendo en cuenta lo rápido que se ha generado el negocio, el tiempo de espera no será mucho mayor.