Han durado apenas una semana en las calles de Valencia. Los patinetes de Lime están siendo retirados de la circulación por parte de la Policía Local a petición del Ayuntamiento por el incumplimiento del artículo 12 de la ordenanza de la Vía Pública que establece que cualquier ocupación debe estar sujeta a un permiso municipal. En este sentido, según informa eldiario.es, la tecnológica no se ha puesto en contacto con el consistorio para cumplir la normativa.
Ha sido con carácter de urgencia por parte del alcalde de Valencia a raíz de una reunión con los diferentes concejales. La idea era regular la crisis que se ha presentado en la capital valenciana, especialmente después de las quejas de los gestores de la plataforma de bicis publicas Valenbisi.
Lime, la empresa de patinetes financiada por Uber, llega a Madrid
A partir de ahora, el Ayuntamiento puede proceder a requisar los casi 200 vehículos que llevan circulando varios días por las calles de la acera. Lime, compañía invertida por Uber, tendría asímismo la potestad de recoger sus modelos antes de pasar a disposición del Ayuntamiento.
La regulación, que gestiona este tipo de vehículos, está pendiente de aprobarse por parte del Ayuntamiento de Barcelona; que habrá de determinar cómo y por dónde podrán circular los usuarios de estos servicios. De momento, la ausencia de una regulación ad hoc y la ocupación del espacio público sin la solicitud pertinente ha sido suficiente para Joan Ribó, alcalde de Valencia.
De hecho, el ayuntamiento se plantea la creación de un impuesto especial para este tuipo de transportes.
Madrid y Barcelona, en el punto de mira
Valencia no es la primera capital que ha comenzado a batallar contra los patinetes eléctricos. El viernes pasado, Barcelona retiraba los modelos de WIND. Desde el posicionamiento de la capital catalana, estos modelos solo pueden usarse en una actividad económica si cuentan un un guía, pero no para su alquiler individual. Lo que implica que, con la actual situación del Ordenamiento de Movilidad en Barcelona, es casi imposible que este sistema prospere. Dos días duró el servicio de Wind en su servicio para usuarios en modo beta.
Por supuesto, Madrid también está mirando con reprobación la actividad de Lime. Algo más de una semana es el tiempo que Lime lleva operando en la capital y el Ayuntamiento de Carmena ya estudia sancionar a los usuarios. Este limbo legal posiciona al patinete eléctrico como un juguete, por lo que obliga al uso del casco y a su circulación por el asfalto en vez de por la acera, además de bloquear el paso por algunas zonas de la capital. Al considerarse juguete tampoco tienen permitido el estacionamiento en la vía pública, lo cual hace imposible el negocio a las compañías de patinete compartido. La realidad es que le pone muy complejo el futuro a Lime también en Madrid y no se descarta la posibilidad de que Lime vea retirados sus modelos más pronto que tarde.
El próximo 15 de octubre se presenta el nuevo Plan de Movilidad y el futuro no pinta muy bien para este tipo de compañías cuyos usuarios podrían verse sancionados por la Policía Municipal de aquí a un corto espacio de tiempo.